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miércoles, 1 mayo, 2024
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Chronic, obra de Michel Franco, en competencia por la Palma de Oro

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

■ La historia, de origen personal, aborda el oficio de quienes trabajan con los últimos días de vida de las personas

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■ La producción se destaca por ser completamente en inglés y con actores estadounidenses

CANNES, FRANCIA. “Yo todavía no estoy consciente de qué película hice. No siempre a uno le sale la película que quiere, y esto es lo que salió”, fueron las palabras del director mexicano Michel Franco a mitad de una conferencia de prensa organizada para periodistas latinoamericanos, en la terraza del restaurante El Silencio, justo tras la proyección de su filme Chronic.

Fruto de la coproducción entre la propia casa de Franco, Lucía Films, con Vámonos Films y Stromboli Films, Chronic es la cinta mexicana de la Selección Oficial de la Competencia por la Palma de Oro en la 68 edición del Festival de Cannes.

La primera proyección de Chronic, en el gran teatro Lumière a las 8:30 horas, estuvo llena de expectación en los pasillos del palacio porque no se sabía si Franco iba a repetir la dosis recetada en el año 2012 cuando, con Después de Lucía, se llevó el premio de Una Cierta Mirada y revolvió el estómago de más de uno.

En esta ocasión Franco, de 35 años, montó una superproducción hablada completamente en inglés y actuada por Tim Roth, Sarah Sutherland, Robin Bartlett, y la mexicana Nailea Norvind en su debut actoral en inglés.

La historia es otra vez un tema que incomoda: los oficios de las sombras, de los que trabajan con los últimos días de vida de las personas. Enfermeros asignados a personas casi desahuciadas o destinadas a un estado de vida casi vegetativo. La idea le vino a Franco tras la experiencia personal sufrida por la muerte de su abuela y la relación personal que ésta construyó con su enfermero durante casi 6 meses. Tiempo que le permitió a éste ser su amigo íntimo, conocer historias personales que ni siquiera Franco sabía y que terminó por saber gracias a las visitas, posteriores al deceso, del profesional en la casa de la familia del director mexicano.

Ver las diferentes tareas del enfermero (cambiarle el pañal, la bolsa urinaria y otras más difíciles e incluso humillantes) inspiró a Franco para ficcionar la realidad de este trabajo. Sobre todo en lo personal, en lo íntimo y depresivo que puede convertirse un trabajo que sirve sólo para acompañar personas al fin de sus días.

Pero su personaje está dibujado con rasgos de insensibilidad, de lentitud: “Quería hacer un personaje complejo, lejos de los estereotipos que ya se conocen de estos oficios”. La cámara se le pega al trabajo del protagonista y sus pacientes, olvidándose de todo lo que pudiera distraer al espectador del conflicto central: la depresión del enfermero y el estado emocional de sus pacientes.

Entonces, en 93 minutos, Franco muestra siempre secuencias lentas, parsimoniosas “para destilar suavemente la historia y no entregarla toda abruptamente”. Se ve la sobriedad de un enfermero (Roth) que se involucra en diferentes vidas y muertes, sufriendo o excediendo la empatía personal con ellas.

Además del tema incómodo, Franco es fiel a ciertas estrategias de su cine como las aperturas de secuencias desde los coches y la presencia de éstos en la intervención de los dramas.

Lo mismo sucede con la ausencia de música durante todo el filme: “Yo respeto tanto la música como el cine, incluso me gusta más la música que el cine, que no la mezclo a lo güey. Las voy a mezclar el día que valga la pena. Así como escojo a Tim Roth para un papel, la música la voy a mezclar cuando valga la pena, cuando sea protagónica. Pero filmar una película y dársela a un músico que en unas dos o tres semanas le pone unos violincitos y un pianito, que es lo que hacen el 95 por ciento de los directores, es faltarle el respeto al público: aquí tienes que sentir esto y aquí lo otro. La música de Almodóvar, de Tarantino, de Allen es música de los directores que lo saben hacer. Pero apenas tengo 35 años y lo voy a hacer”.

 

Otra producción no anglosajona pero hablada en inglés

Cuestionado por el corresponsal de Notimex sobre el por qué había decidido filmar en Los Ángeles, con actores estadounidenses y en inglés, Franco comentó: “Los productores –Moisés Zonana y Gabriel Ripstein- viven o ya tenían tiempo en California. Roth vive ahí, y en fin, es ahí donde hay más actores, y ahí podía tener a los mejores actores posibles… que si viven ahí, pues hay que ir ahí”.

Después agregó: “Estábamos en el Carlton tomando unos whiskies, Tim con su esposa y yo con Moisés, que no es lo mismo, y él me preguntó que cuál era mi siguiente película. Le platiqué la historia. Me dijo ‘cámbialo por un hombre y yo la hago’. Y yo, ‘no, no’. Pero yo ya le había platicado que Después de Lucía era para un hombre y al final la cambié para una mujer. Y me dijo ‘pues mira, el personaje lo puedes cambiar y hacer para mí’. Y en ese momento, ya por dentro de mí, me di dos bofetadas y me dije ‘rebobina, no siempre puedes tener a Tim en tu película’”. “El problema en un principio fue que ya se había hablado el rol para Carmen Beato, pero se lo comentamos y ella muy consciente entendió el asunto”, concluyó luego el coproductor Moisés Zonana.

Franco insistió también en que no se va a ir a filmar a esos sitios en donde hay beneficios fiscales. Sino que trata de respetar las necesidades de sus guiones. A ver cómo le va, a un día para saber cómo le va en la premiación el domingo.

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