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miércoles, 1 mayo, 2024
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Mon roi, una historia de amor incomprendido, compite por la Palma de Oro, en la ciudad francesa

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Por: AÏDA ANTONINO •

■ Maïwenn pretende dar una imagen de cine adulto con una crónica distanciada de una pareja

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CANNES. FRANCIA. Tony (Emmanuelle Bercot) se encuentra en una clínica de rehabilitación para recuperarse de un accidente de esquí. Durante las cinco semanas que permanecerá en el centro tendrá tiempo para reflexionar sobre la relación sentimental que ha mantenido con Georgio (Vincent Cassel).

La suya ha sido una historia de amor intenso a la par que destructivo por lo que Tony, desde la distancia que le aporta su estancia en rehabilitación, se preguntará quién era el hombre que amó tan profundamente y reflexionará sobre el modo en que se han querido ella y Georgio.

Mon roi, con guión de Maïwenn y Etienne Comar, forma parte de la Sección Oficial de largometrajes a concurso del Festival de Cannes 2015. La realizadora francesa con una breve filmografía: Pardonnez-moi (2006); Le Bal des actrices (All about actresses, 2009) y Polisse (2011) -Premio del Jurado en el Festival de Cannes- ya goza del reconocimiento de la crítica y del público.

El reparto de la película lo completan Louis Garrel como Solal, el hermano de Tony, e Isild Le Besco Babeth, la novia de éste.

En la década de los ochenta Elli Medeiros cantaba “Toi toi mon toit… toi mon tout, mon roi…”, un estribillo corto pero potente que define el personaje de Vincent Cassel, el Rey en todos los sentidos, “lleno de sombras como la vida que no puede verse nunca desde una pieza, sino desde diferentes ángulos”, explica la realizadora. Emmanuelle Bercot interpreta a una abogada que ha esperado mucho tiempo para encontrar el amor fulgurante y formar una familia, entendida como un hogar, y no puede permitirse perderlo.

La relación de Georgio y Tony, una pareja de cuarenta años entra inmediatamente en una intimidad extrema y singular que los lleva a convivir durante una década y tener a su único hijo, Simbad. La exaltación de los encuentros de los amantes, las fiestas, el deseo de tener un hijo, los primeros años con él… Todo narrado desde el punto de vista de la mujer mostrando al personaje masculino en todo su esplendor en cuanto a atractivo físico y dominio intelectual sobre ella.

Maïwenn ofrece una crónica distanciada de la pareja utilizando flashbacks como mecanismo para construir los perfiles de los dos protagonistas al mismo tiempo que tomar distancia para la reflexión de Tony, puesto que ésta no sólo debe recuperarse de sus lesiones físicas sino también psicológicas revisando sus últimos diez años junto a Georgio.

La elección del momento de la rehabilitación física para la reflexión sobre el pasado muestra la fascinación de la realizadora por filmar a las personas con heridas físicas que de algún modo “están apartadas de la sociedad y no tienen los mismos derechos que el resto”. El hecho de haber de valerse de una ayuda externa para poder desplazarse les permite relativizar la vida anterior. Mientras que su único objetivo es recuperarse. Es así, gracias a su accidente entendido de este modo, que Tony vuelve a sentir afecto por Giorgio.

A Maïwenn se le ha atribuido la etiqueta de realizadora que vuelve sus filmes autobiográficos, pero con esta historia de amor incomprendido pretende dar una imagen de cine adulto, con una dimensión universal diferente a la de las películas hasta ahora producidas, por eso ha decidido no actuar como sí hizo con Pardonnez-moi para ceder todo el protagonismo a Emmanuelle Bercot.

Vincent Cassel forma parte del reparto del filme Tale of Tales, del italiano Matteo Garrone, que participa en la Sección Oficial de largometrajes. Por su parte Emmanuelle Bercot es la realizadora de La tête haute, la película inaugural de la Sección Oficial, fuera de Competición, de la presente edición del Festival de Cannes.

 

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