■ El Mirador de Heródoto
El Reglamento Escolar General de la UAZ regula la situación escolar de los alumnos de todos los niveles académicos. Globalmente comprende los procedimientos para el ingreso, permanencia y egreso de sus estudiantes. El artículo 76 señala que “Permanencia es el plazo o período que la Universidad fija para cursar un plan de estudios a partir del ingreso, y concluye con el cumplimiento de dicho plan”. Sin entrar en detalles, privilegiando las vivencias de los protagonistas, en este espacio periodístico recién hemos aludido al proceso de ingreso y al curso de inducción de la primera semana de actividades de los nuevos universitarios.
Esta vez, así sea tangencialmente, mencionaremos algunas nociones sobre la permanencia estudiantil en la universidad hasta lograr la graduación en una carrera. A modo de analogía cabe destacar que la formación universitaria es comparable a una larga marcha, llena de experiencias, con un norte que no desconoce las estaciones intermedias, como Ulises = Odiseo, en su viaje de regreso a Ítaca, su patria, en el que no obstante tener un objetivo claro, la esencia de su travesía no se encontraba en el puerto de llegada sino en el proceso para su arribo a él. A propósito recomiendo leer el maravilloso poema de Kavafis, Ítaca, con el canto a la vida que contiene en sí mismo.
La UAZ, si bien atiende posgrados, de sus casi 40 mil estudiantes, el 75% cursa la licenciatura. De ese nivel de escolaridad se derivan estos comentarios.
Muchas personas consideran que lo más difícil no es ingresar, sino mantenerse en la universidad. La permanencia, con una duración en promedio de 5 años -o diez semestres-, incluye el cumplimiento de los requisitos académicos de la currícula del Programa Educativo a cursar. Además considera las diversas formas de participación académica y social de los alumnos dentro y fuera de la universidad, las cuales son complementarias a la formación integral de los mismos, valga mencionar el Programas de Tutorías del CASE y el de movilidad estudiantil.
Esta fase concluye con una ceremonia que tiene como núcleo la entrega de un documento denominado Carta de Pasante que acredita a su poseedor como candidato a titularse en función de que cumplió con los requisitos formales de egreso.
Regularmente, desde un semestre antes los estudiantes, conjugando la emoción por terminar una etapa de su preparación profesional con la asistencia a clases, presentación de exámenes y entrega de trabajos finales, grupalmente comienzan los preparativos de su graduación: la elección de un padrino de la generación; mandar hacer los anillos; invitaciones; compra o renta de las togas y birretes a portar en la ceremonia oficial, elección y reservación del teatro donde se realizará la ceremonia; la iglesia para llevar a efecto la ceremonia religiosa de acción de gracias, y además la elección de traje, vestido, peinado para la cena baile.
La ceremonia oficial, regularmente se realiza en el teatro Calderón, lugar emblemático de nuestra universidad. Los encargados de la logística ponen al centro en la parte superior del foro, la mampara con los datos oficiales del histórico evento; disponen el presídium con una copia del himno universitario e identificadores para que las autoridades e invitados ubiquen su lugar; preparan las carpetas con las cartas de pasantes y anillos de graduación para los todavía alumnos, que ocupan los asientos la parte delantera de la sala principal del teatro, perfectamente ordenados alfabéticamente; los maestros de ceremonias prueban el sonido. Cuando todo está listo, se abre el telón.
El programa de una ceremonia de graduación en la UAZ incluye invariablemente honores de la Bandera Nacional, la entonación del Himno a la UAZ y la entrega de los certificados de estudios incluyendo la carta de pasante de manos de las autoridades universitarias correspondientes. Los mensajes que se emiten son más específicos en cada Unidad Académica (UA). Suelen expresarlos: de agradecimiento y despedida, un alumno en representación de sus compañeros; el padrino de la generación; el director de la UA y/o el Rector. Se realizan también de manera diferenciada prácticas impregnadas de simbolismo.
En el caso de la carrera de medicina, considerándolo como el acto más solemne de la ceremonia, los graduados hacen el Juramento Hipocrático, cuyo contenido es de carácter ético, y tiene la función de orientar la práctica de esa profesión.
Quienes cursaron la carrera de enfermería la culminan con una significativa ceremonia denominada el Paso de la luz, que tiene como momento culminante el encendido de sendas lámparas, símbolo de esa profesión de tan alto contenido ético y humano. Luz que los acompañará durante su ejercicio profesional.
Finaliza el evento con el tradicional aventado del birrete al aire y la foto oficial por grupos. Los familiares y amigos de los graduados los felicitan con flores o regalos y se preparan para la cena baile.
En esta ceremonia se aglutinan sentimientos de alegría, nostalgia, recuerdos, vivencias que no las cambian por nada y les embellecerán el resto de sus vidas.
Así se observa el mundo desde El Mirador de Heródoto. ■
*Cronista de la UAZ
