Las declaraciones de los candidatos a la gubernatura en ciertos temas son importantes ahora mismo porque nos dan idea de lo que podemos esperar. Hace unos días llamó la atención la declaración de Alejandro Tello sobre la seguridad, el tema que más preocupa a la ciudadanía junto al empleo. Específicamente me interesó saber si está pensando su proyecto de gobierno como una continuidad o ruptura respecto al ejercicio de Alonso Reyes. Porque de plantear la continuidad, deberemos preocuparnos, dado el fracaso de esta administración en casi todos los temas de gobierno. En caso de que gane, ¿será el ejercicio de Tello una continuidad del gobierno de Alonso, o plantea rupturas importantes?
En la declaración mencionada, el candidato del PRI hizo tres afirmaciones significativas, que pasaremos a mencionarlas y, posteriormente, a comentarlas. (1) “Hemos avanzado mucho en el tema de seguridad (…) se vive una seguridad muy diferente de la que vivimos hace unos cuantos años”, (2) “estamos armando una plataforma para abordar el tema de seguridad en el estado”, e (3) “iría por un tema policial, sí; pero no es único, (sino) ir por las condiciones de raíz, por generar educación y condiciones laborales”.
La primera afirmación supone que lo que ha hecho este gobierno está bien, y sólo habría que hacer algunas pequeñas modificaciones para completar las metas. La afirmación está en total coincidencia con la estrategia de comunicación del actual gobierno, en el sentido de repetir infinitamente que han resuelto el problema de la inseguridad en Zacatecas, con la intención de impactar en la percepción del problema por vía de los efectos publicitarios. Este repetido mensaje no sólo lo encontramos en promocionales, sino en el 5to informe de Alonso, donde a la letra dice: “a cinco años de distancia (…) podemos decir con satisfacción que hemos superado las grandes condiciones de inseguridad en las que se encontraba nuestro estado (…) el compromiso de hacer de Zacatecas un estado seguro es ya una realidad”. Pues bien, esta afirmación es falsa. Tanto en los datos de percepción (mediciones subjetivas) como los datos duros (de registros)se refleja una realidad que niega las palabras del actual gobernador y del candidato. Veamos.
En el 5to informe para respaldar dicha afirmación, no da cuenta de indicadores de resultado, o de impacto, sino hace una larga lista de insumos. Es decir, menciona todos los recursos y materiales que compraron en su política de seguridad: las bases regionales, patrullas, equipamiento, etcétera, de un total de 3 500 millones de pesos programados en el tema. Insumos no son resultados. Y la gigantesca suma de dinero invertida resulta contraproducente, porque lógicamente, la pregunta que viene es, ¿y por qué no hubo resultados a pesar de gastar tanto dinero? En el informe expresan un “indicador”, que en realidad es inexistente, y lo llaman “índice delictivo” del cual no dan ni fuente ni la forma en que lo calculan. Nada. Dato fantasma. En cambio, tenemos los datos del propio Inegi, a través de la Envipe, que nos da cuenta de un escenario muy pesimista: en 2010 teníamos 29 mil delitos por cada 100 mil habitantes, en los años siguientes disminuye la frecuencia, y para el año pasado volvimos a la realidad anterior a 2010. Esto es, estamos ante la permanencia del problema, y ninguna superación. En el dato de la llamada cifra negra (número de delitos y/o delincuentes que no han llegado a ser descubiertos o condenados), en el 2010 era del 94 por ciento, y baja un poco para regresar a la realidad anterior a 2010. Tenemos un problema permanente, lejos, muy lejos de ser superado.
En cuanto a la impunidad, la cosa es muy similar. Desde el 2009 arranca el llamado Nuevo Sistema de Justicia (Acusatorio-Adversarial). Y Después de 6 años, esperaríamos que los indicadores se movieran, y no ocurrió así. De acuerdo a la incidencia delictiva en el fuero común, en 2014 hubo 9131 delitos, y las cifras registradas de enero-mayo del 2015 ya iban 6680, más de la mitad del gran total del año anterior. Y el aumento de la comisión de delitos para el fuero federal es inminente. Es decir, hay una incidencia constante. ¿Dónde está la superación del problema, o el avance en el mismo? En el caso del control de los grupos del crimen organizado, se planteó la regionalización del estado y se construyó infraestructura militar en esas regiones, pero pasamos de la presencia de un cartel a tres. Esas regiones de seguridad no han impedido la operación de esos grupos delictivos. Incluso, las declaraciones del general de la 11ª Zona Militar, donde dice “gracias a la coordinación de la policía y el ejército, todo está muy bien”; lo único que producen es la perplejidad de la población.
Para resolver un problema, primero debe de reconocerse. Y si todo “va bien” pues implica que irán por el mismo camino. La segunda y tercera afirmación de Alejandro Tello dan la idea de que harán una modificación sustancial del programa de seguridad, en el sentido de reconocer las condiciones de raíz. Si la sugerencia es verdad, debe decirla sin temor. Si el candidato no se desmarca claramente del fracaso de la administración actual, los ciudadanos tendremos la precaución de votar por él, porque significará que apuesta a la continuidad de una mala estrategia. Por la segunda afirmación, entiendo que presentará un plan de seguridad distinto, y para lo cual deberemos esperar que inicie formalmente la campaña para conocerlo. Pues estaremos atentos a su presentación y a las implicaciones del mismo. Ojalá termine por apostar por la discontinuidad, por el bien del estado de Zacatecas. ■
