■ “He visto que Antonio Guzmán ha buscado a todas las fracciones parlamentarias”
■ Tenemos una clase política casera que no ha logrado influir en decisiones tomadas desde el centro, dice
A diferencia de lo manifestado por Alfredo Basurto Román (Morena) y Jorge Álvarez Máynez (Movimiento Ciudadano), diputados federales zacatecanos que señalaron no haber sido convocados a participar en las gestiones que realiza el Rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas ante la Federación para buscar soluciones al problema financiero de la Máxima Casa de Estudios, el coordinador de la bancada morenista en la 62 Legislatura del estado, Luis Medina Lizalde, aseveró que “yo he visto que el Rector ha buscado a todas las fracciones; probablemente le pone más interés a la fracción del gobernador por reconocerle más capacidad de operar en el sentido que busca”.
Opinó por tanto que el tema pudiera deberse a problemas de “incomunicación”, por lo que puede resolverse. “Si ha habido una incomunicación que se repare”.
Agregó que él mismo participó en un esfuerzo de vinculación, en este caso del Rector Antonio Guzmán Fernández con Rocío Nahle García, coordinadora de la fracción de Morena en la Cámara de Diputados, donde al primero se le manifestó con claridad la línea del partido que “es el respaldo a la educación pública y el respaldo a la Universidad Autónoma de Zacatecas”.
Medina Lizalde situó el tema de la gestión en la necesidad de que la UAZ recupere su capacidad de movilización para luchar por el subsidio, pues refirió que en tiempos pasados cuando se asumía esto como un compromiso de la comunidad universitaria “no se le echaba la culpa al Rector” sino se le exigía que se pusiera al frente de una lucha “que todos estábamos dispuestos a dar”.
Habló también del liderazgo de la figura de Rector, acotando que “eso es lo malo de tener rectores que no rigen, que administran y administran la escasez”.
Un Rector, dijo, debe ser un líder que movilice a la gente, a la comunidad universitaria para que ésta a su vez explique a la sociedad legítimamente que necesita los recursos “para poder atender a sus hijos”.
Recordó que la Universidad Autónoma de Zacatecas otrora, nunca daba sus luchas sola sino tenía siempre al apoyo popular, “inclusive en el 77 se salvó de la embestida” por esta vía, “eso hay que recuperarlo”.
Observó asimismo que en el tema de la gestión de los recursos para la UAZ, que “todos tenemos un papel”, en el que a los universitarios les corresponde “entender que las anomalías” al interior de la institución que pueden servir como pretexto para que los sectores contrarios a la educación pública la ataquen, deben ser corregidas, pues esto les dará autoridad moral, “tener cara para hablar”, y por tanto, obtener respaldo social.
Luis Medina Lizalde también observó que el problema de la gestión ante la Federación reside en “la fuerza política” del estado de Zacatecas, al señalar que “tenemos un gobierno débil; son gobiernos que no tienen capacidad de hacerse oír por el Gobierno Federal”.
Sostuvo que “tenemos una clase política casera”, que no ha logrado influir en las decisiones que desde el centro repercuten en la entidad. “Ese es nuestro problema”.
Dijo que la forma de dar fuerza política al estado es “tomando decisiones” y dejar atrás los discursos “aldeanos” que sustentan las gestiones en que “fulano es amigo de zutano o que perengano se lleva de pellizco y nalgada con tal secretario”.
Esas “babosadas”, observó, “ya no pueden seguir alimentando la visión de nuestros políticos, tenemos que entender que las cosas son de otro modo”.
Dijo que un gobernador tiene que serlo y por tanto manifestar capacidad de decir: “Esto no le conviene a Zacatecas, reclamamos esto otro”, y argumentar sus posturas con base en la Constitución y el Derecho.
“Pero mientras nuestros gobernantes sigan acomplejados ante el Presidente en turno, ante el gabinete en turno, no van a tener ninguna posibilidad de ser escuchados”, sostuvo.
Vinculó esta postura asumida por los gobernantes de Zacatecas por su origen en una “clase política despensera” que no ha requerido de preparación para poder asumir estos cargos.
“Son políticos muy limitados culturalmente, muy ignorantes y muy ajenos a la ética, porque saben que la ética no da votos, que lo que da votos son las despensas”.
Dijo entonces que se requiere construir una nueva visión y aseveró que sí hay talentos para liderarla en Zacatecas, gente con preparación que puede dar batallas por el estado, “nada más que siguen siendo garbanzos de a libra”.
Comparó los casos de Zacatecas y Aguascalientes al respecto, aludiendo a la condición del estado vecino que por medio siglo tuvo cuadros en el primer plano de la política en el país, una “estirpe” a la que pertenecieron enumeró, personas como Nazario Ortiz Garza y Enrique Olivares Santana, que tuvieron la capacidad de desarrollar aquella entidad que hace 40 años estaba tal cual se presenta hoy Zacatecas.
Esta clase política inserta en espacios como la Secretaría de Gobernación, caso concreto de Olivares Santana, gestionó un gasoducto y luego la instalación de Nissan en Aguascalientes, una empresa ancla que sustentó el desarrollo económico del estado, “pero en el origen, fue el peso político de sus políticos, la visión que tuvieron”.
Reiteró así que lo necesario para Zacatecas es que sus políticos “dejen de ser caseros” y por tanto rehenes de un discurso “que reduce la política a las relaciones públicas”.
