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viernes, 29 marzo, 2024
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Sin necesidad, tribunal de inquisición panameño

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Por: SOCORRO MARTÍNEZ ORTIZ •

Como es costumbre, diariamente en sus conferencias mañaneras el Presidente López Obrador, arremete y no son pocas las ocasiones en que, de forma grosera raya en insultos, contra aquellas personas, incluyendo funcionarios y servidores públicos que no comulgan con sus ideales ni obedecen sus órdenes. Justifica esos ataques, señalando que se trata de los conservadores, los neoliberales, sus adversarios quienes mediante politiquerías, están en su contra y no desean que su gobierno avance en la transformación que ha emprendido para nuestro país. Asimismo, respalda e impone en cargos públicos a personas que si bien, no son delincuentes hasta que la ley así lo declare, si se trata de individuos cuya fama y prestigio, se encuentran lesionados y en tela de duda frente a la sociedad.   

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En un Estado democrático como el de México, las personas tienen derecho a la libertad de pensamiento; de opinión y, tienen posteriormente su derecho a la libertad de expresión a través de cualquiera de sus formas: la palabra, la escritura, la literatura, la pintura, por mencionar algunas. Todas tienen también, derecho a disentir. No son moldes ni robots.

Por estos días el turno de sus ataques, fue para Panamá al dirigirse y llamar como: “una Santa Inquisición” a la canciller de aquel país, Erika Mouynes.

No había ninguna necesidad de llegar a este extremo si el Presidente Andrés Manuel López Obrador, respetara y obedeciera el texto de las leyes nacionales e internacionales, porque estas últimas salvaguardan la soberanía de los países, sin importar su régimen, color, extensión territorial y fronteras. Tampoco se debe ignorar o minimizar a las autoridades públicas e instituciones nacionales e internacionales, porque el Estado en sus tres elementos, territorio, población y poder, no se puede ni se debe manejar al antojo y capricho de una sola persona.

En ejercicio de sus facultades establecidas constitucionalmente, el Presidente propuso como embajadores en diversos países a personas que Él consideró las más idóneas. Tal propuesta, no tiene el carácter de nombramiento hasta en tanto exista la aprobación del Senado del Congreso de la Unión. Entre estas se encuentran: Carlos Ayse, para República Dominicana. Quirino Ordaz Coppel, para España. Laura Esquivel, para Brasil. Claudia Pavlovich, para Barcelona. Carlos Peñafiel, para Corea. Norma Pensado, para Dinamarca. Guillermo Zamora, para Nicaragua, Amparo Anguiano, para Rumania. Bruno Figueroa, para Portugal. Carolina Zaragoza, para Irlanda. Leopoldo de Gyves, para Venezuela. Eduardo Villegas Megías, para la Federación de Rusia. 

Otra de las personas propuestas, fue el historiador Pedro Salmerón como embajador para Panamá. Tal propuesta, ha originado una triste exhibición del Presidente Andrés Manuel López Obrador en el extranjero, particularmente en el ámbito latinoamericano.

La polémica causada por la propuesta del historiador, se debe a que sobre Él pesan acusaciones por acoso sexual en perjuicio de por lo menos 8 alumnas y mujeres, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y, del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), el partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

¿Qué es un embajador?  Es el representante de un país ante otro o ante una Organización Internacional. Se aplica al representante ubicado en la capital de un país extranjero. Un diplomático del más alto nivel, que es el representante oficial de un Estado ante otro. Es también, una persona reconocida en el extranjero, como máximo representante nacional.

Requisitos que debe reunir:

  • Mexicano por nacimiento.
  • Estar en pleno goce de sus derechos civiles y políticos.
  • Ser mayor de 20 años.
  • Reunir méritos suficientes para el eficaz desempeño de su cargo.
  • Se deben estudiar sus características como su vida personal y profesional, en función del país donde será acreditado. Igual debe ocurrir respecto de su cónyuge.

Necesariamente se debe considerar la función que el embajador va a desempeñar en el país extranjero, por eso es indispensable que sea acepta o grato para el Estado receptor, pues este no está obligado a aceptar a cualquier persona, por eso, el proceso es un acuerdo de dos Estados. A su vez el Estado receptor manifiesta su beneplácito, lo que significa que el Estado receptor lo considera persona grata.

Designación y nombramiento no son lo mismo. Designación, es cuando un Estado, resuelve nominar a una persona como embajador y, el Estado receptor otorga su beneplácito. Solo entonces el Estado acreditante, procederá a su nombramiento.

Panamá negó el beneplácito a la designación del historiador, por considerarlo persona no grata.

López Obrador responsabilizó a la canciller Erika Mouynes: “Como si fuera la Santa Inquisición de Panamá, se inconformó porque estaban en desacuerdo en el ITAM.

También, señaló sobre Pedro Salmerón: “Lo estimo mucho y lo considero un historiador de primer nivel, de lo mejor del país…”

A su vez, quien fuera Presidente de Panamá (1994-1999), por el Partido Revolucionario Democrático y miembro del Foro de Sao Paulo, tuiteo:

“La actitud del señor López Obrador, en cuanto a la designación de su representante en nuestro país, es infantil. Somos un país pequeño pero digno y valiente. Más nos necesita México a nosotros, que nosotros a México”.

Todo sin necesidad.

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