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domingo, 5 mayo, 2024
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Tienen la ciencia y el arte distinta metodología, pero lenguajes complementarios: José Gordon

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Por: ALMA RÍOS •

■ Participa el escritor en la sexta Audiencia para la Creación de una Ley General de Cultura

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■ Prioridad, construir carreteras informáticas que generen posibilidades para el desarrollo, señaló

“Tanto en la ciencia como en el arte hay revelaciones, descubrimientos, asombros; correlaciones. Hablamos en términos de ecuaciones y metáforas. No hay que confundirse, tienen narrativas y métodos distintos para aproximarnos al mundo pero no son necesariamente lenguajes excluyentes sino complementarios. Son ventanas para asomarnos a un universo que no debe dejar de asombrarnos”.

Así se expresó José Gordon en la entrevista para La Jornada Zacatecas en que abordó la crisis de la imaginación y la necesidad de crear nuevas carreteras informáticas que nos permitan ensancharla de la mano de “nuestros memoriosos”.

El novelista, traductor, productor de contenidos, periodista cultural y divulgador científico, advirtió que “si logramos recuperar nuestra capacidad de asombro tal vez podamos transformar las cosas, si no, estamos condenándonos a vivir como zombies, verdaderamente sin mapas, sin referentes, sin idea de que podemos encarnar lo mejor de nuestra memoria y de nuestros deseos a futuro…muertos de aburrimiento, cuando deberíamos estar vivos de asombro, vivos completamente de asombro y de lo que podemos descubrir a cada día”.

Actualmente refirió, todavía son muy pocos quienes tienen acceso a Internet.

En las exposiciones ofrecidas en la sexta Audiencia para la Creación de una Ley General de Cultura desarrollada el pasado jueves en la capital del estado y en la que participó el productor y conductor de Imaginantes La Oveja Eléctrica -revista de ciencia y pensamiento del canal 22-, la directora del Sistema Zacatecano de Radio y Televisión, Teresa Velázquez ofreció el dato de que en Zacatecas 7 de cada 10 personas no cuentan con este servicio, cifra que comparte con el estado sureño de Chiapas, agregaría más tarde en mismo contexto el coordinador de Canal Once, Luis Eduardo Garzón Lozano.

Para José Gordon “un acto de imaginación es tener una visión de Estado para que así como se construyeron redes de ferrocarril que comunicaron nuestra nación”, hoy se priorice la construcción de carreteras informáticas que generen posibilidades para el desarrollo de una sociedad del conocimiento en México.

Dijo en réplica a la idea de un Estado actual que se pulveriza y mandos que no toman decisiones para que las cosas sucedan, que es necesario exigir estas “carreteras”, algo que tiene como condicionante estar informados, saber lo que ocurre con la ciencia y la capacidad del lenguaje para resolver problemas y entender el mundo.

Claro y conciso añadió que “si no se puede exigir a los gobiernos existentes, hay que crear gobiernos que resuenen con los sueños de la tribu”.

La crisis de imaginación, aseveró, “no nos permite ver que sí tenemos otras salidas” ante una realidad que se nos presenta acabada y angustiante, como un camino único.

Reiteró por eso que así como se tendieron redes de ferrocarriles en México que permitieron abrir una serie de posibilidades antes imposibles, ahora debe haber una visión de Estado que permita aflorar mediante esas estructuras a la sociedad del conocimiento, facilitando que sean accesibles para todos “con carriles amplios anchos y muy económicos”.

Se requiere además, abundó, cuidar que en estas carreteras fluyan contenidos, mapas “que nos abran la mente, precisamente para salir de los problemas en los que vivimos”, pues advirtió nuevamente que si hay crisis de imaginación, es por falta de contacto entre diferentes pensamientos.

“Creo que hoy como nunca tenemos que conectar los puntos, y para conectar ideas tenemos que tener mapas mucho más amplios, que por cierto, generan tanto la ciencia como el arte y la cultura”.

Ante la paradoja que representa esta idea en el contexto de una globalización que se jacta de entretejer una red de redes comunicacional con carácter internacional, ante la que no obstante los discursos oficiales presentan como solución para la vida de todos los mexicanos un solo camino, observó, “parece que solamente hay una narrativa, las narrativas que vienen de fuera, y realmente de lo que estamos hablando es de un mundo tan intercomunicado que eso es realmente lo que nos plantea, la posibilidad de asentarnos en nuestras narrativas pero también comunicarnos en términos globales”.

