Una vez que la oposición en la Cámara de Diputados impidió, con poco más de un tercio de los votos necesarios, la reforma constitucional en materia electoral, los senadores ya no tendrán que definirse ante esa iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Hubiera sido interesante conocer la posición del senador Monreal y ver el primer acto práctico de su, recientemente anunciado, eje estratégico del diálogo y la reconciliación. Ya no veremos si de su diálogo con el bloque del Prianrd surgía una postura diferente al rechazo total a las iniciativas del presidente, iniciada hace meses durante la confrontación por la reforma eléctrica, aunque pronto llegará la minuta de reformas que aprueben los diputados a las leyes secundarias en la misma materia, o plan B de AMLO, que contienen cambios a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, de la Ley General de Partidos Políticos y de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; además, se deroga y expide una nueva la Ley General de los Medios de Impugnación en Materia Electoral y se reforman la Ley General de Comunicación Social y la Ley General de Responsabilidades Administrativas.
De cualquier modo, ese asunto no deja de tener cierto interés, el senador César Cravioto, vocero de la fracción señaló: “Esperemos que el senador Monreal también respalde este tema fundamental para la cuarta transformación. Por supuesto, si vota a favor seguiremos en unidad en el grupo. Si él no vota a favor, pues por supuesto que vamos a hacer un planteamiento en el grupo porque es un tema fundamental”; la mayoría de los senadores de Morena exigirán el voto favorable de la fracción antes de que termine el actual periodo legislativo, y un voto diferente de su coordinador Monreal puede conducir a su relevo como coordinador por los legisladores morenistas, lo que repercutiría, automáticamente, en que dejaría de ser presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado. Parece que Ricardo Monreal no asume que su postura, de buscar la reconciliación a toda costa, es incompatible con el compromiso de implementar el contenido de la 4ª T, definido desde la campaña de 2018 y explicado día tras día por AMLO. Tampoco percibe que la oposición neoliberal solo desea desplazar a AMLO y a Morena del poder, y no introducir matices en la 4ª T. Pronto veremos que su diálogo se queda en generalidades porque no se conocen las propuestas específicas de los futuros dialogantes, en virtud de que ni Ricardo ni Va por México se han preocupado por elaborarlas y presentarlas a la opinión pública. Por ello, no hay que descartar que Ricardo pronto decida sumarse a Va por México o, lo que sería peor para él, que los dirigentes opositores le reiteren que no lo ven como su candidato presidencial. Creo, además, que el senador Monreal no consideró algo evidente: su postura de dialogar, para reconciliarse con las oposiciones, es solo de él, y su decisión de lanzarla desde su evento en la Arena México lo colocó, en los hechos, fuera de Morena, y en contraposición con la 4ª T; sus afirmaciones posteriores de que se mantiene en Morena para conseguir su candidatura presidencial no cambían el hecho fundamental de que en Morena no se le considera como aspirante a la presidencia y que ello no cambiará.
Otra cosa que parece que Ricardo no ha considerado es que su conducta política en Zacatecas no abona a su propuesta de reconciliación. Durante todo el periodo de su hegemonía en Morena ha excluido a todas las expresiones que no formen parte de su familia ni de sus incondicionales. Su voluntad unipersonal ha definido todos los nombramientos de los servidores de los gobiernos federal y estatal, así como de muchos municipios y organismos autónomos. Hubiera sido bueno que, antes de hacer su crítica al presidente acusándolo de dividir al país y hacer su pronunciamiento por la reconciliación, hubiera dado el paso para incluir a los excluidos por él en Zacatecas.
Por último, es necesario considerar el daño que las decisiones de Ricardo ya están haciendo en las relaciones del gobierno federal con Zacatecas en su conjunto. Es importante que todos los actores políticos que ocupan cargos en las administraciones federal y estatal, empezando por el gobernador y los diputados, fijen sus posturas con toda claridad, antes de que el deterioro se vuelva irreversible. Es necesario que no dejen lugar a ninguna duda sobre su lealtad a la 4ª T, a Morena y al presidente. Ello también es indispensable para que la dirigencia nacional de Morena pueda determinar los posicionamientos políticos y las líneas de reorganización que, sin duda, son muy urgentes para evitar mayores daños al pueblo de Zacatecas. Es fundamental crear las mejores relaciones políticas para ver si se logra que algunas empresas, de las que están anunciando sus inversiones en México, puedan hacerlo en nuestra entidad. Ojalá que no nos ocurra lo mismo que cuando inició el TLCAN.
