Concluyendo con mi sueño político profundo, y ya en mi querido Zacatecas, los gobiernos priístas tienen un lapso de descanso que se había aletargado gracias a la manipulación de los sistemas democráticos y, la cereza del pastel la pone Ernesto Zedillo con una gestión más de trámite que de convencimiento a la población; el hartazgo ciudadano se desborda en las urnas y llegan los gobiernos panistas, primero con Vicente Fox en quien se pusieron muchas expectativas que no se cumplieron, no hubo avances sustanciales y los incumplimientos fueron graves; prometió resolver el conflicto de Chiapas en 15 minutos y no pudo en todo su sexenio, su gobierno fue un show y denigró la figura presidencial a nivel mundial. Fox tuvo la gran oportunidad de transformar a México, pero no pudo ni controlar a su propio partido, Santiago Creel y Felipe Calderón, entre otros, fueron ejemplo de indisciplina, desacato e ingobernabilidad. Calderón, como secretario de Energía, fue incapaz de estructurar la reforma que pretendía eficientar la política energética nacional, aunque en el fondo siempre quiso beneficiar a los gringos. El PAN pagó el precio de estar siempre en la banca de la oposición y luego, ya como gobierno, no supieron sacar a flote el gran compromiso de gobernar a este magnífico país. Calderón aprovechó la poca capacidad política de Fox y se impuso como candidato a la presidencia de la República y, gracias al apoyo de los güeros del norte, le tumbaron el triunfo a Andrés Manuel López Obrador y le ganaron por menos de un punto porcentual (una diferencia de 236.006 votos) solo para vender el país a los empresarios estadounidenses y generar la caótica estrategia contra el narcotráfico, que sin duda constituye la raíz de lo que actualmente padece el pueblo de México. Nefasto y borracho, Calderón sepultó, al igual que a muchos ciudadanos, las posibilidades del PAN, para continuar al frente de la máxima magistratura del país, dejándonos una herencia más que maldita, al generar una política de terror que ahora se descubre con mayor claridad gracias al juicio de Genaro García Luna. El desastre de los gobiernos panistas es capitalizado por el PRI nuevamente y, bajo una estrategia de mercadotecnia política, construyen una candidatura atractiva para el sector femenino; además, contratan a “La Gaviota” y edifican otro tipo de familia presidencial con los hijos e hijas de Enrique Peña Nieto y los de Angélica Rivera, cuyo contrato terminó inmediatamente después del mandato presidencial. Peña Nieto regresó al PRI con todo y sus “raterías” durante otro sexenio, en donde el saqueo y la corrupción volvieron a la escena principal de la Nación. Es necesario puntualizar que una gran parte del sector femenino estaba más interesado en la guapura del mandatario que en el robo en despoblado que se estaba haciendo en detrimento del pueblo. Las estupideces de Peña Nieto se hicieron virales gracias a los memes que pulularon a nivel internacional; una parte de la población prefirió reírse a denunciar tantos agravios. La inseguridad continuó y los eventos delictivos ni siquiera se denunciaban; desapariciones forzadas, secuestros, homicidios y otros dones, siguieron en aumento. Según el INEGI, se generaron 156 mil 437 homicidios, lo que se traduce en 34 mil 824 homicidios más, que en la lúgubre gestión de Calderón, lo que constituye el monto más alto de los últimos cuatro sexenios que antecedieron al inepto de Peña Nieto. Es fundamental dejar sentado el tema de que las y los ciudadanos hemos de dejar pasar muchas arbitrariedades, muchas corruptelas y le hemos enviado mensajes subliminales a la clase política, pues no despertamos, no denunciamos y algunas veces, como partidos políticos de oposición, sucumbimos ante los cañonazos de millones de pesos, con la consecuente domesticación política; por ello, los que han gobernado antes del actual periodo gubernamental, han aprovechado la impunidad al igual que algunos mandatarios estatales cuyas riquezas crecieron exponencialmente a la par de la “jodidez” de la mayoría. Ahora bien, llega el actual periodo gubernamental de la Cuarta Transformación impulsada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador y, desde mi perspectiva, México es otro pese a la estrategia de la oposición de desprestigiar y desvirtuar los avances que se tienen. Estoy convencido de que los más de 30 millones de votos obtenidos por el actual Presidente han generado mucho terror al PRI y al PAN. Si partimos de que, con todo y mercadotecnia política, Peña Nieto obtuvo 19.2 millones de sufragios, no existe en la actualidad un líder con el grado de aceptación y de proyección política internacional que López Obrador, por lo que la tendencia es denigrar lo que se hace, con la complicidad y la ignorancia de muchos que pretenden colgar la desgracia de México a tan solo 5 años de trabajo. Qué ilusos. Aquí se acaba mi sueño.
