Para la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), migrante es cualquier persona que se desplaza, o se ha desplazado, a través de una frontera internacional o dentro de un país, fuera de su lugar habitual de residencia independientemente de: 1) su situación jurídica; 2) el carácter voluntario o involuntario del desplazamiento; 3) las causas del desplazamiento o 4) la duración de su estancia. En este sentido, un migrante puede ser cualquier persona, niña, niño, mujer, hombre, la condición puede ser variada, pues se migra por necesidad económica al pretender lograr una mejor condición de vida; de igual manera, el ejemplo familiar de triunfo, ante el logro del sueño americano, que motiva dejar el terruño con miras a llegar con una camioneta grande y una traila llena de regalos, tenis, ropa y artículos eléctricos que son bien recibidos por corporaciones migratorias, policiacas, tránsitos y ya lo que queda, por los familiares. También se migra por agotamiento de los recursos naturales y elementos indispensables para la vida como el agua (Ecomigración), que repercute en varios lugares del mundo generando éxodos importantes, emparejados con alteraciones civiles traducidos en invasiones territoriales, guerras y otros conflictos que afectan a miles de personas a nivel global. De forma lamentable, hoy en día muchas personas se ven en la necesidad de migrar ante los altos niveles de inseguridad que prevalecen en distintos lugares del país, por lo que los desplazamientos forzados afectan a miles de personas que, de un día para otro, dejan sus lugares de origen resguardando su integridad física familiar. En el trayecto de nuestra vida, todos podemos adquirir la calidad de migrante por cualquiera de las formas ya descritas u otras, pues la movilidad humana, como Derecho Humano Fundamental, no tiene límites ni formatos establecidos, por lo que, incluso la guerra y las pandemias, pueden generar diásporas repentinas, cuyo propósito sea la preservación de la vida misma. Es el caso de que el próximo 18 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Migrante, fecha en que la ONU reconoce que los conflictos, los efectos del cambio climático y las catástrofes, empujan a las personas a abandonar sus hogares en busca de refugio y, desafortunadamente, en sus viajes se enfrentan a riesgos como la trata y la explotación. Según la ONU, en los últimos años, los conflictos, la inseguridad y los efectos del cambio climático, han contribuido, en gran medida, a los movimientos forzosos dentro de los países o a través de las fronteras, por lo que más de 59 millones fueron personas internamente desplazadas a finales de 2021. Para la ONU, independientemente de los motivos que obligan a las personas a desplazarse, los migrantes y las personas desplazadas se encuentran entre los grupos más vulnerables y marginalizados de la sociedad y, con frecuencia, están expuestos al abuso y la explotación, aparte de que cuentan con limitado acceso a servicios esenciales, incluyendo el cuidado de la salud, y deben enfrentar agresiones xenófobas y la estigmatización inducidas por la difusión de desinformación. La ONU reconoce que muchos trabajadores migrantes obtienen trabajos temporales, informales o sin protección, lo cual los expone a un mayor riesgo de inseguridad, despidos, y pobres condiciones laborales. En este contexto, tenemos que el Pacto Mundial sobre Migración representa una oportunidad histórica para mejorar la cooperación internacional, en materia de migración, y para fortalecer las contribuciones de los migrantes, y la migración al desarrollo sostenible; se reconoce que hay más de 258 millones de migrantes en todo el mundo, que viven fuera de su país de nacimiento, y se visualiza que esta cifra crezca como resultado de una serie de factores que incluyen el crecimiento de la población en general, el aumento de la conectividad, el comercio, el aumento de la desigualdad, los desequilibrios demográficos y el cambio climático. De acuerdo con la OIM, la migración presenta enormes oportunidades y beneficios para los migrantes, las comunidades de acogida y las comunidades de origen; no obstante, cuando está mal regulada puede crear desafíos significativos que se traducen en abrumadoras infraestructuras sociales ante la llegada inesperada de un gran número de personas y la muerte de migrantes que realizan viajes peligrosos. El Pacto Mundial sobre Migración comprende 23 objetivos para gestionar mejor la migración a nivel local, nacional, regional y mundial, y tiene como propósito, mitigar los factores adversos y estructurales que impiden a las personas construir y mantener medios de vida sostenibles en sus países de origen; además, pretende reducir los riesgos y las vulnerabilidades a las que se enfrentan los migrantes en las diferentes etapas de la migración, respetando, protegiendo y cumpliendo sus derechos humanos y brindándoles atención y asistencia. Estemos atentos porque en cualquier momento podemos adquirir la cualidad de ser migrantes.
