Después de 6 meses de fracasos repetidos y de bloqueos republicanos, el 20 de abril 2024, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos finalmente aprobó con 331 votos a favor y 112 votos en contra, un nuevo paquete de 95,000 millones de dólares de ayuda a Ucrania, Israel y Taiwán. El republicano Mike Johnson “pudo ablandar” la reticencia de los republicanos con la frase «Francamente yo prefiero enviarles municiones a Ucrania que enviar a nuestros muchachos a combatir». Lo que deja claro, lo que los medios occidentales deliberadamente han escondido, que esta no es solo una guerra entre Rusia y Ucrania.
De los 95,000 millones de dólares, 60,800 millones están destinados en ayuda a Kiev en la lucha contra Rusia, de los cuales 14,000 millones de dólares son para formar, equipar y pagar la armada ucraniana y 10,000 millones serán enviados bajo forma de préstamo para asistencia económica para los sectores de la energía e infraestructura. El resto de los 60,800 millones no se especifica. Una gran parte del paquete servirá para restituir el stock de armas del ejército americano y se destinará directamente a las fábricas de armamento; lo que se puede interpretar como una especie de cobro a lo chino de parte las armas anteriormente enviadas.
Así mismo, como parte del paquete se destinan 13,000 millones de dólares como asistencia militar a Israel para reforzar el domo de hierro antimisiles y 9,000 millones de ayuda humanitaria a Gaza y otras poblaciones vulnerables en el mundo, -no especificadas cuales-. Pero el texto prohíbe todo financiamiento directo a la agencia de la Organización de Naciones Unidas por los Refugiados Palestinos (la UNRWA). El primer ministro israelí Benyamin Netanyahou, saludo la iniciativa de ayuda, que según él «defiende la civilización occidental».
Joe Biden se felicitó por la votación y declaró «Hoy los miembros de ambos partidos votaron para hacer avanzar nuestro interés en materia de seguridad nacional y enviar un mensaje claro sobre el poder del líder americano en el mundo». Esto deja ver que las guerras están engarzadas, y se trata de una estrategia geopolítica para no perder la supremacía mundial. También deja ver, que esta decisión como tantas otras, no tienen nada que ver con la población de Estados Unidos, donde las protestas se multiplican en apoyo a Palestina y por la paz. En este caso fue avalada por ambos partidos, para lo cual fue necesario, ya no solo de beneficiar exclusivamente a Ucrania, sino también a Israel.
Gran parte del fondo de esto ya había sido develado por propios politólogos occidentales especialistas en geopolítica (Jeffrey Sachs, 2024, Harald Kujat, 2024, Antonio Zorrilla, 2023). De ellos se pueden destacar las siguientes coincidencias:
La guerra de Ucrania no comenzó el 24 de febrero del 2022, fue orquestada por Estados Unidos a través de la CIA con el derrocamiento del presidente ucraniano Yanukovich en el 2014. Y no fue una decisión entre Demócratas y Republicanos. Fue una decisión de los más altos niveles estatales; de la elite que realmente domina la política exterior de Estados Unidos. Involucra a las empresas armamentistas con presupuesto de 900 mil millones de dólares, que se guían por el imperativo -Tienes que probar tus armas. Para eso necesitas guerras. Además, tienes que darle una lección a China-.
Esa elite ha ordenado guerras a voluntad: la invasión de Afganistán e Irak, el intento de derrocar a Asad en Siria, buscando cambiar de régimen. Con ayuda de la OTAN se derrotó a Kadafi en el 2001 y a Yanukovich en el 2014. Confían en que ¿por qué alguien se quejaría de Estados Unidos, si lo que promueve es la paz y la democracia? Ucrania y Rusia comparten 2000 km de frontera, los mismos que México con Estados Unidos. Obvio que Estados Unidos no aceptaría que se pusieran bases militares de Rusia o de China en México. Justamente esa fue la reacción de Kennedy en 1962 frente a Cuba, ante la posibilidad de que Rusia instalara bases militares en Cuba. Y eso explica la reacción de Rusia de invadir a Ucrania, viendo inminente la instalación de más bases militares de Estados Unidos cerca de sus fronteras.
La idea de expandir la OTAN hacia Ucrania se hizo en 1992, fue planeada desde los años 90’s. Zbigniew Brzezinski detalló el tablero de ajedrez geopolítico del plan para rodear a Rusia en el mar negro. Ucrania y Georgia desde entonces estaban en ese tablero…
Estados Unidos y Gran Bretaña siguen al pie de la letra la doctrina geopolítica anglosajona de Halford Mackinder, quien inventó el concepto geográfico de Eurasia y postuló que quien domina el centro de Eurasia, domina el corazón del mundo (the heartland) y quien domina el heartland domina el mundo. Por ello, en la historia se han librado infinidad de guerra inexplicables, entre ellas la guerra que destruyó Yugoslavia, y la de Afganistán. Se ha tratado de evitar que se integre el heartland. Y por eso se ha evitado en varias ocasiones la posibilidad de lograr un acuerdo de paz.
La guerra en Ucrania, lo mismo que las revoluciones de colores impulsadas por Estados Unidos en los países ex URSS, tuvieron el objetivo de instalar una cortina de hierro desde al Ártico hasta el mar Negro, con varios fines: 1) aislar a Rusia; 2) evitar que Alemania y Rusia se junten; y 3) cerrarle las puertas de Europa a China”. Esos objetivos ya se han cumplido. Pero ¿de qué se trata? Probablemente no se trata de cerrar puertas, sino de pulverizar Ucrania, de forma similar a la pulverización de Yugoslavia. La prueba es que Polonia ya reclama Kaliningrado.
Pero, además, la guerra no ha sido un mal negocio. En el 2023, contrario al presagio de recesión, la tasa de crecimiento Estados Unidos fue de 2.1% y la inflación apenas de 3%.
Tal vez Zelenski considere que las armas son un regalo, pero no; ni se imagina los recursos que tiene y tendrá Estados Unidos para recuperar su inversión. De hecho, ya está teniendo varios beneficios. Al promover los bloqueos a Rusia, Estados Unidos la ha relevado en el suministro a Europa de muchas cosas esenciales para su economía, particularmente gas natural, pero especialmente está abriendo las puertas al mercado de sus armas.
Video conferencias recomendadas:
Jeffrey Sachs, 2024, https://youtu.be/2qrOojQqD4c?si=O1xFc32CNkqZCBaw.
Harald Kujat, 2024, https://youtu.be/298eB9e_Hbs?si=AUqNsibt0NssuJqy.
Antonio Zorrilla, 2023, https://youtu.be/NTJrmaJE2TM?si=Q-Xexj7mZFzC_HDF.
