Zacatecas no marcha bien, al igual que el resto del país, y los enroques sólo representan más de lo mismo. Los cambios en el gabinete de Enrique Peña Nieto son la tácita confirmación de que las cosas no marchan bien, en el país y en la administración federal, si así fuera, no hubieran tenido sentido los diez cambios anunciados, y junto a otros indicadores, sólo representan la preparación anticipada para el relevo de una administración prematuramente desfalleciente y feneciente.
Cronológicamente el primer síntoma fue la declaración de Virgilio Andrade, secretario de la Función Pública, anunciando que no hubo conflicto de interés en el otorgamiento de contratos a empresas vinculadas con Angélica Rivera y el presidente Enrique Peña Nieto, luego, la disculpa pública (por nadie creída) del mismo Ejecutivo, para pocos días después, la llegada de Manlio Fabio Beltrones a la secretaría general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, con la obvia misión de intentar frenar el crecimiento de Andrés Manuel López Obrador.
El broche de oro fue el anuncio de los cambios en el gabinete, una farsa, al no quitar al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, responsable directo del clima de inseguridad en el país y a los demás miembros del gabinete de seguridad, responsables de la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, y Luis Videgaray, el estratega del fracaso económico y responsable directo de la caída de 2 millones y medio de personas en la pobreza, además de Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes, zar de los contratos fraudulentos e ícono de corrupción.
Con los 10 movimientos anunciados, Enrique Peña Nieto se deshace también de tres viejos políticos cansados y enfermos que ya no le eran útiles, menos al país: Emilio Chuayffet, Jesús Murillo Karam y Jesús Martínez y Martínez. El primero salió de la SEP; el segundo de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), y el tercero de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), a donde nunca debieron llegar.
El fondo de los cambios, Aurelio Nuño y José Antonio Meade entran a la competencia por la Presidencia de la República, junto con los secretarios de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, y de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, (corresponsable de los casos de Ayotzinapa, Tlaltaya y de la etapa de inseguridad que atraviesa el país), así como el líder nacional del Partido Revolucionario Institucional, Manlio Fabio Beltrones.
El hecho es que estos cambios sólo significan la aceptación del fin político de este sexenio, adelantando filas para la sucesión presidencial, y con ello, la declaración de incapacidad, sello de este gobierno, ya no pudieron sacar adelante al país que se les está cayendo en pedazos. La economía, prendida con alfileres, México se ubica en los últimos lugares de generación de empleos en América Latina y ofrece actualmente a los trabajadores los salarios más bajos de la región, catalogados incluso dentro del umbral de la pobreza extrema de cualquier tipo de medición internacional: 2.50 dólares o 37.5 pesos diarios, indican estudios sobre el tema liberados por Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Y más allá de los exultantes anuncios de que vamos mejor, o que México o Zacatecas marchan bien, el peso y la economía mexicana no mejoran y aunque el gobierno insiste en que esto se debe a factores externos como la caída histórica que ha registrado el precio del petróleo y el aumento del dólar, analistas e investigadores coinciden en que Gobierno Federal tampoco ha mostrado la pericia para sacar adelante al país, las reformas planteadas por el presidente Enrique Peña Nieto no logran mover a México.
Y justo cuando se desploma el precio del petróleo a menos de 35 dólares por barril, la economía no da buenos números en cuanto a crecimiento, con una Ronda I desastrosa, que provoca una pésima percepción externa, lo que sumado, ya nos está afectando con la salida de capitales.
Es decir, la economía transita un declive, era un hecho que se iba a depreciar la moneda, pero no se esperaba a estos niveles. El alza del dólar en los últimos meses, que ya ha impactado en los bolsillos de los mexicanos por los aumentos en los precios de electrodomésticos, ropa, automóviles, accesorios de lujo y algunos alimentos, seguramente afectará también de manera significativa al salario y al empleo del grueso de la población, según coinciden especialistas.
Es claro, este régimen, que le ha apostado todo al negocio con los grandes corporativos trasnacionales nacionales y extranjeros, intentando mimetizarlo con las cacareadas “Reformas”, ha fallado y sólo está realizando enroques para operar la conservación del poder, para torcer las voluntad popular, para intentar cerrar el paso a la sociedad que ya quiere saquen las manos del poder, sólo buscan eso y nada más.
Por eso los mexicanos debemos estar preparados para las elecciones en 2016, el 7 de septiembre inicia el proceso electoral, y más aún para 2018 con el objetivo de sacar del atolladero a México, debemos emprender desde ahora la reconstrucción del país, la reconstrucción de Zacatecas, la reconstrucción de nuestros municipios, prepararnos para la lucha y dar un golpe de timón hacia un mejor futuro, nadie más lo hará, el destino de nuestro país está en nuestras manos y en la decisión que tomaremos ante las urnas los años venideros. ■
