Moscú/San Julián. El nuevo escándalo generado por el despido fulminante del secretario general de la FIFA arruinó este viernes la fiesta que los anfitriones del Mundial de Rusia 2018 organizaron en la Plaza Roja de Moscú para marcar los mil días de cuenta atrás hasta el evento.
Las acusaciones de corrupción contra el francés Jerome Valcke, número dos de la FIFA y mano derecha del presidente, Joseph Blatter, son un asunto «desagradable» para el ministro de Deportes ruso, Vitali Mutko.
«Sería deseable que la situación en torno a la FIFA se tranquilizara», añadió el también presidente de la Federación de Futbol del país.
Sin embargo, no parece que eso vaya a suceder. Ni Valcke, que rechaza todas las acusaciones, ni Blatter participaron hoy en la fiesta en Moscú, en la que sí estuvo el presidente ruso, Vladimir Putin.
El discurso en representación de la FIFA tuvo que hacerlo el director de competiciones, Colin Smith.
Según reportes de prensa, los abogados de Blatter, de 79 años, le aconsejaron no abandonar Suiza mientras continúen las investigaciones de la Justicia estadunidense contra la corrupción en la FIFA.
Valcke, por su parte, estaba el jueves de camino a Moscú en un jet privado cuando, aseguran algunos medios, dio la vuelta en pleno vuelo al ser destituido de su puesto.
Según publicaron diarios como el alemán Süddeutsche Zeitung y el brasileño O Estado de Sao Paulo, Valcke fue acusado por el empresario Benny Alon, dueño de la empresa JB Marketing, de haber pedido «una discreta parte en la ganancia» por la adjudicación de un contrato de venta de entrada para los Mundiales de 2010 a 2022.
Alon afirmó, entre otras denuncias, que 8 mil 300 entradas para el Mundial de Brasil 2014 que habían «desaparecido» fueron vendidas por Valcke para su beneficio personal. Los medios tuvieron acceso a un intercambio de correos electrónicos entre Valcke y Alon, en los que quedan en evidencia las negociaciones para inflar el valor de los tickets y repartirse las ganancias.
El francés niega las acusaciones, que considera «inventadas e indignantes». La FIFA apartó a Valcke de sus funciones y solicitó «una investigación formal» a su comité de ética.
Enemiga declarada de Blatter, la Unión Europea de Futbol Asociado (UEFA) aseguró hoy que no tuvo ningún papel en el despido del francés. «Como UEFA no estuvimos involucrados», dijo el secretario general del ente rector del futbol europeo, Gianni Infantino, tras una reunión de su comité ejecutivo en San Julián, en la isla de Malta.
Según el dirigente, el despido de Valcke fue una decisión interna de la FIFA. «El secretario general es elegido por el comité ejecutivo. Si el presidente toma medidas, debe consensuarlas con ese gremio», aclaró Infantino.
El suizo aseguró que la UEFA está «afligida y decepcionada» por los nuevos acontecimientos en FIFA. «Por supuesto hemos oído las acusaciones. Son graves», advirtió.
El presidente de la UEFA, Michel Platini, que el 26 de febrero pretende presentarse a las elecciones de la FIFA para suceder al suizo Joseph Blatter, no habló públicamente del caso de Valcke.
En opinión de Infantino, la imagen del ente rector del futbol mundial sigue deteriorándose. «La FIFA atraviesa una época muy difícil. Debemos aclarar las cosas y contribuir a un cambio. Hay que poner todo de nuestra parte para que el proceso de reformas logre mejorar la imagen del futbol», señaló el número dos de UEFA.
Las noticias llegaron también a oídos de la fiscalía suiza, que ya se encuentra investigando a la FIFA a causa del controvertido proceso de entrega de los Mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022.
«Se trata de declaraciones interesantes que la fiscalía federal suiza analizará como otros informes periodísticos», dijo una portavoz del organismo público.
