■ Violencia que culmina en feminicidios o desapariciones sigue en aumento, advierten
■ Activistas demandan que en el estado de Zacatecas se emita una alerta de género
■ Si la agresión se ve como algo normal, sustentada en modelos culturales, persistirá el problema
Las violencias ejercidas contra las mujeres, que culminan en feminicidios o desapariciones, siguen en aumento en el país y por tanto en Zacatecas. Apenas hace unos días en el municipio de Guadalupe, Claudia “N”, de 25 años de edad, fue rociada con gasolina e incendiada por su hermano. La víctima resultó con quemaduras de segundo y tercer grado, se encontraba en el octavo mes de embarazo y falleció en un hospital de San Luis Potosí; su hija sobrevivió a la agresión.
Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas, en México cada día mueren siete mujeres por el hecho de serlo. Es por ello considerado, “uno de los países donde es más peligroso ser mujer”, refiere Sahara Calderón Samaniego, integrante del colectivo feminista Aquelarre Zacatecas, una de las organizaciones convocantes a la Marcha de las Catrinas realizada ayer en la Plazuela Miguel Auza del Centro Histórico de la capital del estado.
Calderón Samaniego observó en entrevista, que el problema de la violencia de género contra las mujeres “reside en la normalización que le damos a este mal y en ese taparnos los ojos ante el problema”.
Es por ello comentó, que varias agrupaciones y mujeres en lo individual, entre ellas Aquelarre Zacatecas y el Centro de Justicia para Mujeres de la PGJEZ, se involucraron en esta actividad para focalizar la atención nuevamente en los crímenes de odio que constituyen los feminicidios (que aparejan torturas y vejaciones, previas o posteriores a la muerte, al cuerpo de las féminas).
Se manifestaron también en demanda de que en la entidad se emita una alerta de género (protocolos y mecanismos efectivos y contundentes para la protección de la vida de las féminas) y la visibilización asimismo, de las violencias que anteceden a la consecución de los asesinatos, que acotó, son estructurales, y por tanto, no puede atribuirse como se ha pretendido, al fenómeno del crimen organizado o sus “daños colaterales”.
“Este es un problema más grande, que se ha vivido a lo largo de la historia, desde la antigüedad”, con episodios tan violentos, por ejemplo, como la tortura y asesinato de mujeres durante la Edad Media, que encontraron su justificación en argumentos religiosos, “por ser brujas o ir en contra de los mandatos del patriarcado”.
“México es uno de los países más violentos hacia las mujeres”, reiteró, y aunque el Estado ha reforzado los derechos humanos de ellas, “mientras siga viéndose como algo normal” la agresión en su contra, sustentada en modelos culturales, hará proseguir el problema; “aún hay que hacer mucho”.
Ayer como un acto simbólico, las activistas se vistieron de catrinas y “muertes” para por un momento, como dice la tradición mexicana del Día de los Muertos, convocarlas a la vida nuevamente mediante la colocación de una ofrenda, para que quienes la perdieron a manos de la violencia machista, ofrecieran su testimonio con nombre y rostro, y no como una cifra que desafortunadamente sigue sumando víctimas.
Los feminicidios y desapariciones de mujeres, que siguen incrementándose en la entidad a pesar de su alto impacto para la vida social, permanecen la mayor parte de las veces, ocultos o minimizados, de allí la importancia de realizar estas convocatorias amplias a la sociedad en general, dijo Calderón Samaniego.
“El asesinato de Claudia es claramente un indicador de cómo minimizamos la vida de una persona, y en el caso de las mujeres, cómo aún estamos siendo cosificadas, cómo es tan fácil quitarle, arrebatarle la vida, a una persona porque crees que el cuerpo de alguien más te pertenece”.
Sahara Calderón Samaniego lamentó asimismo que “muchos de los casos de feminicidio se quedan impunes”. Recordó que es reciente la tipificación jurídica de este delito en México y Zacatecas, por lo que hasta el momento se contabilizan de esta forma alrededor de 34 casos en la entidad, dijo, pero siguen en estudio expedientes que pudieran enmarcarse en esta figura legal.
Sobre el término “feminazi” que se atribuye a quienes defienden los derechos de las mujeres, en este caso a vivir una vida libre de violencia, refirió que como activistas se enfrentan todos los días a este tipo de ataques, “pero yo creo que estamos muy firmes, creemos que lo que estamos haciendo de alguna manera puede aportar algo, siempre hemos dicho: el machismo mata y mata todos los días, y el feminismo no ha matado a nadie”.
“Al final es algo necesario –este tipo de acciones de visibilización, sensibilización y concientización- y más ante la ola de violencia que se está viviendo en el país contra las mujeres, ¿quién va a hacer algo?, ¿nos vamos a quedar calladas o vamos a seguir igual? Si nosotras no lo hacemos ¿quién lo va a hacer, aun así nos ataquen”.
La movilización de este martes en Zacatecas, se inscribe en la iniciativa #VivasNosQueremos, que tuvo un episodio de carácter nacional el 24 de abril de este año.
