El Día Internacional de la Tierra se conmemora el día 22 de abril, bajo el lema de este año “Es nuestro turno para liderar el cambio”. En esta fecha se trata de concientizar al mundo sobre la importancia que tiene nuestro planeta, en síntesis, el único lugar donde podemos vivir.
Sin embargo, seguimos viendo cómo el tema de la contaminación es uno de los temas que año con año son abordados y que poco hemos logrado para mejorar nuestro impacto positivo hacia el planeta.
En esta columna hablaré sobre la contaminación que generan los partidos políticos y los mismos candidatos. Estamos ya en tiempos electorales, lo que significa bombardeo de información sin sentido, descalificaciones, contaminación acústica, contaminación visual y contaminación del suelo.
La mayoría de los candidatos siguen con la misma tendencia de hacer campañas, imprimir volantes que van directo al cesto de basura, inundar la programación de radio y televisión con spots intrascendentes así como contaminar visualmente todas las ciudades.
La propaganda partidista se ha centrado en las descalificaciones, los partidos políticos luchan por demostrar que todos son corruptos. Aquí cabe la pregunta, ¿no se han dado cuenta que todos tienen cola que les pisen?
Campañas que se basan en denostar, en temas que ni siquiera los candidatos entienden, pero lo más lamentable del caso es que ninguno de ellos cumple sus funciones. La gran mayoría de ellos piensan más en el siguiente puesto que en desempeñar las funciones del puesto al que aspiran.
Todos los candidatos buscan marear con el discurso, cantinflear para evitar comprometerse a algo, posar para la foto y comprar el voto mediante despensas, tarjetas, desayunos, acarreos y demás acciones que aún siguen arraigadas en nuestro país.
La contaminación que se genera en las campañas es abundante, las pintas en paredes, la cantidad de lonas impresas, los volantes tirados, los plásticos utilizados y demás artículos de campaña seguirán dañando a nuestro planeta.
Se comprobó ya que la gran mayoría de los artículos utilizados por el Partido Verde Ecologista de México no son reciclables, incluso muchos de ellos tenían el símbolo que indicaba que si lo eran.
La mayoría de los partidos manejan la doble moral, presentan una cara a la sociedad pero al interior de su partido existe una realidad completamente diferente.
Como ciudadanos, aún seguimos esperando a candidatos que sean honestos, trabajadores, conscientes de su responsabilidad ante la sociedad pero sobre todo conscientes con su impacto en el ejercicio diario de sus funciones.
México requiere políticos honestos, que no busquen un trabajo atemporal para después brincar a un trabajo de mejor remuneración, capacidad de trabajo para la responsabilidad que adquieren, pero sobre todo algún tipo de idea de cómo desempeñar su encargo. Muchos políticos son improvisados.
Lamentablemente es una historia que se repite año con año, políticos sin ideología que utilizan a los partidos para acceder a los cargos de representación popular; políticos sin ningún tipo de formación que adquieren la responsabilidad de trazar directrices en la política pública; así como políticos corruptos que al salir de sus puestos se convierten en millonarios; políticos que buscan crear una aristocracia política y que piensan que el poder es para siempre.
Las campañas políticas son largas, cuestan mucho dinero al erario público, son procesos que contaminan en todo sentido. La única finalidad es buscar el poder por el poder, demostrar que los partidos no tienen conciencia social y que los candidatos se mueven al mismo son que marca el director de la orquesta.
Debemos acabar con la corrupción, debemos aprender a denunciar, exigir a los políticos compromiso y trabajo, exigir a los partidos y los políticos transparencia y austeridad en los gastos.
Los mexicanos debemos generar cambios en la sociedad para poder transformar a México.
“La política es tan importante que no podemos dejarla en manos de los políticos” (Ricardo Martinelli, ex-presidente de Panamá).
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