17.8 C
Zacatecas
miércoles, 1 mayo, 2024
spot_img

■ Alba de Papel Pensar desde la incertidumbre

Más Leídas

- Publicidad -

Por: ALMA RITA DIAZ CONTRERAS •

En todo individuo y en toda sociedad, sólo existen dos misterios insondables que definen la finita humanidad de las personas, el amor y la muerte, sus correlaciones están marcadas por el espacio y el tiempo en aquello que viven como su propia cultura, bajo el ineluctable algoritmo de la política.

- Publicidad -

Ante la trepidante llegada de 2019, un ejercicio convulsivo se presenta en todos los escenarios posibles respecto al porvenir, donde con seguridad cada familia hace una introspección de su funcionalidad con la finalidad de mejorar y la práctica formal representada por el gobierno y sus instituciones, también busca aquellas prácticas que le permitan cumplir con su propósito obligado de ponerse al servicio de la sociedad que lo legitimó.

Noticias van y vienen y las redes sociales se saturan de comentarios encendidos, en relación a un tema tan apasionante como agotador, como es el de la política, esa que tiene su germen en la negociación aprendida en la familia de origen y que se va cincelando al paso del tiempo, fortaleciéndose o desvirtuándose, al fin y al cabo, siempre ha imperado la confusión, a la sazón de identidades trasgredidas por el progreso y hoy, además por las tecnologías.

Muchos propósitos se convierten en poco tiempo en materia olvidada, debido al rigor del tiempo que avanza inexorable y va carcomiéndolo todo, incluyendo las ilusiones que se van asfixiando en el tráfago violento de la vida cotidiana.

Pero la cultura es esa experiencia que se va formando, que se va esculpiendo en cada pueblo, en cada bastión de la geografía nacional, es la que realza su carácter y espíritu de lucha para conservar aquello que considera valioso, funda un sistema de valores, crea una cromática simbolización y es capaz de cambiar lo que es necesario transformar, sin perder su esencia.

Quizá el nuevo gobierno federal, debería apostar por esta reflexión que enmarcaría el principio de realidad, acerca de quiénes somos y a dónde queremos llegar como nación; esto priorizaría el tema de la cultura, de modo que se pueda declarar que los retos son iguales a las posibilidades de cada ciudadano, pueblo o región que pudiera expresar en torno a su composición.

Ante la austeridad manifiesta en el presupuesto para cultura, inferior a 2017 y 2018, invariablemente debe quedar claro que la cultura no es patrimonio de los partidos ni del gobierno y que en forma definitiva, la administración pública debe preocuparse por el interés de la colectividad y que en ella, se renueva su capacidad creativa para hacer más con menos.

En este sentido, para los responsables de cultura, el pronunciamiento general debería estar orientado a la unidad, en donde la gestión pase de un estado de pasividad y espera, a otro de negociación y acción en un escenario de cordialidad y respeto, de sincera inclusión donde no solamente estén los “amigos” que corresponden a un trienio o a un sexenio, sino que decididamente se opte por la creación de estados de opinión para la generación de nuevas políticas y consensos para el desarrollo cultural.

¿En qué mesas de discusión se escucha la voz y la experiencia de aquellos gestores culturales de viejo cuño que crearon las bases que hoy cimientan la política cultural que se implementa en el país y en los estados?… Estigmatizados por las corrientes políticas que los han segregado, o son maestros o se dedican a dar asesorías, muy pocos se han insertado en estructuras gubernamentales, como si de facto, se pudiera cambiar de profesión.

En el caso de Zacatecas, pasa igual, el asunto es circular y sólo se cuenta a los cercanos o a aquellos que políticamente son convenientes, bajo un esquema de simulación; pero donde quedó aquella generación de luchadores que se formaron en el campo de batalla? Claudio Trejo, Gabriel Torres, Pascual Ortiz, Ma. Eugenia Márquez, Sigifredo Pérez, Nicolás Esquivel, Álvaro Ortiz Pesquera (+), Juan Manuel de la Rosa (su trabajo en Sierra Hermosa, Villa de Cos es excepcional), Guillermina Esparza, Ernesto Juárez Frías (+), Annick Morisse, Gilda Martínez (+) y otros más que se han extraviado en el tiempo.

Bajo la premisa que sólo la cultura puede dar al progreso, una razón de ser y de existir, el papel del gestor cultural adquiere una gran importancia, tanto por su identificación e involucramiento con la sociedad, como por su búsqueda de una verdadera transformación espiritual para ella.

La utopía forma parte de su estamento y su labor creativa deberá encaminarse a una mayéutica, que en el devenir le permita siempre indagar y proponer con una identidad positiva, creíble, amorosa y fiel a sus principios, que su compromiso con la cultura, es irrenunciable, que su labor trasciende a intereses, grupos y partidos políticos en el poder.

Desde los contenidos profundos de la cultura, sería conveniente que se avive la solidaridad social, que se fomente una política de la generosidad sin intereses mezquinos ni autoritarios, y que en el ámbito familiar y laboral se trabaje con encumbrados valores que enaltezcan la condición humana.

Que se recuerde que la cultura es aliada de la libertad, y que a nivel global y local, en los cuatro puntos cardinales hay hombres y mujeres que diariamente asumen riesgos para mantener su derecho a soñar.

Benedetti (poeta uruguayo) compara al tiempo con un ángel cargado de semillas -buenas y malas-, que viene despacio pero firme sobre nosotros, hagamos que sea un buen año.
Ánimo y fortaleza para todos. ■

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -