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miércoles, 1 mayo, 2024
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El periodismo mexicano es incapaz de salir de su crisis

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Por: QUITO DEL REAL •

  • El son del corazón

Los maestros de Oaxaca vienen sufriendo, en las últimas semanas,  una paliza exagerada de casi todos los medios de comunicación. En las filas del periodismo cohabitan decenas de borrachines y energúmenos que usan su función profesional para lanzar ridículas ofensas e invenciones delirantes, contra los mentores de escuelas primarias; en este momento, son incapaces de estimular la reflexión y el debate en torno a los planteamientos básicos que la CNTE difunde por el país, a propósito de la Reforma Educativa propuesta por el actual dirigente presidencial.

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Una cosa es cierta: la mayor parte de los periódicos mexicanos y los canales de radio y televisión, son los grandes monstruos paridos por el Estado mexicano para ejecutar parte de sus funciones represivas, cuya aplicación primaria es contener a los trabajadores por medio de cantidades brutales de desinformación, mentiras e incitación al odio y la represión. No se puede decir que se les ha pasado la mano, porque siempre reaccionan de idéntica manera; casi todos operan con los mismos argumentos y revelan una pobreza de oficio que los exhibe como mercenarios, que observan en las actividades de prensa un nicho para cometer tropelías y hacer culto a la corrupción.

Los canales de televisión ejercen su liderazgo con la emisión de noticieros, mesas redondas con “especialistas” de pierna cruzada y entrevistas con los empresarios más rudos que buscan hacer de la educación un espacio privilegiado para hacer negocios. En seguida, los magnates de la prensa mandan a sus “líderes de opinión” a llenar renglones con comentarios policiacos acerca de las sombras sospechosas que se mueven atrás de las filas magisteriales, mientras los conductores de radio se dan un festín con la voz engolada de sus falsos testimonios.

El asunto es repudiable y sin salida. Los mexicanos tenemos que consumir muchas horas en compañía de los personajes más célebres de los medios, para escuchar sus regaños y admoniciones y descifrar sus mensajes secretos, donde advierten que sin orden social  no habrá avance en el país y, por ello, los maestros de Oaxaca son merecedores de una represión brutal o de una expulsión definitiva de sus puestos de trabajo, sin que nadie interceda por ellos.

Algunos explotan con sus chillidos neuróticos y tonos exasperados. Por ejemplo, vea usted al hombre canoso que reparte su tiempo en el corporativo Televisa, en el canal 34 y en un diario de circulación nacional, con su rostro medieval que no logra contener una irritación permanente, siempre dispuesto a disponer sus armas retóricas más hepáticas y letales en contra de todo movimiento social; o si gusta, admire al periodista de corta estatura, famoso por ensayar contra los débiles la parte más filosa de su vocación arribista, consistente en repartir insultos y adjetivos con la impunidad que le fue proporcionada cuando dirigió dos de los periódicos más reconocidos por su línea editorial cuasi fascista y de derecha.

Aquí, sin misoginia de por medio, tampoco se salvan las periodistas de presencia exuberante, capaces de subrayar la firmeza de sus opiniones con un simple pestañeo o con una sucesión de metáforas previamente ensayadas en tramoya; son especialistas en invitar a las fuerzas del orden a reprimir a los maestros flojos, vagos,  corrompidos, borrachos, faltistas, irresponsables, ignorantes, sucios, violentos, que ponen candados en las escuelas y, ay,  dejan sin educación a los niños, que así seguramente se convertirán en vagos y mal vivientes

En resumidas cuentas, vivimos una experiencia tradicional, con una prensa descompuesta que no sirve para nada; sólo sabe defender a los patrones y a los dirigentes políticos y sindicales, que mantienen sin rubor sus espacios de privilegio y sus riquezas sobre el mapa sobreexplotado de la república.

En los asuntos de la comunicación social, salvo raras ocasiones, casi toda la prensa de este país no muestra tono edificante ni satisfactorio desde hace décadas, porque en sus filas militan personajes que sacuden la maraca de su ignorancia en toda oportunidad, para reprimir a los trabajadores mexicanos en lucha. El análisis político que proporciona en sus páginas o en sus espacios al aire, carece de la sustancia de la justicia, salpican los hechos concretos con la saliva envenenada de sus “filtraciones”, sin necesidad de aproximarse al campo de la confrontación social.

Son periodistas privilegiados que ejercen su profesión desde las mesas de los restaurantes más caros y ostentosos, en los apartados de los bares de moda, o desde los confortables cubículos del corporativo de comunicación donde fueron contratados. Así, con su pírrico bagaje, interpretan los hechos sociales, envían mensajes a los grupos políticos en rebelión, conspiran en contra del bienestar del pueblo y, cosa que no debe olvidarse, cobran lo que quieren por cada línea ágata o por su sociedad con grupos empresariales convertidos en comisionistas de la obra pública.

Aquí, sin redundancia alguna, la ofensiva contra los maestros es una ofensa contra todos los trabajadores del país. La represión mediática es una herramienta con que se previene el golpe demoledor de la intervención policiaca.

¿Cuántas veces hemos visto o experimentado, esta curiosa forma de ilustrar a la sociedad, que consiste, primero, en ofender con adjetivos y mentiras, para después atraer a las fuerzas represivas con tolete en mano, para demostrar una vez más que no son los libros, sino la presión institucional, la descalificación o los simples chingadazos, en el trasero o en la maceta, los agentes más eficaces de la educación nacional?

Ya es tarde para detener esta furiosa bletzkrieg contra los maestros de Oaxaca. Hoy el martillo cae con toda su fuerza. Pero, como sabemos desde la experiencia de la APPO de 2006, los trabajadores oaxaqueños no se arredran con nada. Lo de ellos, es una línea de combate que se desarrolla discretamente desde hace más de un siglo. Los oaxaqueños son guerreros por naturaleza.

Soy de los que dudan que la intervención del Lic. Chuayfett aplaste, por sus pistolas, la trayectoria combativa de los maestros disidentes de Oaxaca. Ya veremos. ■

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