■ Negarse a participar significa un alejamiento rotundo del postulante con el ciudadano, expone
■ Muchos aspirantes no participan porque carecen de ideas o no tienen qué exponer: docente
Aunque los debates son fundamentales en un régimen democrático electoral, la renuencia de algunos candidatos a participar en ella obedece a la necesidad de no exhibir su debilidad, por lo que generalmente son los postulados oficiales quienes se niegan, afirmó Rubén Ibarra Reyes, director de la Unidad Académica de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
“Es un error tanto de la perspectiva del candidato como del ciudadano, porque un debate en un régimen democrático es una exposición y confrontación de ideas y propuestas de gobierno. Es la posibilidad que tiene un candidato para confrontar sus ideas con otros y también para mejorarlas”, explicó.
El motivo por el cual algunos candidatos rechazan participar en debates, dijo, se debe a que “nuestra democracia representativa está llegando a un punto de crisis severa, que consiste en que los candidatos no obedecen a los intereses de los ciudadanos, sino a grupos políticos o grupos de poder”.
En ese sentido, dijo que muchos candidatos no debaten porque no hay ideas o no tienen qué exponer, o “porque tienen miedo a confrontar posiciones con otros”, a pesar de que estos sirven para que los ciudadanos comparen planteamientos sobre problemas específicos.
Ibarra Reyes expuso que un debate debe abordar temas de interés para la sociedad y a partir de ello el ciudadano puede definir cuál de las propuestas le convence para otorgar su voto. Por el contrario, negarse a participar significa un alejamiento rotundo del candidato con el ciudadano.
“Como estrategia política, no ir a un debate significa no exponerte, y por eso regularmente se niegan quienes se cree que van a la cabeza, los candidatos oficiales. Ello se debe porque al candidato oficial es más fácil que se le observen cosas, además de que no es un candidato aislado, sino que obedece a una maquinaria de gobierno, y entonces cuando no se tiene la capacidad de confrontar, prefiere evitar una exposición pública”, expuso.
Agregó que un debate tiene determinada influencia en los electores dependiendo el tipo de elección. Es decir, cuando se trata de procesos para elegir representantes del Poder Ejecutivo, el debate tiene un mayor peso con relación a la elección de legisladores.
Además, Ibarra Reyes indicó que, de ser muy cerrada la contienda, un debate puede influir en el ganador, pero si la tendencia es holgada, la influencia no es mucha para alguno de los candidatos.
