El coraje que el gobierno de la 4T, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador ha despertado entre sus adversarios, los lleva a tomar decisiones poco afortunadas que dejan al descubierto su verdadera ideología, oscurantista y represora de épocas medievales, que en pleno siglo XXI se creían superadas.
Pero además, sin retroceder en siglos, ni ubicarnos en otros lugares, nos remiten a la “guerra sucia” que se vivió en nuestro país, durante las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado, que permitió la persecución y exterminio en contra de opositores al régimen priísta, sin distinción del lugar que ellos ocuparan en la sociedad: obreros; líderes y luchadores sociales; campesinos; académicos y universitarios. Y, es justamente durante esa época que se logró el exterminio de los guerrilleros pertenecientes a la “Liga Comunista 23 de Septiembre”, que atacó el cuartel militar en Madera, Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965. Vino luego el Movimiento Estudiantil de 1968, con los resultados ya conocidos.
Otras represiones que vivió nuestro país también durante la “guerra sucia” pero en la década de los setenta, quedó a cargo de los funestos Miguel Nazar Haro y Arturo “El Negro” Durazo, quienes, mediante la temible Dirección Federal de Seguridad (DFS), eran los encargados de la defensa del régimen priísta acallando a opositores.
Más allá de los logros que ha tenido la administración obradorista durante los tres primeros años, se debe reconocer la ausencia de una oposición seria, que permita plantear y analizar ante el presidente, los graves problemas que tiene el país, y conjuntamente lograr su posible solución. Esta ausencia ha generado que las actuaciones del titular del poder Ejecutivo carezcan hasta ahora, de contrapeso político.
Independientemente de que se esté de acuerdo o no, el actual, es un gobierno de izquierda que históricamente de manera arrolladora y por decisión popular, llegó al cargo más importante de nuestro país. Es por eso que la oposición acostumbrada a “las mieles del poder”, no aceptó, muchos menos ha llegado a asimilar su derrota, y desde este ángulo, a partir de diciembre de 2018 “ha subido de tono” en sus agresiones, hasta llegar ahora, a las amenazas de carácter de fascistas.
|En un Tuit el pasado viernes 22 del mes y año en curso, el empresario Claudio X González Guajardo, perteneciente a la coalición “Va por México”, que integraron PRI, con su dirigente Alejandro Moreno; PAN, con su dirigente Marko Cortés y PRD, con su dirigente Jesús Zambrano, publicó: “La llamada 4T, es una gran farsa, acabará mal. Hay que tomar nota de todos aquellos que, por acción o por omisión, alentaron las acciones y hechos, de la actual administración, y lastimaron a México. Que no se olvide quien se puso de lado del autoritarismo populista y destructor”.Son muy preocupantes las amenazas tan radicales del empresario, porque tienen carácter fascita. Evocan una ideología, un movimiento político y una forma de gobierno de carácter totalitario, antidemocrático y ultraderehista.
Y, son también preocupantes, porque México se rige bajo un Estado de Derecho, en donde la democracia y la libertad se han reivindicado paulatinamente, hasta consagrarse en la Constitución como derechos humanos que asisten a todas las personas, y su ejercicio debe y deberá ser garantizado por el Estado.
¿De quiénes va a tomar nota el señor X? ¿Qué autoridad y bajo qué delito serán enjuiciados? y, ¿en qué habrá de consistir el castigo o la sanción? Son muchas a interrogantes sin respuesta, lo que se deriva de esta amenaza.
Con semejante arbitrariedad, vuelve al presente la represión que vivieron los opositores, durante las férreas y más sangrientas dictaduras militares que mediante golpes de estado, se impusieron en los países sudamericanos en la década de los setenta del siglo pasado. Por citar algunos: Chile con Pinochet; Argentina con Videla; Uruguay, con Stroessner y Nicaragua con Somoza. En esos y otros países, las notas negras permitían ubicar a los opositores con fines de captura, desaparición y someterlos a crueles torturas hasta provocarles la muerte. Fue así el “escarmiento” para acallar todo indicio de protesta, cualquier voz crítica, porque la represión se hacía extensiva al círculo familiar de los que se encontraban anotados en ellas.
La crueldad de estas prácticas represivas, vienen ya de otros países y en tiempo anterior. En España, Francisco Franco fue implacable contra movimientos políticos y sociales.
No sabemos si después de la amenazante publicación del señor X, comiencen las anotaciones negras, ni quién o quiénes serán los primeros, pero de lo que si hay certeza es que, de todas las agresiones que ha hecho la débil oposición en el país, la nota negra ha sido la más grave.
Previamente fueron otras.
Grupo FRENA, o FRENAAA (Frente Nacional Anti AMLO), encabezado por un grupo de personas entre los que se encuentra un ex integrante del Consejo de Administración de Soriana. Este movimiento se autodenomina “ciudadano y pacífico”. Busca hacer dimitir al presidente.
“Carta de Madrid” que senadores panistas firmaron el pasado septiembre, con el líder del partido ultraderechista español VOX, para evitar que llegue “el comunismo” a México.
