■ Todavía pueden esperarse de él más gestos, dice
Jorge Mario Bergoglio, Francisco, el primer Papa latinoamericano, “es el Papa de las sorpresas”, dice el obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló. De su conducción al frente de la Iglesia Católica “podemos esperar muchos más gestos que vengan a ayudarnos a resolver situaciones añejas ya, las relaciones internacionales en los mismos países”, añade.
La expresión es ofrecida a modo de evaluación somera del actuar del personaje que ha generado una serie de controversias por el viraje de su política papal, y que tuvo el pasado 2014, en entre otros eventos, una intervención protagónica en el acercamiento entre los Estados Unidos y Cuba, y recientemente un pronunciamiento en condena por el asesinato del padre Gregorio López Gorostieta, encontrado muerto en Guerrero el pasado día de Navidad.
Este 4 de enero, se dio conocer asimismo, la creación de 15 nuevos cardenales, algunos ubicados en países que nunca tuvieron este tipo de representaciones. De igual forma se destacó en la prensa el nombramiento Alberto Suárez Inda, antes, arzobispo de Morelia.
A través de su portavoz Federico Lombardi, el Vaticano dijo sobre este último caso, la labor de Suárez Inda se centrará en “una región atormentada por la violencia”.
Noriega Barceló dice, “es my compleja la misión de un Papa, es toda la Iglesia y la autoridad moral que tiene más allá de esta institución”. En su opinión, el Papa Francisco “ha llegado en el momento que más lo necesitamos, como un servidor de la esperanza”.
El mensaje de Bergoglio, señala, es “que sí se puede estar cerca de las personas más vulnerables. Sí se puede porque el ser humano no es malo por naturaleza, tenemos mucho de positivo y es lo que está despertando, todo lo positivo que hay en cada una de las personas”.
Sobre su intervención en el conflicto que durante muchos años mantuvieron Estados Unidos y Cuba, que ha derivado en el acercamiento diplomático entre ambos países, Sigifredo Noriega Barceló destacó la autoridad moral que tiene el Papa, pero precisó, el proceso no es algo que se haya gestado en los últimos dos años sino antecede en varios papados.
Cada Papa aporta lo suyo, dijo, y destacó así la actuación de Benedicto 16 y lo que hoy realiza el Papa Francisco.
“A él le toca la última parte. Y a mi forma de ver es maravillosa. Sí podemos vivir en paz a nivel internacional entre las naciones cuando hay buena voluntad”.
La aportación más grande del Papa Francisco a la política del Vaticano, sintetizó, es la esperanza, un gesto que puede tener “muy buen cumplimiento si todo mundo nos valoramos como personas”.
En el contexto del año que recién terminó y el que inicia, el obispo de Zacatecas añadió “es momento fuerte para evaluar no solamente que pasó sino qué hemos provocado, qué pasará. Y la esperanza de estrenar un nuevo año se abre un nuevo capítulo, un horizonte que no depende del tiempo sino de qué tan capaces somos de ponerle corazón inteligencia y brazos a la esperanza”.
