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miércoles, 1 mayo, 2024
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Raúl Cervantes lleva como “una marca indeleble” su cercanía Peña Nieto

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Por: ALMA RÍOS •

■ El servicio público es rehén de decisiones sobre temas candentes: Morena

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■ PRD local descarta que su renuncia a la PGR sea una argucia

La renuncia de Raúl Cervantes a la PGR fue ocasionada por el peso de la opinión generalizada respecto de que “ese hombre no podía, hasta por sanidad mental”, ni siquiera mencionarse como posible Fiscal General Anticorrupción, pues lleva como “una marca indeleble” su cercanía con el presidente Enrique Peña Nieto, dijo Gilberto del Real Ruedas; mientras que para Arturo Ortiz Méndez, esta circunstancia ocasionó una incomodidad en el senador con licencia, a quien considera una persona seria y responsable, “que como a todos los mexicanos le tocó vivir en un periodo de crisis que llevará a una transición”.

La dimisión de Cervantes Andrade a la titularidad de la Procuraduría General de la República y la controversia en torno al momento adecuado para la designación del Fiscal General Anticorrupción, “no son más que una muestra de que el servicio público se convierte en un rehén de las decisiones sobre temas francamente candentes” como la Procuración de Justicia, la Seguridad o la Educación, dijo Gilberto del Real Ruedas, presidente del Consejo Estatal del Movimiento de Regeneración Nacional.

Equiparó el tema a otro asunto local, la reciente designación de Catarino Martínez Díaz como rector de la UPZ, “este asunto que publicó La Jornada Zacatecas de cómo se da el relevo en la Politécnica de Zacatecas, es la subordinación, el sacrificio de las funciones sustantivas a intereses pequeñísimos de la casta política que gobierna y su enana visión”.

Para Arturo Ortiz Méndez, presidente del Partido de la Revolución Democrática en el estado, la decisión que tomó Raúl Cervantes tiene dos componentes, su incomodidad como senador con licencia respecto de que la Cámara Alta no le avalara para convertirse en Fiscal General Anticorrupción por su “relación tan estrecha” con el presidente Peña Nieto, “y por otro lado creo que da una idea de la seriedad con la que está acostumbrado a tratar las cosas”.

Expuso que habría de esperarse al desenlace de este episodio que considera “no tiene mayor trascendencia porque no se trata de triunfos ni de derrotas”, sino de que todos los actores desde el presidente a los ciudadanos deben ubicarse “en la plataforma donde podamos observar y actuar en consecuencia en esta etapa de transición”, en la que sostiene, ya se encuentra de manera irreversible el país.

Respecto de si la renuncia del ex procurador general de la República pudiera ser una argucia como han señalado analistas políticos, Arturo Ortiz Méndez, descartó la posibilidad, pues dijo que “estamos viviendo un momento en el país en el que ninguna argucia, si así fuese, va a permitir que las cosas se hagan al margen de la legalidad”.

Observó que el Fiscal Nacional Anticorrupción tiene que ser avalado por el Senado “y no puede ser sobre decisiones que de facto se estén dando por personas o por grupos de interés” como pudiera presumirse para el caso del que encabeza el presidente Enrique Peña.

“Yo creo que no es momento para que alguien con argucia alguna se apropie de una posición tan importante que tiene que ver con la propia credibilidad del Estado mexicano”.

Sobre el mismo aspecto, Gilberto del Real Ruedas comentó que quizá el poder “dentro de tanta artimaña suponga que puede engañar a los mexicanos, mediante esa vía medio retorcida” de entregar la renuncia de Raúl Cervantes para luego “por otra puerta intentar volver a meterlo” a la Fiscalía General Anticorrupción, “no es de descartarse”.

Expuso que el tema sigue planteándose de una forma muy grave por su cercanía con el presidente, por lo que su designación en un cargo tan delicado implicaría “el acta de defunción de un asunto que todavía no nace”.

Los líderes partidistas también comentaron sobre los tiempos para designar al Fiscal General Anticorrupción que se debate entre que sea antes de la elección del 2018 o con posterioridad a ella, esto último propuesto tanto Enrique Peña Nieto como Andrés Manuel López Obrador para evitar que se vea influenciada por el clima electoral.

Al respecto dijo Ortiz Méndez que “nosotros jugamos políticamente hablando, limpio, no estamos pensando en trampas”  por lo que la hipótesis tanto de Peña Nieto como de López Obrador corresponderían a una subcultura que la admite.

Mencionó que la designación del Fiscal no puede ser resultado de actitudes oportunistas o acomodos electorales, como la exponen actores tan importantes como el Presidente de la República.

Por su parte, Gilberto del Real Ruedas consideró que la designación definitiva del Fiscal General Anticorrupción “para hacerse razonablemente en orden, debiera ser posterior a la elección”.

 

 

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