- EL DOCENTE E INVESTIGADOR DE LA UAZ, ALBERTO ORTIZ, PRESENTA SU LIBRO SOBRE ESTE TEMA
El aquelarre es una creencia que ha permanecido a través de los siglos en Occidente, impactando su realidad histórica y su literatura. De la necesidad de aclarar su funcionamiento, sus significados y sus características, y “qué tiene de importante para que todavía se mantenga en la mentalidad de la sociedad”, surgió El aquelarre, mito, literatura y maravilla (Ediciones Oblicuas, 2015).
El libro de Alberto Ortiz, docente e investigador del Doctorado en Estudios Novohispanos y Licenciatura en Letras de la Universidad Autónoma de Zacatecas, fue presentado ayer en el contexto del programa académico del 29 Festival Cultural Zacatecas 2015.
El aquelarre, precisó Ortiz para La Jornada Zacatecas, es una especie de cuento creado por los demonólogos de entre finales del siglo 15 y hasta principios del siglo 18.
En el entorno cultural cristiano nace y se fortalece la creencia acerca de la existencia de una religión alterna a la entonces oficial, una religión diabólica contraria a la católica, “la gran fiesta de los brujos”, y que operaría en contra de la homilía.
El mito, escrito desde el pensamiento elitista y erudito por importantes teólogos del cristianismo occidental, tuvo un gran peso como ficción, explica el académico.
La confección del aquelarre dice, tiene muchas similitudes con la narrativa fantástica. “Lo que se cuenta que sucede, son todos, aspectos de verdadera fantasía, que son emocionantes, que ponen en conmoción al creyente, pero también que interesan al que no cree en esas cosas”.
Alberto Ortiz citó los aspectos que configuran el aquelarre: la adoración al demonio, la comunión entre los participantes y el sacrilegio, entre otros derivados y de gran significado, uno especialmente importante, la secrecía.
Durante los siglos 16 y 18 se creyó incluso, agregó, que sólo bajo tortura podía hacerse denunciar a los socios de esta transgresión.
Se creó así un acontecimiento para castigar a la oposición, la heterodoxia, la herejía. “Porque con este marco teórico los inquisidores trabajaron para acusar a los demás de brujos, y de obviamente, haber asistido al Sabbat o aquelarre, que era donde se le rendía culto al demonio”, sostuvo.
Como ficción esta fiesta de los brujos permitía una gran libertad y desahogo, tanto en el aspecto ideológico como sexual.
“Lo que el ser humano común no debía realizar en su vida diaria debido a los criterios y normas morales, podía supuestamente hacerlo en el aquelarre, porque ahí todo está permitido. Creer eso significa una fuga, una posibilidad fantástica de realizar al menos en la imaginación lo que estaba prohibido en la realidad”, concluyó.
Para la presentación de El aquelarre, mito, literatura y maravilla (Ediciones Oblicuas, 2015), realizada ayer en el foyer del Teatro Fernando Calderón, ofrecieron comentarios el escritor y académico Gonzalo Lizardo, y la docente y directora de La Gualdra, suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, Jánea Estrada Lazarín.
El libro puede adquirirse dijo Alberto Ortiz, a través de los sitios www.edicionesoblicuas.com o bien en www.amazon.com, tanto en su versión en papel como electrónica. n
