Los dos líderes nacionales de Morena y PRD coinciden hoy en Zacatecas. La pregunta que cualquier periodista les haría si los tuviera a su alcance sería su posición sobre la alianza electoral para las dos fechas paradigmática de la agenda política: 2016 y 2018. Hasta ahora Andrés Manuel ha sostenido que no habrá ningún tipo de alianza con ningún partido político, y Basave ha externado su interés en conversar con la dirigencia de Morena para acordar acercamientos. La dirigencia nacional de Morena ha dictado la decisión para todo el país de ir solos, con la estrategia de generar la percepción en la población de que este partido es diferente al resto, y con ello, combatir la idea sembrada en los ciudadanos de que “todos los partidos son iguales”. Sin embargo, caben dos observaciones: en Morena quieren aparecer como un partido diferente, y no cuidan el perfil de sus precandidatos (les dicen Promotores de la Soberanía Nacional), y no exhiben un programa para resolver los problemas del estado de Zacatecas. En torno a los candidatos hay casos extremos como en el municipio de Guadalupe donde impulsan a personas con un historial cuestionadísimo, ante lo cual no aparecen como diferentes. Y sobre el programa, los militantes de Morena han impulsado un proyecto alternativo para Zacatecas, pero junto con otros partidos de la izquierda electoral.
Se está elaborando un proyecto alternativo en Zacatecas desde un grupo de partidos y aspirantes a la gubernatura, y Morena-local es parte de ese esfuerzo, con lo que se hace evidente que Morena-nacional debe respetar los procesos específicos en cada entidad federativa: aquí la posibilidad de hacer algo diferente (poner por delante un proyecto) se está haciendo en alianza. Se está debatiendo cómo crear una alternativa a los 850 mil zacatecanos pobres, de los cuales 300 mil son pobres alimentarios, y los 124 mil jóvenes que son “ninis”; además, de la intensidad migratoria y el déficit de los 180 mil empleos que tenemos en este territorio. Ya se han ido dibujando propuestas en torno a corregir el derroche actual que suma 150 millones gastados en obras y eventos superfluos y la deuda enorme y que crece más. Ya se ha avanzado en estructurar la estrategia para crear 10 mil empleos anuales, y la reorientación de la economía del estado al mercado interno y la necesidad de programas sectoriales en educación, salud y campo con enfoques de derechos humanos. En fin, los avances son considerables para fundar una alianza sobre un programa que resuelva los problemas esenciales de los zacatecanos, y nos sólo en las ambiciones de personalidades políticas. Esa es la especificidad del proceso político en Zacatecas.
Con lo dicho, la pregunta es, ¿los liderazgos nacionales encarnados en López Obrador y Basave, retomarán la dinámica interna del estado para lograr algo nuevo y urgente, o se encerrarán en consignas nacionales sin escuchar la realidad local? Ahora mismo hay en Zacatecas la posibilidad de hacer algo nuevo y muy positivo: una alianza política en base a un programa alternativo con posibilidades de triunfo. ¿Echarán esa oportunidad a la basura por definiciones centralistas o serán sensibles a la necesidad del pueblo de Zacatecas de tener una esperanza real de salir del estancamiento en el que nos encontramos? He aquí las preguntas a Basave y a Obrador.
