■ Directivos no cumplen con la normatividad para avalar contratación de maestros: Álvarez
■ De no aplicar las reglas la UAZ está condenada a que haya algún ajuste de fuera, dice
Durante años, una de las argucias utilizadas por los directores de las unidades académicas de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) para avalar la contratación de docentes, ha sido la división de grupos, ello a pesar de que la normatividad establece que la cantidad de estudiantes por grupo debe ser de 35, afirmó José Antonio Álvarez Pérez, ex coordinador de Recursos Humanos en esa institución.
Desde su punto de vista, corregir el número de horas frente a grupo para todos los profesores universitarios (que la normatividad no diferencia entre niveles académicos) y cumplir con el número de alumnos por grupo, “daría un ajuste natural a la plantilla de docentes”.
“Cuando no hay la materia laboral suficiente para todos, lo que hacen los directores es partir los grupos. Por ejemplo, si hay un grupo para abrirlo para 30 alumnos y no tienen materia laboral para todos, lo que hacen es abrir tres grupos de 10”, explicó.
El problema es que al permanecer así los maestros durante un tiempo determinado, generan el derecho laboral para basificar su materia laboral “aunque no haya con qué”, lo que genera un déficit financiera.
Álvarez Pérez reiteró que el Contrato Colectivo de Trabajo señala que el número de alumnos por grupo debe ser de 35, y el único motivo porque pueda ser menor es que sea un grupo único o que la capacidad de infraestructura no lo permita.
Entonces, una parte de la solución es que el módulo de nómina y de recursos humanos asigne los docentes con base en ese precepto, porque al no haber la materia laboral suficiente para los nuevos docentes contratados, los directores dividen los grupos de estudiantes.
Sobre el tema de horas frente a grupo, el docente de la Unidad Académica de Ingeniería comentó que los Tiempos Completos están obligados a tener de 15 a 20 horas-semana-mes frente a grupo, mientras que los Medios Tiempos 10 horas-semana-mes, pero en ocasiones no se cumple.
Entonces, “esos son dos ejemplos de cómo aplicando la norma nos daría condiciones para hacer un ajuste natural al tema de la contratación de docentes, pero si no se hace y no se tiene la voluntad, la Universidad está condenada a que en algún momento haya algún ajuste de fuera, porque no tiene salida económica y además es un asunto político”, concluyó Álvarez Pérez.
Indicó entonces que todos los trabajadores de la Universidad deben justificar las funciones para las cuales fueron contratados o que se establecen en los Contratos Colectivos, de manera que si hay alguien que realiza funciones que no corresponden o por debajo de la norma, tendrá que realizarse un ajuste natural “en todos los aspectos”.
