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martes, 7 mayo, 2024
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EPN se está quedando sin candidato

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Por: ISRAEL GUERRERO DE LA ROSA • admin-zenda • Admin •

■ Palíndromo

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La política es incierta, sin duda; da sorpresas, es vacilante e imprecisa, pero también se juega sobre un tablero de ajedrez, lo que la vuelve, en su complejidad, contradictoriamente predecible, ya que no deja de ser un ejercicio de estrategia, y en donde cada jugada registra una intencionalidad que se rebela más allá del resultado que se obtenga.

La disputa interna en el PRI a nivel nacional se recrudece. De los tres candidatos ya “nomás” le queda uno.

Con la salida de Manlio Fabio Beltrones de la dirigencia nacional del Revolucionario Institucional y ante un  desgastado Aurelio Nuño los alfiles del Presidente Peña –Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong- se quedaron sin competencia aparente. La triada se convirtió en dupla (lo que no implica que trabajen juntos).

Sin embargo, y ante la pérdida de 4 gubernaturas que esperaban retener en el pasado proceso electoral, las recriminaciones hechas por Manlio Fabio Beltrones, al señalar que parte de la responsabilidad era consecuencia de políticas públicas equivocadas y excesos del Gobierno Federal, calaron hondo en el ánimo de muchos priístas que coincidieron con él y que han visto cómo de manera permanente y error tras error la presidencia dinamita la permanencia en Los Pinos del partido en el poder.

Si en algún momento se llegó a señalar a Luis Videgaray como promotor de las derrotas gubernamentales para “descarrilar” a Manlio Fabio, en semanas pasadas, desde el interior del partido se jugó de manera enérgica y decidida para cobrarle la factura a Videgaray aprovechando la coyuntura de la desastrosa visita del candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos.

Sin embargo, la cabeza del hombre más cercano al Presidente de la República no ha sido suficiente (vale decir que se fue de la SHCP, más no del ánimo de EPN), la animadversión de los priístas hacia el propio Peña Nieto y su grupo crece. Osorio Chongo no los representa, ya no les genera confianza; pese a ser el mejor posicionado del partido hay un conflicto abierto para “desdibujarlo” del revelo presidencial.

Le cuestionan no ser el secretario de hierro que requería el modelo priísta para funcionar; por el contrario ha sido rebasado. Entre muchos otros asuntos, los gobernadores del Revolucionario Institucional eran su responsabilidad. El control de estos y de mantener una línea jerárquica vertical desde Los Pinos era y es una tarea asignada que no ha podido cumplir.

Las críticas provienen desde los pasillos de Insurgentes Norte, las Secretarías y las fracciones priístas en ambas Cámaras. Los propios priistas son lo que buscan “tirar” al último alfil del presidente.

Sus detractores priístas le señalan responsabilidad por displicencia u omisión en los casos de corrupción, endeudamiento y enriquecimiento ilícito de varios de los gobernadores, situación que ha dañado, de manera particular en el último año, la imagen del PRI.

Lo que sucedía con estos gobernadores no fue algo que se ventilara de manera sorpresiva, fue una serie de acusaciones que se dieron a conocer de manera paulatina y que sin duda, el habitante de Bucareli conocía desde tiempo atrás.  Se le salieron de control.

De igual forma, el alfil de Peña Nieto al frente del tricolor, Enrique Ochoa Reza, está siendo superado por figuras de mayor tradición. Comienza a dar vistas de a tan poco tiempo haber perdido la brújula. No será de mucha ayuda para articular a las fuerzas del partido.

José Antonio Meade cuando pareciera ser el hombre que podría apuntalar Peña Nieto, no lo será. Su función es buscar cierta estabilidad económica dentro de la turbulencia financiera internacional.

Se vislumbra como una figura que podría restarle simpatizantes al PAN, sin embargo la dificultad de los mercados y el panorama económico negativo, empezando por los recortes presupuestales generarán en él un desgaste que limitará su llegada a la candidatura.

La disminución de los recursos a los estados priístas por parte de la Federación influirá en el apoyo hacia el presidente de la república.

Se le acaban las cartas al Presidente y a dos años de terminar su mandato lo están dejando solo, situación que atomizará el poder al interior del partido y el “reempoderamiento” de los virreyes estatales.

Manlio Fabio o Eruviel, ¿cuál es la apuesta?

Mientras tanto nos leemos en la siguiente entrega en Palíndromo, de izquierda a derecha, y de derecha a izquierda ■

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