Andrés Manuel soltó una bomba esta semana desde la mañanera en Palacio Nacional. Pide a la ciudadanía denunciar todo tipo de delitos electorales, sin importar partido o coalición. Esto, en mi opinión, es una actitud propia de un Presidente que impulsa una verdadera transformación; pero para algunos, significa un balazo en su propio pie. Analicemos por qué.
El Presidente de la República, ha denunciado el intento de fraude electoral que se realiza en Nuevo León por medio de “La Tarjeta Regia” que promociona el candidato a Gobernador del PRI en aquella entidad. Además, manifestó que apoya y justifica la intención de la Fiscalía General de la República de investigar tanto a Adrián de la Garza candidato del PRI, como a Samuel García candidato de Movimiento Ciudadano, por delitos electorales y uso de recursos ilícitos en la campaña electoral.
La actitud del Presidente López Obrador de denunciar el fraude y los delitos electorales, así como de pedirle a la ciudadanía que no se quede cayada ante estos ilícitos, es valiente y temeraria, difícilmente un Presidente del viejo régimen se hubiera animado a hacerlo. Esta actitud nos obliga a pensar en la importancia de las elecciones en este 2021 y sobre si el resultado electoral garantiza la continuidad o no, de una auténtica transformación. De igual forma, AMLO desde Palacio Nacional al tener una actitud firme contra el fraude electoral desata la rabia de los partidos de oposición y pone en jaque a varios de los candidatos de la 4T.
Los Fraudes electorales le han hecho mucho daño a la democracia y a la sociedad de este país. Gracias a ellos hemos tenido gobernantes ineptos, corruptos, sanguinarios, incapaces de resolver los problemas que tanto aquejan a México y a su gente.
Los dos últimos Presidentes antes de Andrés Manuel, han llegado en condiciones fraudulentas. En 2006, la complicidad de la autoridad electoral con el PAN y Felipe Calderón, fue descarada, a tal grado de quemar lo más pronto posible toda la papelería del proceso electoral; el margen de diferencia entre Calderón y Obrador fue mínimo, se negaron a un recuento de votos y le dieron el triunfo al PAN.
En 2012, Peña Nieto y el PRI operaron el fraude electoral tal y como supuestamente se pretende operar en Nuevo León, solo hay que cambiarle el nombre a la “tarjeta regia” por “tarjeta monex”, y en lugar del dinero que opera Samuel García, recordar el dinero que entregó la empresa Odebrecht para la campaña presidencial del PRI.
Por ser víctima directa de un fraude electoral y por entender a la perfección el proceso de transformación política y social por el que México atraviesa, es entendible que, por parte del Presidente de la República, exista una posición de cero tolerancia hacia las actitudes fraudulentas y delictivas en el proceso electoral del 2021.
La actitud que toma el Presidente desde Palacio Nacional, pone el dedo en la llaga de la democracia. Sin duda cualquier otro Presidente del viejo régimen no se hubiera animado a hacer tales declaraciones contra los fraudes y delitos electorales, puesto que es común que el partido en el poder sea el artífice de tales fraudes y delitos. En otros tiempos el Presidente estuviera escupiendo hacia arriba.
Las declaraciones de AMLO ponen a los candidatos y candidatas de la 4T bajo la lupa de la ciudadanía y de los partidos opositores. Serán vigilados, juzgados y criticados por sus acciones, por sus omisiones, por su discurso. Los operadores y promotores del voto de la coalición “Juntos Haremos Historia” serán el primer objetivo de la oposición y de la ciudadanía, por medio de ellos intentarán dejar a López Obrador como un incongruente. ¿Se imagina a un promotor del voto de morena diciendo que si no gana su candidato se perderán los apoyos sociales?
Después del discurso y actitud de López Obrador contra los delitos y fraudes electorales, tenga por seguro que la principal reacción y estrategia de los partidos de oposición y de algunos medios de comunicación, será la de denunciar y exhibir todos los fraudes y delitos electorales que se intenten desde la Coalición Juntos Haremos Historia, maximizarán los errores, sacarán de contexto ciertas situaciones y harán hasta lo imposible por hacer ver que “lo que no puedes ver, en tu casa lo haz de tener”; es por eso que candidatas y candidatos afines a la 4T, deben cuidar al máximo las formas y discursos.
Quienes hundieron a nuestro país en el retraso y en el abandono, no tienen otra herramienta para ganar las elecciones más que la del fraude electoral. Si partidos, candidatos y sobre todo la ciudadanía toma una actitud de denuncia contra cualquier tipo de amenaza, coacción, compra del voto y fraude electoral le cerramos el paso a políticos del viejo régimen y a gobernantes ineptos y corruptos; con ello estamos contribuyendo a una democracia auténtica y a tener mejores representantes en el gobierno.
