Buenos Aires. Los argentinos eligieron este domingo en la segunda vuelta electoral, la primera que se celebra en la historia de este país, a la fórmula de la derechista Propuesta Republicana de Mauricio Macri-Gabriela Michetti, que encabezó la alianza Cambiemos, lo que significa un giro muy fuerte tanto en la política nacional como internacional, imponiéndose por 51.46 por ciento de los votos a Daniel Scioli-Carlos Zanini, del oficialista Frente para la Victoria, que gobierna desde hace doce años el país, y que obtuvo 48.35 por ciento, con 98.24 por ciento de sufragios escrutados.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner llamó a Macri para felicitarlo cuando ya había una clara tendencia de triunfo, y se reunirá con su sucesor este martes.
Macri llegó con su familia al centro de convenciones de Costa Salguero, a un escenario montado en el estilo de su fuerza política, con cantidades de globos amarillos y con sus miles de seguidores claramente de clase media y alta.
“Gracias por haber creído que podemos construir la Argentina que soñamos”, dijo Macri en su discurso y comenzó agradeciendo a Elisa Carrió, de la Coalición Cívica y Ernesto Sanz (Unión Cívica Radical) y todos los dirigentes que “con generosidad nos acompañaron”. Y también a sus propios dirigentes, familiares y amigos.
En un discurso que no se apartó del estilo “pastor evangélico” que muchos critican y otros celebran, en el mismo tono de la campaña electoral, la noche de este domingo usó repetidamente la palabra “cambio”, que resultó clave durante su campaña, aunque no explicó en qué consistirá que es lo que se cambiará.
Dijo que a los argentinos va a “ayudarlos a vivir un poco mejor y que sean felices”, y prometió: “este cambio no puede detenerse en revancha y ajustes de cuentas”.
Habló también a todos “los hermanos de Latinoamérica” con los “que queremos tener buenas relaciones” y como planteamiento de programa dijo que aspira a “una Argentina con pobreza cero” y además “tenemos que derrotar al narcotráfico”. Alentó también a mejorar la vida democrática.
“El pueblo argentino tiene mucho que aportar al mundo en la agenda de cooperación” afirmó.
Los analistas locales consideraron el primer mensaje post electoral de Macri como un “discurso vacío, sin contenido y no político”, mientras que no pocos corresponsales extranjeros se preguntaban qué decir frente a la promesa del próximo presidente: “yo estoy acá para ayudarlos a encontrar ese camino de desarrollo personal, de sus familias en este país con espíritu emprendedor”.
Sorprendió su referencia a un país poblado por “nuestros abuelos y padres (que) cruzaron el oceáno en barco, sin tener el Facebook o el Twitter para saber que iban a encontrar” a los que adjudicó la construcción del país, olvidando a los habitantes, pueblos originarios y criollos.
Culminó con un: “yo estoy acá, ustedes me llevaron a este lugar y les pido por favor no me abandonen sigamos juntos” al prometer una etapa “maravillosa” para el país, y terminando con un repetido “vamos Argentina”.
Macri gobernará en los próximos cuatro años a partir del 10 de diciembre.
La Dirección Nacional Electoral informó que Macri obtuvo 51.46 por ciento, 12 millones 805 mil 186 votos, y Scioli logró 48.54 por ciento, 12 millones 76 mil 485 sufragios, escrutado 98.24 por ciento de los votos.
La participación fue de 80.90 por ciento de los poco más de los 32 millones de ciudadanos convocados, un porcentaje similar al de la primera vuelta electoral celebrada el 25 de octubre. Como otro detalle importante el llamado al voto en blanco del trostkista Frente de Izquierda de los Trabajadores no resultó, ya que se mantuvo el mismo porcentaje de la ronda anterior, en 1.19 por ciento.
La sorpresa de este triunfo no fue tan impactante porque las elecciones presidenciales generales del pasado 25 de octubre, ya mostraron –con el triunfo de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, que cuenta con más de 37 por ciento del electorado y siempre en manos peronistas- que iba a ser difícil y muy reñida esta segunda vuelta.
Sin embargo, ante la realidad de que en esta segunda vuelta se definía el futuro cercano del país, miles de personas salieron a las calles, hicieron asambleas, cartas y se pronunciaron en apoyo de Scioli. En la mayoría de las embajadas argentinas en el mundo ganó la formula oficialista. Pero no alcanzó. Y hay quienes se proponen revisar las diferencias internas dentro del Frente para la Victoria, que ayudaron a esta derrota.
Las movilizaciones de los últimos días fueron especialmente agradecidas por Daniel Scioli en un discurso tranquilo y conmovedor la noche de este domingo al reconocer que “el pueblo ha elegido a una alternativa”.
Además de hacer una referencia a todo lo realizado en el país en estos últimos años recordando la recuperación del país, que se había desplomado a fines de 2001, destacó la importancia de las empresas recuperadas por el Estado, la industrialización. “Dejamos la tasa más baja en desempleo y en el desendeudamiento del país”, dijo al resaltar lo logrado en educación y salud.
También hizo énfasis en los logros en ciencia y tecnología como una política de Estado. Pidió “a Dios que ilumine al ingeniero Macri”, y sostuvo que se dedicará a defender todo lo que fue beneficio para el país, y para los trabajadores y el pueblo, como la recuperación de la empresa petrolera, que significa soberanía y seguridad energética. Fue un discurso sorprendente, donde habló de la defensa de los ideales, como lo hizo en estos 12 años de gobiernos kirchneristas.
La fórmula Scioli- Zanini ganó en casi todas las provincias, pero por supuesto en Córdoba, Mendoza y Santa Fe el triunfo fue para Macri.
La noche de este domingo seguían los festejos en la zona de Costa Salguero donde estuvo el búnker de Macri, y también festejaban la “democracia recuperada” los jóvenes del Frente para la Victoria en la Plaza de Mayo donde se habían reunido, mientras centenares de militantes tanto aquí, como en las provincias en que ganó Scioli también festejaron.
Como señalan los analistas “después de estos festejos, cuando se anuncie el gabinete real de Macri y se comience a conocer lo que es el programa a aplicar y los cambios en política nacional y exterior, que nunca se han difundido, en esos momentos se conocerá lo que en realidad sucederá en estos cuatros años venideros. Ahora son sólo llamados a la felicidad”.
