Los fenómenos naturales ubicados en el contexto de los desastres, se están agudizando en perjuicio de la comunidad humana global a raíz de los impactos del cambio climático y a otros eventos de la naturaleza como el último registrado a manera de volcán submarino en Hunga Tonga el pasado 15 de Enero. Sin duda la magnitud de la afectación se mostró a la vista de todos, el radio de explosión fue enorme y la erupción se pudo escuchar a 800 kilómetros de distancia, qué decir de los tsunamis y el crecimiento del nivel del mar en distintos puntos del planeta, incluyendo México. En este contexto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que las personas con discapacidad se ven afectadas de manera desproporcionada en situaciones de desastre, emergencia y conflicto, ya que las medidas de evacuación, campamentos, refugios y distribución de alimentos, les resultan inaccesibles. La ONU contempla que ante una situación de crisis, las personas con discapacidad tienen más probabilidades de quedarse atrás o ser totalmente abandonadas durante una evacuación en caso de desastre o conflicto, pues prevalece la falta de preparación y planificación, así como a la inaccesibilidad de las instalaciones y los servicios y de los sistemas de transporte, esto demuestra que los gobiernos deben estar preparados con estrategias preventivas para garantizar la seguridad a las personas con discapacidad ante eventos emergentes, pues el principal obstáculo que enfrentan es la inaccesibilidad; además, ante el otorgamiento de apoyos alimentarios, las personas con discapacidad padecen discriminación al momento de escasearse los productos. Otro factor preocupante es que ante los planes de recuperación y reconstrucción las necesidades de las personas con discapacidad, muchas veces no son tomadas en cuenta con lo que, de acuerdo con la ONU, se pierde una nueva oportunidad de garantizar la existencia de medidas que incorporen la discapacidad al hacer frente a desastres futuros. Por ejemplo, a partir del terremoto ocurrido en Haití en enero de 2010 se han puesto de manifiesto las dificultades que afrontan las personas con discapacidad en situaciones de emergencia, por ejemplo, en el citado país, la ONU calcula que aproximadamente 200.000 personas vivirán con discapacidad a largo plazo como consecuencia de los daños sufridos, por lo que se considera fundamental para garantizar la igualdad y los derechos humanos de las personas, incorporar la discapacidad en las actividades de preparación y respuesta en situaciones de emergencia. En este sentido, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas aprobada en 2006, ha propuesto un “cambio de paradigma” en las actitudes y los criterios respecto de las personas con discapacidad, por lo que están impulsando la visión de dejar de considerar a estas personas como objetos de caridad, tratamiento médico y protección social para considerarlas sujetos con derechos, capaces de reclamar sus prerrogativas y de tomar decisiones sobre su vida basadas en su consentimiento libre e informado, además de ser miembros activos de la sociedad. De esta forma, en el artículo 11 de la citada Convención, relativo a situaciones de riesgo y emergencias humanitarias, dispone que los Estados deben prestar especial atención y adoptar “todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la protección de las personas con discapacidad en situaciones de riesgo, incluidas situaciones de conflicto armado, emergencias humanitarias y desastres naturales”. De igual forma, el artículo 4.1 se afirma que los Estados Partes se comprometen a asegurar y promover el pleno ejercicio de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con discapacidad sin discriminación alguna por motivos de discapacidad y en el artículo 32 se reconoce la importancia de la cooperación internacional con miras a hacer frente a la capacidad limitada de algunos Estados para responder a situaciones de riesgo y crisis humanitarias. Por lo que respecta a ONU, los parámetros a favor de las personas con discapacidad parten de la premisa de ofertarles a los miles de millones de personas de los países más pobres del mundo, una mejor calidad de vida, lo deseable sería que aparte de plasmar estas buenas intenciones, se garantice la efectividad en los hechos para que verdaderamente las personas con alguna discapacidad se vean favorecidos con accesos, acciones y programas. Finalmente, la ONU establece que la recuperación humana y ambiental es fundamental y con tal propósito, es importante la inclusión en la sociedad de todas las personas, incluidas aquellas con discapacidad que como aquí se dijo, se quedan atrás ante las emergencias y son las primeras en padecer muerte o lesiones. Un largo trecho por avanzar en esta materia.
