El informe Civil Society Report, presentado en la COP22 sobre cambio climático celebrada en Marruecos, comienza con una frase que genera resonancias profundas. En ella se lee… la “aterradora imagen de la ciencia del clima”, sobre el calentamiento global. (En otro momento, analizaré si esa vena apocalíptica apunta o no, a nuestro futuro, -o a una juventud sin futuro-).
Esta COP22 tuvo mayor plomo en las alas, gracias al resultado de las elecciones en EUA, parece evidente que perjudicará el Acuerdo de París, (ya de por sí insuficiente y duramente criticado). A juzgar por los nombramientos, el de Myron Ebell al frente de la Agencia de Protección Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés), la principal institución de control y regulación ambiental federal en Estados Unidos, que junto a otros indicios apuntan hacia un giro [oligárquico] anti-ambientalista.
En paralelo al cambio climático, se esperan consecuencias negativas, para nuestro país, de otras decisiones ligadas a la deportación de 3 millones de latinoamericanos indocumentados (con antecedentes criminales), y de otras decisiones de política económica, lo que plantea complejas interrogantes a la ya grave situación nacional.
Analistas como Eduardo Gudynas, en un artículo titulado Pesadilla ambiental bajo Trump concluye lo siguiente: “Por todo esto hay mucha preocupación sobre el estado ambiental de planeta. En 2016 se volverá a romper el récord en el alza de la temperatura media del planeta, y mientras tanto se repiten los eventos climáticos extremos, desde nuestros ciclones a la peor sequía que sufre California en el último milenio”.
Ante tales escenarios es importante tener muy claras las consecuencias para Zacatecas, por el grado de vulnerabilidad, en ámbitos tales como la producción alimentaria, la disponibilidad de agua, sequías e inundaciones, economía, creación de empleos, pobreza, población migrante, etc.
Los estudios indican que en 2016 sobrepasamos las 400 ppm -o partes por millón de CO2 (dióxido de carbono). Ahora bien, los estudios señalan que si rebasamos las 450 ppm., de CO2, (y estamos muy cerca), no se logrará detener el aumento de la temperatura por debajo de los 2°C. Se estima ya un aumento de 3.4°C. ¿Es -o no- criminal, no hacer nada para evitarlo, mientras es todavía posible?
Más directamente, también habría que preguntarnos sobre las acciones emprendidas por los gobiernos de México y por las de Gobierno estatal en Zacatecas, en estos dos frentes, cambio climático y migración, que atañen a la institución global de la sociedad que somos.
¿Cómo enfrentar los graves problemas, que se agregan a los ya existentes, relacionados con las deportaciones de mexicanos (y latinos), y con los problemas económicos, sociales, la xenofobia y el racismo, derivados de la nueva política norteamericana?
¿Cómo podemos impulsar la lucha para impedir la debacle climática? ¿Qué tipo de acciones ecológicas /climáticas, pueden ser eficaces en un contexto político tan adverso, impulsadas desde la sociedad civil?
Tenemos que evaluar las políticas climáticas, tener un diagnóstico preciso del impacto del calentamiento global, especialmente cuando sabemos, por ejemplo, el alto nivel de consumo de agua de las compañías mineras o en la agricultura de riego, etc., especialmente, si estimamos que la crisis hídrica -y la desertificación- se encontrarán entre las consecuencias centrales del cambio climático a nivel regional.
Y en el frente migratorio, elaborar soluciones a las dificultades existentes, derivadas de los problemas de empleo, informalidad y precarización, etc., ausencia de “soberanía alimentaria”, y energética, etc., que serán agravadas por la presión de las personas que puedan ser deportadas, que amenazan con acelerar la descomposición del tejido social.
Sin olvidar la crisis en los mecanismos de dirección de la sociedad, crisis de la representación política, inseguridad, corrupción, impunidad, etc.
Respuesta: creando “desde abajo”, una agenda e implementando un conjunto de acciones capaces de hacer frente a los múltiples desafíos frente a lo que viene.
John Schellnhuber, director de la asociación europea de innovación pública-privada Climate-KIC., [para nada un actor de “izquierda”, lo que da que pensar], señaló en Frankfurt que… “No hay futuro para la producción de energía a partir de los combustibles fósiles [señalando contundentemente]…cualquier tonelada de carbono que puede evitarse ahora, debe evitarse ahora.”, y agrega… “Parece una tarea pesada, pero será una revolución global”.
Habría que cuestionar la viabilidad de esa “revolución global”, una gobernanza basada en la “onegeización” de la sociedad.
En el tema migratorio necesitamos, emprender acciones: impulsar una economía social y solidaria, redes de apoyo mutuo, instituciones del común, etc.
A todas luces necesitamos entrecruzar -desde ahora- la lucha contra el cambio climático, y la atención al problema migratorio.
Claudio Lomitz señala en su artículo Recibir bien a la gente, que…“Si el gobierno y el pueblo de México reaccionan bien, [recibiendo a los deportados] habrá muchos beneficios morales, políticos y económicos para el país”.
¿Cómo crear movimiento y organizarnos para lograrlo? ■
