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martes, 30 abril, 2024
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Los jóvenes al no encontrar su identidad en la familia tenderán a ser más violentos: experta

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Por: ALMA RÍOS •

■ Vivimos en una sociedad muy difícil, que ha dejado sin asideras a este sector: Macías Ibarra

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■ Los padres aunque estén en la casa no dedican tiempo de calidad a sus hijos, explica

“Estamos viviendo en una sociedad muy difícil, muy cambiante” que ha dejado sin asideras a los jóvenes. La sociedad postmoderna se caracteriza por la inmediatez con que deben satisfacerse las necesidades, la comodidad, la evasión del sufrimiento y la búsqueda de placer. Pero también se expresa como un contexto ausente de figuras de autoridad, expuso Claudia Guadalupe Macías Ibarra.

La desaparición de familias nucleares y la poca disposición no sólo de tiempo sino de atención de los padres familia hacia los hijos por exigencias laborales, se suman a las características propias de la adolescencia, su necesidad de poner distancia respecto a la normas aprendidas en el hogar, su búsqueda de libertad y notoriedad social, mismas que actualmente buscan ejercer en un contexto donde se exalta la violencia, la corrupción y la trasgresión de normas.

Todo ello explica los resultados de la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia (Ecopred) 2014, ofrecidos en el contexto de la conmemoración por el Día de la Juventud el pasado 12 de agosto, por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Entre estos datos destaca el que una de cada dos muertes, promediando las referidas tanto en hombres como en mujeres de quienes se encuentran entre los 15 a 29 años de edad, son violentas.

La licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Zacatecas y maestra en Psicoterapia, quien ha fungido como terapeuta de adolescentes durante 15 años, refirió sobre estos casos, que al estar los jóvenes en una etapa de búsqueda de identidad y no encontrarla en la familia y/o las instituciones sociales, tenderán a ser más violentos, “porque no hay un lugar de dónde agarrarse”.

En este sentido agregó como un factor en contra, lo que se transmite en los medios de comunicación a los que hoy tienen acceso los jóvenes, pues mucho de los que se difunde y que se propone como modelo a seguir tiene que ver con conductas de riesgo.

“Que es el ser alcohólico, algo que se expone como algo que te da mucha felicidad, libertad, que es una de las cosas que buscan los adolescentes. El poder desprenderse de la familia y buscar nuevas reglas normas”.

No obstante esta búsqueda de independencia, la especialista también dijo que los menores requieren la contención, una que socialmente ha ido desapareciendo.

El problema entonces es mucho más fuerte, dijo, porque “ya no hay contención en ninguna parte de la familia y de la sociedad”.

Los adolescentes y jóvenes presentan como rasgos el querer “lo fácil, la satisfacción inmediata –de sus necesidades o exigencias-. Desafortunadamente, agregó, se ha convertido en una forma de notoriedad y de encontrar la satisfacción a estas necesidades, “el ser corrupto, brincarte las leyes y pasártelas por el arco del triunfo”.

Estas conductas se proponen socialmente como el “ser astuto, listo o inteligente” y se oponen a la manera de vivir de la gente que se esfuerza y trabaja, a quienes se asocia con ser “tontos”. Una imagen a la que han abonado los escándalos de corrupción y violación de las leyes que involucran a autoridades ya sea civiles, policiacas o militares.

También el paternaje y maternaje han cambiado. Esta generación de padres de familia fueron hijos obedientes con sus padres, pero curiosamente lo son actualmente con sus hijos, de tal manera que ceden una autoridad y un poder en la búsqueda de ser amigos o compañeros de ellos y no figuras de autoridad que pongan normas o den ejemplo de conducta.

“Escucho mucho a gente que dice yo quiero ser el amigo de mi hijo…sí se oye muy bonito, pero tu rol no es ser el amigo, sino ser padre o madre”, sostuvo.

Macías Ibarra también cuestionó, luego de observar los datos de la Ecopred 2014, donde se refiere que en hogares biparentales las madres ocupan en promedio durante la semana 6 horas y 26 minutos a la convivencia con sus hijos, y los padres 4 horas con 34 minutos, mientras que en el caso de los hogares monoparentales, las madres ocupan para ello 5 horas y 12 minutos, si esto refiere sólo el “físico paterno”.

Esto es, si se refiere a la presencia física o a la atención, pues sucede recientemente que los padres de familia aunque estén en el hogar centran su atención en el televisor, el celular o el Internet, algunos se comunican con los hijos mediante el Facebook o los chats telefónicos.

Por lo que expuso que es necesario ofrecer lo que los especialistas de la conducta llaman “tiempo de calidad” a los menores.

Sobre otros fenómenos como el bullying, agregó, siempre han existido, pero la diferencia de su manifestación actual es el grado de violencia con que se ejerce, de tal manera que cada vez más existen casos que incluso terminan en la muerte de la víctima.

“Nuestra sociedad es mucho más violenta”, si los jóvenes no encuentran de donde sostenerse una forma de “sacar su conflicto es haciéndose también cada vez más violentos”.

Al respecto mencionó como una manifestación que ha percibido en su práctica en consulta, el que de 10 años a la fecha se presenta en los jóvenes el denominado cutting.

“Les es muy difícil soportar el sufrimiento emocional”. En tiempos pasados se criaba a los jóvenes para soportar el sufrimiento, algo que hoy se rehúye. Buscan actualmente a través de realizarse cortes y aún perforaciones en diferentes partes del cuerpo, de infringirse dolor, “llevar las huellas en el cuerpo y no en el alma”.

La intolerancia al dolor emocional también tiene que ver dijo, con el no permitírseles experimentar la frustración, esto, debido a que muchos padres de familia no quieren que sus hijos sufran lo que ellos mismos han padecido y buscan satisfacer de manera inmediata sus requerimientos.

“El adolescente llega a terapia porque buscan una salida a través del dolor del cuerpo, pero hay muchos que llegan a pasarse y hemos visto que hay adolescentes que incluso llegan al suicido”.

Claudia Guadalupe Macías Ibarra dijo que no pueden ofrecerse “recetas” para abordar este tipo de problemáticas, para el caso de los padres de familia, observó la necesidad de acudir en busca de apoyo con los especialistas y asimismo documentarse.

Institucionalmente también expuso como deseable el que se les ofrezcan posibilidades de recreación para los menores a través del deporte, el arte o las ciencias, que ofrecen medios para ejercitar la disciplina y la notoriedad que buscan.

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