¿Qué nos está pasando? De un año a la fecha realidades que habían sido desde siempre parte de nuestro horizonte, nuestros planes y nuestros anhelos; de nuestro mexican way of life y, sobre todo, nuestro mexican dream, han dejado de ser ya características propias y aun virtudes del ser nacional, para ser crecientemente consideradas crímenes, lacras, vicios o por lo menos anomalías.
A lo que antes era amistad se llama hoy amiguismo; quien alguna vez fue un buen padre es ahora nepotista; quien fuese otrora un hombre enérgico resulta hoy un prepotente; el jefazo galán de ayer es ahora un acosador; a una calentadita inocente se le llama hoy tortura; la indulgente mordida de hace unos años es ahora cohecho; la ayuda comunitaria es hoy un delito electoral, y las antaño operaciones de rutina ogaño desapariciones forzadas, o bien ejecuciones extrajudiciales.
¿A qué obedecerá tanta mudanza? ¿Será acaso a la falta de ídolos del ring, o el fracaso histórico de la Selección Nacional, o el anquilosamiento de Televisa, o…? Averígüelo Vargas.
La inseguridad, la desigualdad, la pobreza alimentaria, la devastación del medio ambiente, la impunidad, la corrupción, la migración forzosa, los pésimos servicios públicos (y privados), la obra pública suntuaria y un etcétera interminable no obstante; una feria con sus corridas de toros (si subsidiadas mejor), sus peleas de gallos y la presentación estelar de Alejandro Fernández y Paquita la del Barrio, no tiene (es un decir) sencillamente precio.■
