«No es un día de fiesta, es un día para nombrar»; el Movimiento Feminista de Zacatecas, conformado por distintas colectivas locales llevó cabo la noche de este martes su ya tradicional altar en memoria de las víctimas de feminicidio en la entidad.
El memorial y concentración, que lleva semanas de organización y fue armado en más de dos horas, se realizó a modo de resistencia y memoria de quienes hoy prestan su voz a quienes fueron privadas de la vida por el simple hecho de ser mujeres.
Si bien no todas las víctimas de feminicidio que ha habido fueron nombradas, ya que no se conoce el nombre de todas, se hizo su pase de lista por aquellas identificadas y no olvidadas.
Sofía, San Juana, María del Carmen, María de Jesús, Yadira, Katia, Mercedes, Blanca, Estela, Claudia Ivette, Fátima Vanessa, Dulce, Guadalupe, Karina Dayana, Adriana, Silvia, Elisabeth, Nancy, Alejandra, Paulina, Ana Isabel y Karamelo, Mireya «[ninguna] debió morir», exclamaron las manifestantes.
La ocasión surgió también para reiterar la exigencia de que «no siga al alza el número de feminicidios», que en los últimos 10 años no ha hecho más que crecer.
Este delito «es un crimen de Estado», sostuvieron las organizadoras, al tener en cuenta que muchas de las víctimas «tocan la puerta de las instituciones» en busca de ayuda o protección, pero se les ignora; del mismo modo «no hay sanciones para los responsables» de este tipo de actos; además de que «se deja en orfandad y sin proteger a niñas y niños» cuyas madres son víctimas de feminicidio.
En este tenor, y al ser su responsabilidad, se llamó enfáticamente a que se dé un «alto a la violencia feminicida», por medio de «políticas públicas para parar los distintos tipos de violencia contra mujeres y niñas».
Aunado a lo ya expuesto, las congregadas entonaron sus distintos cantos, como: «Ni una más, ni una más, ni una asesinada más», y se tuvo la participación artística de dos compañeras, quienes por medio de canciones, poemas y calaveritas recordaron a las difuntas.
«Hasta que la justicia se haga normal y no haya ni una más en este altar, vamos a seguir trabajando», aseguraron, y compartieron que casa año, familiares de las víctimas aprueban el uso de las fotografías en el altar, incluso el sobrino de Karamelo, quien estaba presente, agradeció que se recuerde a su tía, con respaldo de todo su barrio.
Cabe señalar que, así como hubo personas que se acercaban a apreciar la obra de memoria, hubo otras que pasaban indiferentes o viendo el altar como si de una atracción se tratara.