Citó aquí a Isaac Bashevis Singer, Nobel de Literatura 1978, quien decía: “habla de tu aldea y serás universal”.

Es necesario hablar de nuestras aldeas desde narrativas como las novelísticas de Vicente Leñero, Sabina Berman, Juan Villoro o Jorge Volpi, propuso, que pudieran ser convertidas en series televisivas que hablen de “nuestras realidades”, y que destacó como importantes, porque están insertas en el panorama del siglo 21 y que por tanto, deber ser contadas sin bloquear “los escenarios donde suceden con todos nuestros dramas, sueños, esperanzas y pesadillas”.

En plena época de oro de la televisión, es de extrañar la ausencia de series televisivas mexicanas construidas desde el talento local, que significa otro aspecto que más exhibe la falta de imaginación “para acudir a nuestros creadores y plantear discursos que hablen incluso en términos internacionales a otras culturas pero que estén asentados en nuestra propia realidad”.

 

Juan Rulfo es chino

Desde nuestra realidad citó ahora “la hermosa historia” que leyó en una nota periodística donde se registraba la traducción al chino de las obras de Juan Rulfo, y cómo cuando se les preguntó a los lectores su opinión sobre Pedro Páramo, la respuesta era sencilla, “decían ¡claro, si Rulfo es chino!”.

No hay que temerle al contacto con otras culturas en tiempos de la globalización “cuando hablamos verdaderamente afincados en nuestra realidad, en nuestros escenarios de dramas, que son universales y tienen que ver con la condición humana”, sostuvo.

Esto es lo interesante del arte, dijo, que ensancha nuestras miradas, pues tiene la capacidad de darnos los registros más sutiles como hizo Rulfo para enseñarnos “los murmullos” que se pueden registrar en una novela.

“Ese oído delicado que pertenece tanto a la cultura mexicana”, pero que al tocar la sensibilidad de forma tan propia y sutil, logra descubrir “lo universal con el sabor local”.

 

Los mapas de “los memoriosos”

Pero para transitar por las carreteras informáticas de la globalización que llevan a la sociedad del conocimiento también hacen falta referentes como lo fueron en su momento Carlos Fuentes, Octavio Paz, Ernesto de la Peña, Carlos Monsiváis o José Emilio Pacheco.

En un contexto de escenarios inéditos donde se difuminan las certezas que teníamos antes, hace falta recordar las palabras de Monsiváis, “quien con gran lucidez planteó: o ya no entiendo lo que está pasando, o ya no pasa lo que estaba yo entendiendo”, comentó José Gordon.

La curaduría es un concepto clave, “necesitamos maestros que articulen esta información, de tal suerte que se pueda tener un mapa para situarnos en ese mar de información y extraer lo más valioso”.

Es necesario conocer a “nuestros memoriosos”, los anteriores y los actuales, entre los que en una generación intermedia se encuentran Sabina Berman, Juan Villoro y Jorge Volpi, pero más recientes y en seguimiento de la tradición de “los libros vivientes”, autores como Alberto Chimal o Mauricio Molina.

 

Salir de los hoyos negros

desde la ciencia

También en el ámbito científico hay grandes referentes mexicanos que están marcando una pauta “para salir de los problemas y los hoyos negros en los que vivimos”. Recientemente José Gordon estuvo en Harvard a conocer a integrantes de “la diáspora mexicana” -como ellos mismos se denominan-, científicos que aunque fuera del país, mantienen una conexión con México.

“Y que cuando vemos el tipo y el tamaño de las investigaciones y la ambición de las ideas para transformar nuestra sociedad (…) entonces ves cómo en medio de toda esta confusión y fragmentación hay quienes de alguna manera mantienen ciertas cosas claras”.

De esta manera se exhibe otra clave: compartir. “Hoy en día se habla de que la información quiere decir poder organizativo, pero realmente falta una palabra en la formulación: ´compartir información tiene un poder organizativo (…) si alguien tiene las claves y no las comparte nos quedamos de alguna suerte afuera sin descifrar eso que puede ser fascinante. Y lo interesante es que en México siempre hemos contado con maestros generosos que precisamente comparten sus mapas”.

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