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miércoles, 1 mayo, 2024
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En los últimos 5 años aumentaron tipos de hogar con más riesgo de padecer pobreza

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Por: RAQUEL OLLAQUINDIA •

■ Se trata de hogares monoparentales y los que tienen como jefa de familia a la mujer

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En los últimos cinco años en México aumentaron los tipos de hogares que presentan un riesgo mayor de pobreza y dificultades económicas, y se trata de los monoparentales y los que tienen como jefa de familia a la mujer.

Esta situación se advierte en las estadísticas publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), difundidas con motivo de la conmemoración este domingo 5 de marzo del Día de la Familia Mexicana.

Al inicio del estudio se hace una diferenciación entre los hogares familiares, que son casi el 90 por ciento del total y que se refieren a los hogares en los que conviven varios individuos con parentesco familiar, mientras que el resto son no familiares porque en ellos vive una sola persona o varias que no tienen parentesco entre sí.

El Inegi asegura que “los cambios suscitados en diversos aspectos sociodemográficos, como la mayor participación de las mujeres en el mercado de trabajo, el retraso a la primera unión, la disminución de la fecundidad, las uniones consensuales y el divorcio, entre otras, se han reflejado en transformaciones progresivas en el comportamiento familiar”, que van desde cambios en cómo se forma la familia hasta cómo se vive en ella.

Uno de los aspectos que señala el organismo estadístico es que en 2010 el 16.8 por ciento de los hogares familiares era monoparental. Esta cifra, se añade en el documento, aumentó en 2015 al 21 por ciento.

Este elementos, se precisa, “resulta de interés (…) porque en su interior se puede presentar mayor riesgo de pobreza, dificultades económicas, precariedad e inestabilidad laboral, entre otras que señalan también mayor conflicto en el desarrollo de los hijos”.

La mayoría de estos hogares monoparentales están dirigidos por mujeres, llegando a 81.7 por ciento en 2015. Este porcentaje supone una ligera disminución respecto a 2010 cuando la cifra era de 84 por ciento.

No sólo se asegura que conlleva mayor riesgo de precariedades económicas el hecho de que un hogar sea monoparental, sino que esto también se advierte cuando el jefe de familia es la mujer.

En este sentido, se expone que ser jefe de un hogar “supone que sus miembros reconocen, sobre la base de una estructura de relaciones jerárquicas, a la persona con mayor autoridad en la toma de decisiones, que regularmente está presente en el hogar y es además el principal soporte económico”.

Aunque en la mayoría de los hogares el jefe de familia es el hombre, en concreto, en 73 por ciento de ellos, en el 27 por ciento restante este papel lo juega la mujer.

Este indicador se ha incrementado de 2010 a 2015 al pasar de 24.6 a 27 por ciento. Al igual que en los hogares monoparentales, el Inegi señala que este elemento resulta de interés, porque “la posición de la mujer como jefa de hogar genera cambios en la dinámica de la familia y suele darse por viudez o separaciones, además de que esta población presenta mayor vulnerabilidad a sufrir carencias o caer en pobreza”.

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