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sábado, 11 mayo, 2024
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■ Comentarios Libres

PML y su participación en consensos democráticos

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Por: SOCORRO MARTÍNEZ ORTIZ •

     Porfirio Muñoz Ledo, quien falleciera el domingo de la semana que concluye, militó en el PRI desde 1952, a raíz de la elaboración de un artículo sobre un viaje estudiantil, para la revista Rumbos Democráticos de la CNOP. Ingresó a la vida pública durante el sexenio del entonces presidente Adolfo López Mateos. Fue un teórico político que, en el Colegio de México, fundó una cátedra sobre nuestro sistema de gobierno. Este personaje ocupó, entre otros, los cargos de secretario de Educación Pública y del Trabajo; asesor de presidentes; coordinador de la mítica revista Medio Siglo; embajador de México en la ONU; consejero cultural de la embajada mexicana en París; presidente del Partido Revolucionario Institucional; candidato a la Presidencia de la República; figuró en la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; fue el primer senador de oposición en representación de la Ciudad de México y también coautor de documentos tan importantes, entre los que destacan la Carta de los Deberes y los Derechos Económicos de los Estados. Su lucha en esos espacios se vio reflejada en: defender al Tercer Mundo; protegió el salario; promovió la democracia en el PRI y en el país entero; aplicó muchas políticas tendientes al mejoramiento de las condiciones de vida de las clases populares; impulsó una educación más democrática y con mayores alcances; participó en la creación del INFONAVIT, el FONACOT y de muchas otras instituciones de carácter social, que han ido cambiando a través del tiempo por los financieros de los diversos gobiernos. 

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     Durante su militancia en el PRI, jamás suprimió su convicción de pluralismo democrático, tampoco inhibió su capacidad crítica. Se caracterizó además por tener una ideología progresista, incluso con el presidente Echeverría le tocó renovar el discurso político nacional, sustentando ideas como la apertura democrática, la relación con el Tercer Mundo y la aplicación de una política salarial más justa y equitativa. Los obstáculos que enfrentó es que, para la época de esplendor y apogeo del PRI, a Porfirio Muñoz Ledo se le consideraba una persona de avanzada muy independiente. Pero Él actuaba ejerciendo con responsabilidad y eficiencia, todas y cada una de las funciones y facultades que le fueron encomendadas.

     Es importante señalar que, durante su vida política, jamás fue partidario de la polarización y apelaba al consenso entre las diferentes fuerzas políticas, buscando siempre la congruencia entre el hecho y el dicho. Se puede decir por eso que le dio al país sus convicciones, sus luchas y sirvió con absoluta entrega. Con muchísimas iniciativas gubernamentales de importancia, se identificó cuando su origen fue precisamente consensuado. 

     Previo a la creación de la Corriente Democrática y siendo presidente del PRI, se formó un grupo denominados los “Ifigenios”, formado por brillantes diputados como: Ifigenia Martínez; Julio Zamora; Víctor Maldonado; Armando Labra Hugo Castro; Antonio Tenorio; Arturo Romo y Silvia Hernández, quienes, junto con noventa y siete diputados, votaron en contra de una iniciativa del Ejecutivo Luis Echeverría y lograron darles una gran presencia política a los sectores más avanzados. 

     Muñoz Ledo rompió con el PRI durante el gobierno del presidente Miguel de la Madrid, no obstante, que le ofreció diversas embajadas para que considerara esa decisión, Muñoz Ledo no aceptó debido a su ideología y a discrepancias con el mandatario. También, su salida obedeció a que no existían consensos para el avance democrático del país en que pudiera participar. Junto con Cuauhtémoc Cárdenas deciden crear Corriente Democrática.

     Su salida del PRI también le permitió llegar a otros partidos como PAN, PT y crear el PRD.  Ya militando en este último, participó en la reforma electoral, tendiente a evitar conflictos que se suscitaban en cada elección. Se consideraba que una reforma electoral confiable y transparente es el mejor argumento para probar que el orden público es tan importante como el ejercicio de las libertades. Con esta fundamentación, el 18 de enero de 1995, el entonces presidente Ernesto Zedillo, pactó en México, por consenso entre el gobierno y los principales partidos de oposición, llevar a cabo un importante documento de reforma electoral, que se denominó: COMPROMISOS PARA UN ACUERDO POLÍTICO NACIONAL, PAN, PRI, PRD, PT y ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN. Suscribieron este documento los presidentes de los comités ejecutivos de los diferentes partidos:  PAN, PRI, PRD y coordinador de la Comisión Política del Partido del Trabajo, respectivamente: Carlos Castillo Peraza; María de los Ángeles Moreno Uriegas; Porfirio Muñoz Ledo y Alberto Anaya. Como testigo de honor Ernesto Zedillo Ponce de León, presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. 

     Resultado de aquella reforma electoral consensuada fue el despojo que sufrió el Estado mexicano al perder la facultad que constitucionalmente le permitía el control de las elecciones. De esta manera, surge un árbitro ciudadanizado para organizar y vigilar los comicios llamado entonces Instituto Nacional Electoral y regulado por el artículo 41 de la CPEUM. Además, se crea una autoridad especializada en la materia, denominada Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, también ciudadanizada y se reforma el artículo 94 de la propia CPEUM para integrarla a la estructura del Poder Judicial de la Federación.

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