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miércoles, 1 mayo, 2024
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Salvador García y Ortega, músico por herencia y director por convicción

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO • Araceli Rodarte •

■ Ha formado parte de la Banda Sinfónica del Estado de Zacatecas desde hace 55 años

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■ Generaciones de filarmónicos han hecho vibrar los instrumentos al ritmo de su batuta

Salvador García y Ortega, director de la Banda Sinfónica del Estado de Zacatecas, heredó la batuta de la agrupación gracias a su padre Juan Pablo García, quien dirigió la orquesta durante 66 años, falleciendo en el año de 1996.

Juan Pablo fomentó en él la pasión y el amor por la música desde temprana edad. “La música es mi vida, mi familia son los muchachos de la banda, incluso les dedico más tiempo que a mi familia y en este 2014 cumplo 55 años de trabajar orgullosamente en la banda”, dice Salvador.

Por falta de recursos económicos no pudo lograr su aspiración de convertirse en abogado, y en ese entonces su madre pretendía inscribirlo en el seminario para que se ordenara como sacerdote, pero él optó por inscribirse en la Escuela Normal Ávila Camacho.

Relata que su padre, con la profesión de músico, mantenía a una familia de 11 hijos y no deseaba que éstos fueran músicos, pues consideraba que en este oficio terminarían llevando una vida bohemia, tocando en cantinas y sin ingresos económicos.

Sin embargo, Jesús Cano, que en ese entonces tocaba la tambora en la banda, solicitó un permiso para ausentarse dos meses, y don Pablo pidió a Salvador que tomara el lugar del archivero, para que éste ocupara el lugar del percusionista.

“Hace 55 años que Cano no regresó, y aquí estoy; creo que si hubiera regresado no estuviera aquí. Aunque la banda que heredó mi padre eran músicos tomadores y adultos mayores; los pocos jóvenes tocaban en orquestas y en bailes”, dice García.

Su padre veía el poco ánimo en los músicos, y no auguraba futuro para la banda, pero decidió involucrar a Salvador, quien había mostrado siempre ser una persona responsable, y comenzó a enseñarle música.

“Al día siguiente de proponérmelo, me levantó a las 6 de la mañana y me enseñó a leer notas y a tocar el clarinete; me pidió que invitara a más jóvenes del barrio, por lo que llegué a juntar a 10, y ensayábamos a esa hora de la madrugada”, recuerda el músico.

P13 salvador garcía, foto 1

En ese tiempo se interpretaban danzones, sones, así como la Marcha de Zacatecas, pero eran cuatro piezas en 2 horas. Recuerda con tristeza, que un día don Juan Pablo cayó enfermo y se tenía el compromiso de tocar Las Mañanitas de abril en la Alameda.

La banda acudió, y don Pablo no pudo acudir. Al llegar Salvador, el director de la banda lo puso a dirigir mientras él cantaba Las Mañanitas. Así lo hizo, y después lo puso a prueba con la Marcha de Zacatecas, siguiendo sus instrucciones y guiándolo musicalmente.

Esa fue su oportunidad para dirigir a la banda en Las Mañanitas, y durante un concierto que se tenía que dar en la Plaza de Armas, Salvador reconoce que tuvo miedo, y los nervios invadieron su cuerpo.

Durante un mes, Salvador dirigió a la banda en los compromisos que se tenían ya pactados, pues la salud de don Pablo no mejoraba. Cuando se recuperó, siguió permitiendo que Salvador ensayara con la banda, mientras él daba clases a nuevos integrantes.

P13 salvador garcía, foto 2

La banda ensayaba en el edificio de la escuela Miguel Auza. Después se cambió al museo Pedro Coronel y posteriormente en la avenida Fernando Villalpando. Luego se cambiaron al último piso del Teatro Fernando Calderón.

Años después, el ex gobernador Fernando Pámanes Escobedo le comentó a don Pablo que si ya había previsto quién lo supliría en caso de que llegara a faltar, a lo que indicó que sería Salvador quien se encargaría de dirigir a la banda del estado.

Recuerda que después de que tomara posesión en el gobierno Arturo Romo Gutiérrez, su padre falleció, y el Ejecutivo le propuso que dirigiera la banda, y aceptó la responsabilidad.

Con la banda ha puesto el nombre de Zacatecas en alto en diferentes países, como Estados Unidos, tocando en ciudades como Chicago y Los Ángeles, logrando el reconocimiento a nivel nacional e internacional.

De sus anécdotas con la banda, recuerda la de hace un par de años, durante la Procesión del Silencio, una estampida de gente rompió con la caminata, alertada por un supuesto enfrentamiento a balazos.

P13 salvador garcía, foto 3

“De repente los muchachos dejaron de tocar, volteé molesto, y vi una estampida de gente, por lo que corrí y me refugié en un hotel cerca de la Alameda. Cuando pasó todo, salí, formé la banda de nuevo, y seguimos tocando y marchando, aunque sonaba mal. Los músicos estaban asustados, pero se volvió a juntar la gente y nos aplaudió. Entonces reanudamos la procesión”, dice orgulloso.

El director de la sinfónica reconoce que el público zacatecano ha acogido a la banda como propia y es un símbolo que ha dado identidad a los zacatecanos, además de que son solidarios con los integrantes del grupo y cuentan con un público que acude a cada uno de sus conciertos.

“Yo todo lo que hago es por mi estado y mi gente, porque merecen tener esta banda. Y los queremos porque somos profetas en nuestra tierra. Cuando llegamos a tocar a Plaza Goitia la gente nos ayuda a colocar las sillas o a cargar instrumentos”, dice el director musical.

Agrega que sin la música, muchos eventos que se hacen en el estado como la corrida de toros del 8 de septiembre, no serían los mismos, pues ya es una tradición que la música acompañe los grandes eventos históricos que suceden en la entidad.

Sus 55 años dentro de la banda sinfónica los celebrará tocando este próximo domingo un concierto. “Yo me sentiría mal haciendo una comida con sólo familia y amigos, yo me festejo tocando para Zacatecas y los zacatecanos”, expresa.

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