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viernes, 17 mayo, 2024
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El arte permite a la sociedad comunicarse y entenderse, expresan integrantes de La Lupita

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

  • Éste incide en las personas y cambia su vida, comenta Lino Nava, guitarrista de la banda

El arte es el vehículo que sirve a cualquier sociedad para comunicarse para entenderse y comprenderse, pues es ver una realidad, a través de la sensibilidad y la creatividad y salir del caos en que se vive, opina Héctor Quijada, vocalista de la legendaria banda de rock mexicano La Lupita.

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Sin embargo, comenta, lamentablemente los gobiernos, cuando se encuentran en crisis económica, lo primero que sacrifican y en donde hacen recortes presupuestales, es en el rubro de cultura. Algo común en este país.

Lo cual, dice, es inexplicable, pues tanto músicos, como actores, pintores, entre otros, han dado prestigio y reconocimiento a México a nivel mundial, mucho más que juntando a todos los políticos de todas las épocas.

“¿Para qué somos buenos, coño? Pues ahí hay que meterle. ¿Cuánto del recurso nacional se va para campañas políticas, y cuánto para cultura? Si hacemos esa comparación, ahí comprenderemos muchos problemas de este país”, reflexiona el cantante.

https://www.youtube.com/watch?v=hW9_eerUmXA

Lino Nava, guitarrista de la banda, menciona que el arte incide en las personas y como ejemplo de ello está su tecladista Erick, originario de Playa Vicente, donde se vive una situación política y social compleja, pues Erik comenzó a tocar música a la edad de 9 años en las cantinas, tocando cumbias.

Un maestro del conservatorio de Xalapa lo encontró, y se dio cuenta de su talento. Fue becado en el conservatorio, y recuerda que de ver como se asesinaba la gente en una cantina a machetazos, la música le cambió la vida.

El guitarrista destaca que actualmente se ha visto al rock como un aliado de la cultura, pues hace muchos años se pensaba que esta música era agresiva o alocada y en sus inicios, como otras bandas, buscaban espacios para tocar.

Recuerda que en esos años, había lugares como el Tutifruti, Rockotitlán, Rockstock, El 9, La ultima carcajada de la Cumbancha, aunque eran pocos, estos espacios se llenaban de visitantes que buscaban escuchar algo nuevo y que albergaron a bandas mexicanas de rock.

“La música y el arte no tienen edades, pues incluso un trovador de 90 años puede dejarte una lección de vida y estética brutal, así como una persona de 13 años. Y no hay cultura sin rock, así como no hay cultura sin juventud”, expresa a quien se ha considerado uno de los mejores guitarristas de rock en el país.

La Lupita es un ejemplo de la variedad de cultura musical en su propuesta, como dice Rosa Adame, vocalista, pues la banda agarra de dulce, manteca y chile, ya que la banda coquetea con todos los géneros musicales.

Todos los integrantes eran consumidores de música, comenta, y cada quien tenía sus propios gustos. “Y al mezclarlos en la olla, salía algo que nos hacía felices con el respeto a los gustos de cada uno de nosotros”, expresó la vocalista.

Lino recuerda que la historia de la banda comienza en 1991 en la Ciudad de México, en un momento en el que el rock tenía buena aceptación y había una diversidad de grupos que buscaban lugares donde tocar.

En esa década, comenta, se buscaba también una identidad, de ahí el nombre de La Lupita. Sus integrantes escuchaban desde rock como bandas tipo Red Hot Chilli Peppers, hasta los temas de Pérez Prado.

Cuenta que antes de cumplir un año como banda, ya tenían un contrato con una compañía trasnacional, cuando un director artístico los observó en un concierto masivo con Mano Negra. A partir de ahí, cambió su historia, los conciertos masivos, fueron los que le dieron a la banda su primera formación, y de ahí surgió esa idea cambiante de hacer música.

Héctor cuenta la anécdota que hay detrás del tema Contrabando y traición, tema que incluyeron para su primer concierto en Guadalajara, al cual fueron invitados por José Fors del grupo La Cuca. En un ensayo se habían hecho versiones de Camelia la Texana, y se les ocurrió tocar esa canción. En el camino, fueron haciendo algunos arreglos y se inventaron una parte de un verso pues no recordaban toda la canción.

Llegando a la Ciudad de México, se les explicó que la canción se llamaba Contrabando y Traición, y fue así que nació esta versión, una de las que mayor popularidad dio a la banda. Aunque Héctor reconoce que nunca planearon hacer un cover, pues eso es algo que va saliendo.

La Lupita se encuentra celebrando sus 25 años de trayectoria, y recientemente visitó Zacatecas para presentarse en el Festival Vive La Ciudad y el cuarto aniversario del programa Indie C Sounds, siendo sus teloneros el grupo de surf Linterna de Fresnillo. “Las calles y nuestras ciudades son nuestras, y por muchos años estuvieron secuestradas. Retomarla es una victoria”, dice el vocalista.

Después de la salida del baterista Ernesto Bola Domene y del bajista Poncho Toledo,  se integraron Roberto Palomo y Erik, quienes han dado un nuevo sonido y han inyectado de juventud a la banda como dice Lino.

La banda estuvo detenida un tiempo en 2001, cuando Rosa salió de la banda para dedicarse a la maternidad. Y fue en esa época, cuando Bola y Poncho abandonaron el grupo. Posteriormente en el año 2004 aparece Lupitología, en el que sacan dos temas nuevos. Lino recuerda que su regreso fue positivo en un concierto conmemorativo de los primeros 10 años del Festival Vive Latino, en donde fue bien recibida la banda.

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