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jueves, 28 marzo, 2024
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El tribunal de cuentas en Zacatecas: segundo aire

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS • Araceli Rodarte •

No es grato saber que en las mediciones sobre corrupción México aparece entre los países con más problemas en este tema. La corrupción no es un asunto de moralidad privada, sino de diseños institucionales que la impidan, en especial los que determinan la forma de operar de las instancias de fiscalización. Todos los estudios coinciden en la falta de autonomía de los órganos de fiscalización, lo que elimina el alma de estas instituciones. Se necesita repensar el diseño de la fiscalización de cuentas para hacer de esta función una realidad efectiva. Los casos de soborno por concesiones y contratos parecen ser uno de los problemas más importantes de la función pública. La lucha por la obra pública hace de los responsables de autorizarla susceptibles de actos de corrupción, y no pocos aparecen en pocos meses con patrimonios enormes, autos lujosos, cuentas bancarias o acciones en empresas. Para este trabajo se requiere de instancias especializadas y alto nivel de competencia. Lo que ahora tenemos es absolutamente insuficiente, especialmente el modelo de Auditorías y Contralorías está siendo rebasado.

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Justo por ello, se ha propuesto el llamado Tribunal de Cuentas, como una manera de crear una instancia que garantice mayor eficacia en la revisión: inmediatez de la tarea revisora; ampliación de facultades para fiscalizar y sancionar, y sin límites en la cobertura de revisión (gobierno y órganos descentralizados o autónomos), pero garantizando también la imparcialidad; por ello, el tema de quién y cómo se elige a los miembros del tribunal es esencial, además de dotar a este órgano de plena autonomía de gestión, funcional y presupuestaria. Por la experiencia de la integración de esos órganos, es vital que el perfil esté muy cuidado y el procedimiento de auscultación para integrar las propuestas sea absolutamente transparente. Por último, también será importante la forma de evaluar y medir el desempeño del propio órgano fiscalizador.

La propuesta original hecha por el gobernador en funciones, y que en su momento fue detenida por la Legislatura pasada, (recordamos la activa oposición de la diputada de Movimiento Ciudadano), requiere afinar una serie de puntos. Sin embargo, mejor que sólo afinar, es debatir el tema en foros abiertos con expertos y de frente a la ciudadanía. Si la bancada del PRI se sostiene en la aprobación, y observando las declaraciones de la oposición en conjunto, parece que la mayoría legislativa sería un hecho. Aunque hay algunas conductas de diputados del partido en el gobierno, del Verde y del propio auditor, que hacen dudar en la consistencia de la voluntad de renovar la estructura de fiscalización en Zacatecas. Esperemos que la última declaración del gobernador del estado, en el sentido de sostener la propuesta se haga efectiva en la bancada de su partido. Con ello, estaríamos avanzando en la necesaria renovación de los órganos encargados de combatir la corrupción: el Tribunal de Cuentas en Zacatecas sería una realidad que, seguramente, todos aplaudiríamos.

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