La victoria que se alcanzó en 2018 no puede ser entendida sin entender la multiplicidad de movimientos y fuerzas de izquierda que durante décadas forjaron el camino por el que millones de mexicanos caminamos para ver el sueño ver el triunfo que muchas y muchos soñaron antes de nosotros.
El movimiento de fuerzas que hoy significa la Cuarta Trasformación y que llevó a la presidencia a Andrés Manuel López Obrador, acompañado de diputados locales y federales, senadores, presidentes municipales, regidores y síndicos del todo el país, es un amplísimo encuentro de anhelos, sueños, trabajo, alegría, sangre y lágrimas que convergieron para unir al pueblo mexicano en torno al objetivo de construir un México mejor, donde la corrupción y los privilegios sean erradicados de nuestras vidas para poner, ahora sí, primero los pobres
Venimos caminando desde las luchas de los médicos, mineros, ferrocarrileros y estudiantes de los años 60. Nos encontramos en la lucha por la tierra de los 70, caminamos con los desaparecidos de la guerra sucia y lloramos con las muertas y los muertos de la lucha por la democracia en México en los años 80.
Nos llenó de orgullo acompañar a los y las compañeras indígenas, que con el rostro cubierto nos gritaron tenemos que voltear a ver a otros yoes, otras realidades y otros saberes que le preceden y que existen, aunque la urbe los niegue y los quiera olvidar. Tomamos Reforma contra el fraude, luchamos contra la imposición que nos negaba el derecho a elegir a nuestro presidente.
Caminamos México, lo recorrimos y lo peleamos hasta que hicimos realidad que el mapa se pintara con el color de la esperanza y de la sonrisa nacida de la certeza de que ganaríamos. La historia nos pertenece y hoy, la sembramos para avanzar sin descanso.
Todo esto construyó el camino por el que nos tocó caminar para que, en 2018, Morena, Andrés Manuel López Obrador y otros muchos, nos alzáramos con el triunfo electoral, el cual está comprometido con la historia, con nuestras y nuestros muertos, con el futuro que heredaremos y un presente que nos exige a cada paso.
Por ello, la 4T no se puede ceñir a la nomenclatura de Morena. La Cuarta Transformación debe cambiar el país sin caer en la tentación de adueñarse del movimiento con el argumento de la propiedad de un logotipo, de un apellido o de un color.
La transformación que todas y todos estamos construyendo es una coalición (formal e informal) de fuerzas y corrientes que se encuentran en este momento de la historia, para impulsar el proyecto que hoy encabeza nuestro presidente.
Así, con diferentes colores y siglas, desde diferentes trincheras y con luchas que se dan en diferentes campos de batalla, estamos con la revolución pacífica que construyó la presidencia de la izquierda mexicana. Todos somos la Cuarta Transformación y todos somos la esperanza. No podemos olvidar quienes somos, ni ceñirnos a una marca.
La historia es nuestra madre y de ahí partimos para que este 6 de julio, ratificar nuestro derecho a tener el México justo, igualitario, amoroso y en paz que necesitamos. Salgamos a votar por las fuerzas que impulsarán la trasformación del país y de Zacatecas, sin ceñirnos a la nomenclatura, quien no puede contener la alegría del movimiento que hará realidad los anhelos de las y los mexicanos. No dejemos el espacio para que el PRIAN pueda avanzar siquiera un paso. Están moralmente derrotados, no demos la oportunidad para que resurjan. México cambió y es nuestro. Vamos a Ganar. ν
