Transcurrido el debate presidencial, si es que así le podemos llamar al ejercicio que sufrimos el pasado domingo por la noche, lo que quedó claro, es que no sirvió para poder contrastar no solo las propuestas de los candidatos, sino, el cómo se llevarán a cabo esas acciones.
En materia de educación, los dichos se centraron principalmente en la educación básica, y poco se pudo ver sobre educación superior, por lo que como universitario, la visión que tiene cada candidato en este tema, queda un poco en el aíre.
De lo poco rescatable, las aspirantes reconocieron la importancia de la educación pública en sus vidas, y hacen suponer, que no cambiará mucho la política que se ha impuesto en los últimos sexenios respecto a las universidades públicas, salvo por un pequeño detalle.
Durante el sexenio de Vicente Fox, el entonces presidente, propuso que a los estudiantes mexicanos, se les otorgara un bono educativo que sería canjeable en cualquier institución de educación superior, poniendo a competir por la matrícula a las universidades públicas y las privadas.
Si bien, dentro de las propuestas educativas tanto de Álvarez Máynez, como de Xóchitl Gálvez, no está explicito este bono educativo, no hacen distinción de la educación privada y la pública, lo que hace inferir, que podría haber transferencia de recursos públicos, hacia las universidades privadas, que si bien no esta a debate la calidad de las instituciones más reconocidas, si lo debiera estar su finalidad, la cual es de carácter mercantil, a diferencia de las instituciones públicas.
El abrir la posibilidad de transferencia de recursos públicos, para apoyar la educación, pone en desventaja a las instituciones públicas, como nuestra universidad, ya que se pondría a competir en desigualdad de circunstancias, como ya lo intentó Vicente Fox, alegando que las mejores universidades serían las que tendrían más alumnos, ignorando, que la gratuidad de la educación de calidad debe ser garantizada por el estado, y no subrogada a terceros.
Aunque hay una diferencia en las posturas de los tres candidatos, las propuestas de la Dra. Claudia Sheinbaum tampoco son del todo claras, en cuanto a cómo se apoyará a las instituciones públicas de educación media superior y superior, hay que reconocer que estos niveles educativos, no han sido prioridad ni en este sexenio, ni e los anteriores, al menos, no como lo esperábamos algunos votantes de izquierda.
Aún queda mucho tiempo de campaña, espero que en el transcurso de ésta, las propuestas de las aspirantes, vayan aclarando el cómo piensan disminuir el déficit educativo que tenemos en el país, y más, si consideramos que el fenómeno del nearshoring, pondrá a las universidades del país, tanto públicas, como privadas, ante un reto laboral sin precedentes en el México contemporáneo.
