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viernes, 17 mayo, 2024
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Se advierte; los cursos de capacitación a docentes pueden ser otra simulación

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Por: RAMIRO ESPINO DE LARA • admin-zenda • Admin •

La meta final de la verdadera educación es

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no solo hacer que la gente haga lo que es

correcto, sino que disfrute haciéndolo; no

solo formar personas trabajadoras, sino

personas que amen el trabajo; no solo

individuos con conocimiento, sino que

amen el conocimiento; no solo seres puros

sino que amen a la pureza; no solo personas

justas, sino con hambre y sed de justicia.

John Ruskin

En entorno realmente problemático:

De entrada, el término “capacitación” significa: “Hacer a alguien apto, habilitarlo para algo”; el mensaje que se da con dicho término es que los docentes no son aptos ni están habilitados para la docencia situación por la cual hay que “capacitarlos”; no deseo ser puritano del lenguaje sino más bien observador de las decisiones y acciones que se toman en tono a este tema tan polémico que es el de capacitación –término que por razones de institucionalidad lo utilizaré en el presente escrito-, aunque más bien lo correcto sería el de formación y/o actualización de los docentes en servicio. Con base al esquema  que se tiene para capacitar a los docentes yo veo dos grandes problemas: 1) no existen suficientes tutores que puedan guiar o asesorar a los maestros tanto de nuevo ingreso como a los que, según resultados de la evaluación les dicen no aptos para la docencia y, 2)  la actitud de la autoridad educativa quien con discurso amenazante obligan a los maestros a que se inscriban a los cursos que para tal fin “ofertan”.

Estas serían las dos principales y poderosas razones por las cuales el programa de capacitación a los docentes puede acabar como una más de las simulaciones del gobierno federal, en el entendido de que no solo el ofrecer los 500 cursos virtuales para educación básica y los 50 para bachillerato resolverían el problema dado que, si bien es cierto, facilitan los canales de comunicación, no son garantía total de una formación confiable. Históricamente siempre se ha anunciado de manera oficial el compromiso de ofrecer capacitación de calidad a los educadores; hoy con la Reforma Educativa se repite el mismo error del año 1992 cuando se firmó el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación, en el cual se prometió una capacitación  profesional mediante el programa Carrera Magisterial; veinte años después tuvieron que reconocer que esa estrategia fracasó dado que la condicionaron a los beneficios salariales que se podían alcanzar a través de los niveles de carrera y los exámenes nacionales. Los maestros solo buscaban incrementar sus ingresos pero nunca se vieron mejoras en el aula, ¿hoy día se repetirá la misma historia? Definitivamente, no estoy de acuerdo en que la vocación del docente se ponga en nómina, tendrían que darse dos acciones de manera simultánea, la de formación, actualización y profesionalización del docente y la de superación de su situación laboral, nunca condicionar una a la otra.

La Secretaría de Educación Pública está actuando al estilo Pancho Villa; “primero mátenlos y luego averiguamos si eran culpables o inocentes”; primeramente anuncian el cese de más de tres mil maestros que no quisieron “someterse” a la evaluación y luego ofrecen alternativas de capacitación, veo aquí dos problemas: el primero es que la evaluación no resuelve el problema educativo y el otro es que no se ha contado con programas de formación y actualización que respondan a las necesidades educativas dado que, lo que ofertan, son solo cursos instruccionales donde al profesorado no se le da la oportunidad de que  diseñen sus propios proyectos académicos. En definitiva, es el docente quien debe gestionar su mecanismo de formación y actualización, porque solo él sabe cuáles son sus fortalezas y debilidades.

Nos encontramos pues, en un contexto educativo muy conflictivo y conflictuado, pongo como ejemplo una declaración que es realmente discriminatoria y excluyente de parte del presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE); “Por ser ejemplo de superación y esfuerzo, más de 300 maestros que obtuvieron calificaciones sobresalientes en la primera evaluación obtendrán automáticamente un aumento del 35% al salario base, sin contar el incremento que se les otorgará a partir del 15 de mayo” (www.optimusinformativo.com 27/abril/2016.; implícitamente da a entender que más de un millón de docentes no son ejemplo ni de superación  ni de esfuerzo. Este personaje es comparsa y cómplice de las agresiones que reciben miles de maestros; es anuente con las  aberrantes declaraciones del Secretario de Educación Pública, una de ellas es la insistencia en reiterar que no habrá otra oportunidad para maestros dados de baja, argumenta que todo mundo tiene derecho a ir a los tribunales, pero que también la SEP tendrá su propia defensa jurídica (La Jornada, 9/mzo/2016. Pág. 12).

Por último, una alternativa para garantizar que los maestros realmente se formen, actualicen y profesionalicen, es el dejar de lado los cursos de capacitación y meramente instruccionales para promover la construcción de proyectos que sean consecuencia del análisis de la práctica propia de cada docente; así el profesorado se convertirá en investigador de su práctica y podrán en consecuencia, generar estrategias innovadoras de trabajo didáctico-pedagógico. ■

 

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