De cara al período vacacional, el alcalde capitalino, Jorge Miranda Castro, informó que están manteniendo pláticas y reuniones con todos los comerciantes del Centro Histórico a quienes se les pide disciplina en lo que respecta a la recolección de basura, pues los camiones pasan tres veces diarias y “no es posible que al día siguiente vuelva a haber basura”, por lo que se necesita trabajar de la mano para mantener la ciudad limpia, sobre todo ahora que se avecina el Festival Cultural y se reciben miles de turistas del país y el mundo.
Con respecto a las pintas que se observan en el centro, el edil refirió que han querido ser muy respetuosos con el tema de las expresiones del 8M para que no fueran retiradas de un día a otro y se leyera esto como una reacción antagónica y de agresión, pero sí señaló que se está haciendo la intervención con la ayuda de personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de la Junta de Protección y Conservación de Monumentos y Zonas Típicas.
La bóveda número 7
es la más deteriorada
y el Mesón de Jobito está
construido sobre ésta
También con expertos de estas mismas instancias, desde hace día se ha hecho una evaluación muy precisa de los daños que tiene la bóveda de la ciudad, especialmente la secundaria o bóveda número 7, que es la que más deteriorada está, de ahí que el tema del Mesón de Jobito se haya tornado delicado, pues éste se construyó sobre dicha bóveda que además carece de una cimentación que resista movimiento.
Asimismo, el munícipe informó sobre el desprendimiento que sufrió la Fuente de los Faroles, hecho que dijo no fue provocado, sino por el deterioro normal que se fue agudizando con el tiempo por la falta de mantenimiento, aunque ya se está interviniendo en coordinación con el personal autorizado para poder sustituir dicha pieza.
Finalmente, Jorge Miranda Castro indicó que se está haciendo una revisión profunda de todos los elementos icónicos de la ciudad, pues hay deterioro normal en todos ellos pero con lo de la bóveda ahora la obligación es también voltear hacia abajo, para poder seguir cuidando el patrimonio a lo largo y ancho de todo el centro.
