■ Gobierno Federal se presume tolerante pero también justifica la represión y uso de fuerza, explica
■ El caso de Ayotzinapa puede servir para mejorar las condiciones de estudiantes en México: Hurtado
Los hechos de violencia ocurridos en las más recientes manifestaciones promovidas en solidaridad con el caso Ayotzinapa, la última de ellas el 20 de noviembre en la Ciudad de México en la que resultaron heridos y aprehendidos decenas de participantes, muestra la naturaleza de un Estado “frío y calculador”, señaló Edgar Hurtado Hernández, profesor del posgrado en Historia de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
Durante los últimos meses, expuso, Gobierno Federal por una parte emite el discurso de tolerar y alentar manifestaciones pacíficas y ordenadas, pero por otro lado es muy probable que infiltre personas en ellas, haciéndose pasar por estudiantes o marchistas, ello con el propósito de multiplicar el grado de violencia que expresan algunos alumnos.
“Eso lo utilizan para equilibrar un poco su actuar. Es decir, por un lado se presume tolerante y respetuoso de la ley, y por otro lado hace más grandes esas expresiones violentas, justificando con ello la represión y para ejercer su autoridad policiaca”, indicó.
Con esa estrategia, entonces, el Estado ha intentado controlar la situación en todo el país. En Zacatecas, por ejemplo, “vivimos una especie de reproducción y nos dan muestra de tolerancia y acompañamiento, van con los muchachos de la Normal rural, les comprometen apoyos, permiten manifestaciones, pero así detienen algunos extremos de las manifestaciones”.
Hurtado Hernández explicó que Gobierno Federal aún pretende alargar el proceso y administrar la información, a fin que “se pueda ir reduciendo el impacto, sobre todo en la circunstancia internacional, donde es importante no poner en riesgo las inversiones y la imagen del gobierno mexicano”.
Comentó que para Gobierno Federal hay extremos violentos en las manifestaciones que no deben ser permitidos con el argumento que rompen el Estado de Derecho, pero hay la duda si los hechos violentos son realizados por la sociedad civil o si son alimentados por el propio Estado.
En el actual contexto, se pronunció en contra de todo hecho de violencia, ya sea por el Estado a través de sus fuerzas de seguridad o por impulso de algunos sectores de la protesta estudiantil.
Por último, Hurtado Hernández dijo que aún existe la esperanza en la sociedad civil que los normalistas aparezcan, aunque también hay un poco probabilidad de que eso suceda. “Yo espero que esto sirva para mediano y largo plazo. Este hecho trágico, puede ser recuperado para mejorar las condiciones de los estudiantes en México en particular de las Normales Rurales que son satanizadas”.
