El futuro es impredecible, y ni los más claros indicios nos permiten conocer con algún grado de certeza lo que está por venir.
Viene lo anterior a cuento como una suerte de conjuro ante una inminencia atroz, consecuencia del afán que tenemos algunos de sacudirnos una situación que nos mantiene en condiciones de agravada precariedad.
Fuimos muchos los que seguimos al grupo encabezado por un personaje que desafió la elección del padrastro mayor, e infligimos a su elegido una derrota que lo hizo no perder el poder, sino confirmarlo por otros medios; y fue así como por primera vez terminamos peor que comenzamos.
Decidimos luego decir no al jefe local, y nos decantamos por quien había sido vetado; y nadie, sin faltar a la verdad, podría decir que en las décadas siguientes hubo más de lo mismo; sino peor o mucho peor de casi lo mismo.
Hicimos luego caso a un ranchero atrabancado, que prometía sacar a los factores de nuestros infortunios a patadas; si bien lejos de esto aquellos se magnificaron, y aun diversificaron; lo que nos hizo optar por quien desde otro ámbito había seguido otros caminos, y se había con ello ganado el encono de quienes identificábamos como obstáculos a nuestras tentativas de mejorar.
Lo que siguió todos lo sabemos, y casi todos lo lamentamos; pues el tobogán del horror pareciera aún muy lejos de cualquier solución.
Pero decíamos de alguien quien desde un ámbito distinto parecía haber operado de manera diversa, y por cuya candidatura a la presidencia de la República muchísimos optamos, y lo hicimos además ganar; y a quien aun despojado y traicionado consideramos digno de encabezar los esfuerzos por obviar los obstáculos puestos cotidianamente en nuestro camino; y le ayudamos por ende a construir un instrumento de poder, mismo que ahora, bajo este cielo cruel y esta tierra etcétera, concretizados en precandidaturas rinde sus primeros frutos; ante los cuales a manera de mantra repito las líneas con que inicié estos párrafos:
“El futuro es impredecible, y ni los más claros indicios nos permiten conocer con algún grado de certeza lo que está por venir”.■
