El gran prodigo madrileño, fan del atlético y de Bob Dylan, Joaquín Sabina, patrocina esta ocasión la pluma.
Se antoja siempre a fin de año, hacer una remembranza de lo que paso durante. Siempre, al final de diciembre los seres humanos hacemos dos cosas, voltear hacia atrás y ver cuánto nos equivocamos, y además ver a futuro y proyectarnos ligeros de equipaje, como si el 31 de diciembre borrara nuestros defectos de carácter, como si se fuera con el año todo lo malo que pasa durante los 365 días.
Llevemos al plano de lo público y político el resumen, pero seamos cautos y flexibles, no debemos ser (aunque así lo amerite la ocasión) tan radicales, son fiestas de guardar.
El año fue complejo para el mundo, aún más para México. Sucede que el modo de producción predominante está dando malos resultados, el modelo neoliberal está acabando hasta con el espíritu de la gente, tenemos un planeta en fase terminal, y aunque el tiempo es relativo y para la edad de la tierra una enfermedad puede durar millones de años, lo cierto es que fueron nuestras generaciones las que nos estamos acabando el mundo, el calentamiento global es una realidad, el alza de grados centígrados por emisiones de gases es una realidad y el legado a nuestros hijos en términos de habitad es bastante cuestionable, incluso creo, que hay pocas esperanzas de que los niños tomen conciencia de lo delicado del asunto y ayuden a erradicar el mal si no ponemos énfasis en la educación y los valores, pero siendo serios debiéramos ver que esta realidad aunque permea en el mundo entero se materializa mas en México por sus condiciones decadentes, por la descomposición social que padecemos y por el deterioro de los valores que hacen a una sociedad cada vez más primitiva, cada vez más proclive al consumismo político.
El mundo padece un deterioro producto del abuso del ser humano. Hoy, tenemos mucha tecnología, con todo lo que esto implica, por ejemplo el consumismo y a toda la gente detrás de un teléfono, de un coche o de un sueño con un sueldo que en la mayoría de los casos no alcanza, somos tantos y es tan mecánico el trabajo que la mano del hombre es cada vez mas innecesaria, a futuro, pero desde ahora se vislumbra un modelo diferente que rija la vida laboral del hombre, no se ocupara de la presencia material del individuo, una máquina remplazará a 5 trabajadores en promedio y para los industriales esto representará un ahorro tremendo y perverso puesto que las máquinas no cobran y no comen. Esto obliga entonces a una reflexión de todos los que somos trabajadores, obliga cuando menos a echar un vistazo a nuestra realidad y ser muy críticos con nuestra condición puesto que el año, de este lado del mundo, ósea en México el año sólo ha dejado damnificados y depende sólo de nosotros un futuro promisorio o nuestra condición de victimas.
¿Qué dejo el año, pues?
De lo más a lo menos, el año deja la posibilidad de que a la oficina oval llegue un Republicano recalcitrante como lo es el Inmigrante Trump, a quien por cierto maquiavélicamente apoya Putin, los que saben de política ven esta reacción como una jugada de parte de Rusia para fortalecer al candidato mas ramplón en virtud de conservarse en el orbe como el país más poderoso del mundo, aunque se les olvida China.
Acá en el país… ¿De veras dan ganas de escribir del país?, no, regresemos a la globalidad.
Toda la introducción de este texto tuvo una parte sentimental, realista de la situación que pasa con nuestra sociedad (la mexicana), pero si vemos mas allá del horizonte nos podremos encontrar con otras sociedades con el poder de cambiar el mundo, sociedades sanas, democráticas, fuertes, de avanzada, con seres humanos HUMANOS, con componentes que detonan la posibilidad de cambiar la realidad del planeta, donde el delito más cometido es el robo de bicicletas, donde la educación es un tema fundamental y casi didáctico, donde se nace casi sabiendo ingles aunque no sea la lengua madre, donde se desarrollan científicos y médicos con un gran sentido social de responsabilidad, con la visión de cambiar el estado de cosas de su región, para así contribuir al cambio del mundo, me refiero por supuesto a países como los Nórdicos, o Suiza o incluso algunos europeos de la vieja guardia como Alemania.
Sí hay futuro, más allá de las adversidades que enfrentamos y que no son pocas, tenemos la obligación de responsabilizarnos de las próximas generaciones de mexicanos con el ejemplo de los países que han estado en condiciones más adversas, que mas allá de una tiranía democrática como la tenemos en México, han tenido dos guerras mundiales y aún así se han levantado. En México el panorama no luce nada alentador, pero el año que entra es un nuevo capítulo para empezar a cambiar nuestra realidad, depende de nosotros mismos.
La única condición exclusiva del ser humano, es que siempre dependerá de uno el entorno que nos envuelva.
