- Historia y Poder
Acudir ante el complejo de la zona arqueológica de La Quemada con más de 1800 años de historia, ha sido para quien esto escribe motivo de gratitud por el milagro de la existencia humana en estas tierras y más porque al reconocer o un enclave tehotihuacano o tolteca o de las grandes raíces nahuatlacas, admite la maravilla que fueron entonces nativos de estas tierras los que edificaron tan importantes santuarios guerreros en pos de acudir a la inmortalidad a través de los siglos.
A escasos 40 minutos de la Ciudad de Zacatecas y a 10 del municipio de Villanueva, La Quemada fue motivo de admiración de los recién llegados españoles que quedaron maravillados que en estas tierras se edificasen tales culturas guerreras en medio de un vasto territorio fértil y afrontado a defenderse en complejos sistemas agrícolas vivarachos y la clave de su abandono misterioso o su extinción.
Queda uno rendido y maravillado por tan imponentes complejos urbanos que datan de más de 1000 años de existencia, altos niveles de arquitectura e ingeniería indígena, culturas educadas a ser majestuosas en el mundo entero.
Vida espiritual y vida de guerreros, data de ayer la historia de Zacatecas, cielos nublados y tormentas eléctricas, tiempos lluviosos amaneciendo al alba todas las culturas indígenas que lograron el engrandecimiento de las épocas, si generar la fama de las 7 cuevas o el crisol de Chicomoztoc en donde al paso de las tribus aztecas en busca de la Ciudad de México, el ombligo de la luna y que ha sido una de las más sorprendentes y pobladas del mundo.
Trabajar y yantar, criar y crear, dialogar con los vientos para modificar las trasparencias en que emergieron las culturas del orgullo y o del desastre, más de mil veces los reyes de España supieron de las maravillas de estas tierras pródigas en minerales y detonando las economías del mundo, dando escudos y armas, emblemas y alcabalas, honores y rangos, noticias biográficas de españoles muy arrojados a edificar y procrear estilos de vida a la vieja usanza europea, agradecidos al haber encontrado productos que hicieran caminos, pueblos, leyendas, nunca echarse para atrás.
Las causas de las insurrecciones en suelo zacatecano ha tenido los más variados motivos, si la opresión de otros pueblos, si los motivos del hambre, la lujuria y los otros pecados capitales que envilecieron la condición humana y la llenaron de pesadumbre, si la desesperación por los castigos infringidos por la naturaleza o por el destino manifiesto de aceptar la explotación del hombre por el hombre, de la mujer por la mujer y todas sus leyes en base a expropiar y esquilmar, mentir y decaer los ánimos de que cualquier revuelta sería opacada por el afán del dinero sucio y la búsqueda afanosa de la chuleta o el héroe incorruptible.
Canibalismo y monumentos al sacrificio humano, 300 cuerpos encontrados al pie de una de las pirámides en La Quemada, los arqueólogos supusieron como parte insoslayable del espíritu del hombre nativo por conquistar y amedrentar, por ahuyentar u ofrendar lo más precioso de la existencia en pos de edificar y expandirse, eco de una antigua lealtad en la condición humana de poblar mundos y arrasar fronteras.
Desde que nacimos, supimos que veníamos de las estrellas y que a ellas deberíamos de ofrendar todo esfuerzo y toda idolatría y los antiguos pueblos zacatecanos lo sabían, lo intuían, lo proclamaban: la acción histórica era siempre imponer la mayoría, a la cauda de caudillos y líderes, a la razón de no ser parte de un museo inamovible, si no ejemplo sediento de celebraciones que exigían sangre joven, sangre guerrera, centenarios incorruptibles de un festejo muy adentro en que siempre supimos que los defectos y errores se pagaron muy caro en medio de las borrascosas turbulencias .
Y en La sangrienta represalia, la venganza inevitable, el delito de ser pobres. ■
