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martes, 7 mayo, 2024
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Migrantes, una asignatura pendiente

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Por: P. Aurelio Ponce Esparza • admin-zenda • Admin •

El tema de la migración sigue siendo en Zacatecas una asignatura pendiente. Somos un estado binacional, pues en la Unión americana viven más zacatecanos que en el propio Estado de Zacatecas, la mayoría concentrados en California e Illinois. A esto se sigue que al aumentar las deportaciones, como ha sido el caso durante la administración del presidente Obama, sean cientos los zacatecanos que retornan cada semana. Pero además Zacatecas se está convirtiendo poco a poco en ruta de paso para muchos migrantes centroamericanos. La tremenda violencia que viven en la frontera sur y en la ruta acostumbrada, tanto por las autoridades como por los grupos de la delincuencia organizada, los ha orillado ha buscar nuevas rutas hacia el norte.

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Que en los Estados Unidos vivan más zacatecanos que en Zacatecas no es para presumir, no es una cifra que deba festejarse, pues habla de la incapacidad del Estado para brindar a sus ciudadanos las condiciones necesarias de estudio, empleo, salud, seguridad y desarrollo. Son muchos, especialmente jóvenes, quienes sienten que permanecer aquí es simplemente impensable: la violencia, la falta de empleo, las pocas oportunidades de hacer producir el campo o emprender un negocio, son algunas causas que están a la base de esta difícil decisión. El gobierno implementa programas para llevar a las familias de algunos migrantes que por su situación legal les resulta imposible venir a Zacatecas. ¿No sería mejor que estos zacatecanos nunca  hubieran tenido que irse, que en su momento  hubieran encontrado condiciones para estudiar, trabajar, emprender un negocio, etc? Paradojas de la vida.

Resulta cuestionante ver circular los vehículos del Instituto Nacional de Migración, camionetas tipo urban, en sus ventanas exteriores les han sido adaptadas rejas protectoras.  Los migrantes no son delincuentes, ¿por qué los vehículos que debieran estar al servicio de estas personas para orientarlos y ayudarlos a que su viaje sea más llevadero asumen un papel persecutorio? Como si salir del país de origen en busca de un sueño fuera un delito. Los migrantes no son delincuentes, no lo son los miles de zacatecanos que se van a Estados Unidos, pero tampoco lo son quienes de otros países atraviesan el nuestro para llegar al anhelado destino americano. ¿Por qué exigimos para los nuestros lo que no somos capaces de dar a los extranjeros?

Muchos migrantes mexicanos arriesgan su vida al intentar cruzar la frontera norte, sea por el desierto o por el río, presas de los polleros o de las bandas del crimen organizado, muchos otros son asesinados por las autoridades fronterizas americanas, eso es indignante, nos duele y preocupa, pero resulta que en la frontera sur le hacemos lo mismo a nuestros hermanos centroamericanos. Los mexicanos son criminalizados en Estados Unidos, los centroamericanos son criminalizados en México.

Somos un Estado binacional, pero parece que para el gobierno ha resultado demasiado cómodo sacar ventaja política del tema en lugar de ocuparse seriamente de esta situación. Pero como ciudadanos nos hemos visto cortos a la hora de hacer algo por el migrante que vemos en las vías o en los semáforos, los vemos como perturbadores del orden público, como intrusos que ponen en riesgo nuestra cómoda vida, cuando sólo son personas privadas de oportunidades y que buscan mejores condiciones de desarrollo. Está en construcción el Centro Integral de Movilidad humana, una iniciativa de la Iglesia católica, académicos y miembros de la sociedad civil. Este proyecto representa una respuesta concreta al problema de la migración, en él se juega nuestro presente y futuro como sociedad en un tema tan humano como este.

Pero es también necesario que se implementen políticas públicas de protección a los migrantes de paso, que las autoridades encargadas dejen de criminalizarlos, que sean capacitados de modo que puedan respetar sus elementales derechos humanos, que respeten su dignidad de seres humanos independientemente de su estatus migratorio, son personas con sueños e ilusiones de una vida mejor, de mayores oportunidades. La movilidad humana es el fenómeno de nuestro tiempo, ante esta situación no podemos permanecer indiferentes ni estar a la defensiva, tenemos delante la maravillosa oportunidad de abrirnos al hermano en desgracia, de ser solidarios mostrando lo mejor de nosotros mismos.

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