Quisiera comenzar esta aportación diciendo, que tanto la pasada como esta, son alusiones a la falsa y a veces conmovedora historia de la forma en la que los ciudadanos de todo el mundo entendemos (o intentamos entender) los conflictos internacionales de orden bélico, como es el caso de los acontecimientos de los últimos días en la desafortunada circunstancia en la que se encuentra Francia y por supuesto el resto de los países, que han sido señalados por el Estado Islámico como candidatos a ser atacados por el grupo radical.
De el fin de semana pasado a este, hemos encontrado demasiada información que pareciese girar alrededor del conflicto y levitar con verdades a medias y confusas a la vez. Si empezamos por el principio, tendríamos que decir que los acontecimientos pasados en París, obedecen a un programa terrorista para desestabilizar al occidente y dar muestras de fuerza en el orbe mundial, tal es el caso, que valdría la pena decir que las potencias mundiales se encuentran en una encrucijada importante por el definir con claridad, a que se enfrentan los poderosos países que han coincidido en poner como objetivo principal, el derrocar al violento y radical grupo armado del Estado Islámico ISIS, por ejemplo, debe entenderse que los extremistas no constituyen un grupo terrorista, por lo menos no es su idea fundamental, sino el de ser vistos por el mundo como un ejército de decenas de miles de soldados que estarían dispuestos a dar la vida por la causa, adoctrinados por el binomio religioso extremista y aprovechándose de la vulnerabilidad de los adherentes que no logran fraguar una identidad con el país en el que nacieron, pero que no brinda las mínimas condiciones de porvenir que tuvieron por ejemplo, sus padres y sus abuelos.
Ya en la ocasión pasada, decíamos que el problema radica en que el conflicto que tiene esta parte reaccionaria del medio oriente, se debe analizar en dos vías, por ejemplo, la falta de oportunidades que tiene la tercera generación de inmigrantes musulmanes a Europa, y por otro lado, la proclividad que brinda este grupo a los inconformes para unirse a ellos.
El “Estado Islámico” es un desprendimiento de lo que hace no más de 3 años era Al-Qaeda y que por diferencias internas se constituyo en Estado Islámico, bajo principios más extremistas y con la consigna de conformar un califato, primero, unificando a los musulmanes del mundo para después pasar a una adoctrinamiento global que dejara vigente sólo a la religión islamita bajo las reglas de este sistema de control primitivo.
Entonces, las cosas que habría que saber en la lógica más elemental del manual de guerras, que debiesen tener los que en este momento emprenden la ofensiva en el medio oriente es, que no es contra un Estado-Nación a quien enfrentan y que la región que atacan está llena de asesinos, así como de población civil como es el caso de Raqqa, la capital del espacio en el que se asientan los ejércitos de autonombrado califa y dadas estas circunstancias, debiese actuar el grupo de países encabezados por EUA con suma pulcritud en los ataques que vía aérea se realizan. Además de esto, es evidente que lo primero que se debiera asaltar por parte de este frente, son los canales económicos que abastecen al estado islámico de armas y recursos para desarrollar sus actividades, como los son el su mayoría las que se desarrollan en el mercado negro, pocos saben que el caudal financiero de estos, es de un mil millones de dólares, suficientes para soportar el corte de capitales y librar una guerra por años, sin la necesidad de mover un dedo; además, estos recursos se constituyen del robo de petróleo, venta de granos como el trigo, venta de armas y trata de personas que por lo recóndito del territorio, no será fácil acabar. Esto quiere decir que si la lucha se diera entre Irak y Siria, el combate sería una especie de guerra de guerrillas del cual, son pocos los invasores que han salido victoriosos de estas oleadas.
Por otra parte, lo complejo del asunto es que aún estando copado el territorio de conflicto de tropas “libertarias”, hay miles de musulmanes afines a la causa extremista que nunca han visitado Siria, no nacieron ahí, e incluso cuentan con nacionalidades de los países que el propio estado islámico determinó como proclives a ser atentados con las medidas inhumanas que les caracteriza.
Lo que se aproxima pues, no es una tercera guerra mundial como muchos comunicadores lo dicen, no reúne ninguna de las características que pudiesen darle ese nombre; sin embargo, las condiciones están para sacar algo positivo del asunto, por ejemplo, unificar a los polos que pareciese difícil de jalar para un mismo lado como lo es EUA y Rusia, y por otro lado, diseñar de una vez por todas políticas más amables para los desplazados, migrantes, refugiados y todos aquellos que se encuentren en un abismo legal por su condición de buscar mejorar su calidad de vida y el de sus familias. ■
