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miércoles, 1 mayo, 2024
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El Gobierno Cede a las Directrices de las Calificadoras y de la Banca

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Por: ARTURO HUERTA GONZÁLEZ •

La semana pasada los funcionarios de la SHCP festejaron que la paridad cambiaria había bajado de los 19 pesos por dólar, señalando que el capital financiero estaba cambiando su visión sobre la economía nacional. Pero lo que está detrás de esa apreciación del peso mexicano, no es tanto que la Reserva Federal de Estados Unidos haya decidido no mover su tasa de interés, lo que llevó a que momentáneamente el dólar se haya depreciado frente a algunas monedas, sino sobre todo porque el gobierno mexicano decidió no revocar las concesiones mineras y las inversiones privadas en Pemex. Al depender la economía nacional de la entrada de capitales, dado el déficit de cuenta corriente de balanza de pagos creciente, se limita la capacidad del gobierno (por más deseos que pueda tener) de vetar las inversiones extranjeras en los sectores estratégicos del país. Y como el gobierno no decide trabajar con gasto público deficitario a favor de Pemex y la CFE y del desarrollo tecnológico para el impulso de la dinámica económica y del empleo, opta por continuar promoviendo la entrada de capitales, tanto no vetando la reforma petrolera, energética y en el sector minero, así como procediendo a trabajar con superávit fiscal, para que el sector privado invierta donde el gobierno deja de hacerlo. A ello se suma el aumento del diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos, para que venga inversión financiera a adquirir deuda pública. Los flujos de capital son los que aprecian al peso, lo que reduce competitividad de la producción nacional frente a importaciones, e incrementa el déficit de comercio exterior y nos hace depender más de la entrada de capitales. Ello aumenta la vulnerabilidad de la economía, pues dependemos del comportamiento de dichos flujos de capital, los cuales controlan el 34.4% del valor total del mercado de capitales, hegemonizan el desarrollo manufacturero, como al sector bancario y la economía no tiene capacidad de respuesta productiva y de política económica contra-cíclica frente al comportamiento adverso de los flujos de capitales.

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El Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero presidido por la SHCP, señaló el 19 de marzo que deciden “mantener un marco macroeconómico sólido que continúe fomentando la estabilidad de precios, la disciplina fiscal y la estabilidad financiera” ante el cambio de perspectivas de estable a negativa de la calificación crediticia de México por 3 agencias internacionales. En vez de fortalecer la esfera productiva para disminuir el déficit de comercio exterior y la dependencia de la entrada de capitales, se opta por mantener la misma política macroeconómica de ‘estabilidad’ que viene predominando desde inicios de la década de los años noventa. Ella está encaminada a promover entrada de capitales y favorece al sector financiero, a costa de achicar el tamaño y participación del Estado en la economía, de aumentar la deuda y no impulsar al crecimiento económico, ni al empleo formal, ni a los salarios, ni al bienestar de la población.

En la clausura de la 82 Convención Bancaria en Acapulco el 22 de marzo, el Presidente les pidió bajar las comisiones con competencia. Dijo que no será con leyes, sino con la competencia. Tal decisión no reconoce que en tantos años de la supuesta competencia que genera el “libre” mercado, no se han bajado las comisiones, lo que le permite a la banca obtener altas ganancias a costa de los clientes, evidenciando la estructura oligopólica que predomina en dicho sector. En enero las ganancias de la banca fueron 16 mil millones de pesos, las cuales fueron 24% mayores a las del mismo mes del año pasado. En dicho discurso el Presidente dijo que “los bancos se regulen con los bancos con un elemento que es clave para el buen manejo de la economía: la competencia”. Ello recuerda la posición del que fuera presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, que dijo que la banca no requería de regulación, que ellos se regulaban solos, y resulta que la falta de regulación al sistema financiero llevó a la crisis de dicho sector en 2008-2009. El Presidente añadió que “apoyará a que se mejoren las condiciones de la competencia para que ofrezcan mejores condiciones a las personas”, el problema es que no ha sido la competencia lo que genera menores comisiones bancarias, ni mucho menos menores tasas de interés para impulsar el desarrollo económico, sino históricamente han sido las medidas de regulación al sector financiero lo que evita prácticas especulativas y lo que ha permitido que se otorguen créditos baratos al sector productivo, lo que ha permitido condiciones de crecimiento, tal como aconteció en la Post Guerra hasta los años setenta a nivel mundial y nacional. No se puede dejar a la banca a su libre albedrío, debido a que en su sangre llevan la especulación, el lucro de corto plazo, a costa de descapitalizar al sector productivo, al gobierno y a las familias.■

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