Sea vendido o por medio de una rifa, AMLO está dispuesto a cumplir su promesa de campaña de vender el avión presidencial a como dé lugar, de la forma que sea y como sea; tanto es así que esta semana salió el probable diseño del boleto de la mega rifa. La intención del Presidente de deshacerse del avión presidencial por medio de una rifa ha causado una ola de opiniones de todo tipo; causó el enojo de la oposición, la burla de la clase política tradicional; la crítica destructiva de quienes no comprenden la nueva forma de hacer política y causó también el asombro y la simpatía de gran parte de la ciudadanía. Para algunos, la mega rifa es una historia sacada de la película “Las locuras del emperador”; para otros, se trata de justicia social; para algunos otros, es solo un tema mediático; y para otros más, es el tema perfecto para hacer memes; en fin, según con la información que se cuente, el concepto que se tenga de la política o los intereses que existan cada persona fija su postura y emite su opinión respecto; en lo que si podemos coincidir todos, porque se nota a simple vista, es en que un avión tan lujoso no corresponde a un pueblo con más de 60 millones de pobres.
“Había una vez unos gobernantes que actuaban como faraones”… fueron las palabras que utilizó el Presidente Andrés Manuel López Obrador ésta semana en su discurso de la mañanera del martes cuando dio a conocer el diseño del “cachito” de la famosa rifa del avión presidencial. Estas palabras nos introducen perfectamente al contexto que se vivía en México cuando tan lujoso avión fue comprado. Nuestro país vivió por más de 30 años bajó un régimen político neoliberal a la mexicana (como diría Taibo II); era un régimen político donde era totalmente normal que el que llegara a ocupar un cargo en el gobierno (y no se diga en el gobierno federal) se enriquecía prácticamente de la noche a la mañana; ser político de ese régimen neoliberal era sinónimo de lujos, impunidad, derroche y privilegios; el modo de vida de los políticos mexicanos de molde neoliberal motivo a Carlos Hank Gonzales a decir la frase “un político pobre, es un pobre político”. Mientras en el régimen neoliberal las riquezas del pueblo y de la nación se repartían entre políticos y empresarios, a la gente se le abandonaba prácticamente a su suerte; se le destinaba al pueblo lo poco que quedaba después de satisfacer los derroches de la clase gobernante; durante ese régimen los políticos hicieron fracasar al sistema de salud, al sistema de justicia, al propio sistema político. Solamente bajo la influencia de ese régimen neoliberal se puede comprender la compra de un avión presidencial de características únicas en el mundo; pues siendo México un país en donde gran parte de la población vive en pobreza extrema, se prefirió gastar miles de millones de pesos en un avión para uso del Presidente de la República.
Para La Cuarta Transformación, el avión presidencial se ha convertido en un símbolo de la corrupción y el derroche que caracterizaba al régimen neoliberal; por eso es tan importante deshacerse del avión ya sea vendido o rifado; con esta acción, aparte de recuperar el dinero mal gastado, se manda un mensaje más de que la política del despilfarro ya terminó. La idea de vender la tan mencionada y lujosa aeronave, nuca ha sido bien vista por los políticos y los partidos moldeados por el régimen neoliberal, no porque no puedan ver la diferencia que hay entre la forma de vida de millones de mexicanos y el lujoso avión, sino porque representa un golpe muy fuerte a su orgullo y a su formación política.
La idea de rifar el avión presidencial para algunos pareciera una locura; algo totalmente salido de la realidad; los que se resisten a un cambio de régimen aprovechan cada oportunidad para intentar ridiculizar la propuesta de AMLO de rifar el avión; actúan como si fuera más coherente la compra de un avión de lujos faraónicos para un presidente que gobierna un país en pobreza extrema, que la rifa de tan desmesurado medio de transporte.
La reacción de los opositores a la 4T era de esperarse, en cada propuesta ellos se resistirán al cambio de régimen; lo que en realidad fue sorprendente (aunque también era de esperarse) fue el respaldo social, la aceptación y la simpatía que hubo en la población respecto a la propuesta de rifar el avión presidencial; esa situación “calentó” aún más a la oposición, pues recordemos que AMLO es hasta ahora el Presidente de México más respaldado por la gente y no lo digo yo, lo dicen las mediciones que la propia oposición manda a hacer.
AMLO no quitará el dedo del renglón, el avión no representa los intereses ni la realidad de los mexicanos; tampoco es acorde a la esperanza de cambio que hay, así que el avión presidencial se va porque se va. ■
