Se utilizaron datos privados de usuarios de Facebook con fines electorales
En el caso de Facebook, por ejemplo, al abrir una cuenta se expone en el apartado de términos y condiciones, “que nadie lee”, advierte
El uso de datos privados de usuarios de Facebook con fines electorales, como sucedió en las elecciones estadunidenses por parte de Donald Trump de acuerdo con la información hecha pública por una investigación de The New York Times y The Observer, es un problema de “manipulación de la democracia”, aseguró Sergio Octavio Contreras, doctor en Ciencia Política y Master en Sociedad de la Información por la Universidad de Oberta de Cataluña.
El especialista expuso que este escándalo pone de manifiesto que “en el ciberespacio los datos privados son la moneda de cambio de grandes corporaciones y empresas como Facebook, Twitter o incluso Google”.
Apuntó que en el caso de Facebook, por ejemplo, al abrir una cuenta se expone en el apartado de términos y condiciones, “que nadie lee”, la autorización expresa del usuario para que la red social pueda acceder a toda la información privada que se encuentre en este espacio con el objetivo de usarla con fines de mercado.
Por ello, en este caso que se destapó en Estados Unidos, aseguró que la discusión debe basarse en que esos datos a los que Facebook tiene acceso deberían haber estado resguardados pero, por el contrario, terminaron “en manos de terceros para fines políticos”.
El uso que estas empresas transnacionales de tecnología de la información hacen de los datos privados de sus usuarios, advirtió Sergio Contreras, no está regulado ni controlado por las leyes de un país, como por ejemplo México, debido precisamente a que “son empresas globales que no tienen ni siquiera oficinas o una responsabilidad dentro de un estado físico nacional”. Esto provoca, agregó, que sus operaciones estén por encima del marco normativo de un estado.
El problema evidenciado con el caso estadounidense, primero, de la falta de transparencia con la que estas compañías utilizan los datos de los usuarios y, segundo, de la transferencia de la información a otra empresa sin autorización alguna, resaltó, debe ser la base para que en México se abra la discusión sobre cómo regular estas situaciones.
El objetivo de este debate precisó que tiene que ser el de “tratar de poner diques o límites” a la actuación de estas empresas.
Tras asegurar que él aboga por que Internet sea un espacio de libertad, el especialista precisó que, por ello, “no se trata de regular la libertad de expresión o de controlar el derecho a informarse, sino de regular el uso de esta información por parte de la empresa cuando ésta tenga como fin participar dentro de un campo electoral o de un proceso político”.
Consideró que, pese a los pasos que se han dado desde hace una década en otros países como los europeos en este sentido, en el caso de México “no se ha avanzado mucho porque hay una muy débil cultura política”.
Pero insistió en que sí debe trabajarse para adecuar las instituciones con un marco normativo que atienda las exigencias sociales derivadas del uso de las tecnologías.
Sin embargo, con el panorama actual de ausencia de regulación y partiendo de lo ocurrido ya con anterioridad en el caso de Estados Unidos, consideró que no se puede descartar que estas prácticas de usar los datos privados de los usuarios de redes sociales como Facebook con fines electorales vayan a ser usadas en las elecciones mexicanas.
La posibilidad que existe de que se dé una situación como la ocurrida en territorio estadunidense, puntualizó, radica en que desde hace años los diferentes usos de la tecnología en las elecciones se han estado exportando a todos los países. Recordó, por ejemplo, como en México ya se utilizan, al igual que en el país vecino del norte, las noticias falsas para posicionar o desprestigiar a algún candidato o partido.
“En México no hay que descartar que se puedan usar porque, a nivel global, los candidatos, casas de campaña, empresas de espionaje, también están siendo usados con el fin de orientar la preferencia electoral de las personas o afectar o no la democracia”, expuso.
Además, después de señalar que por las tendencias de los últimos años se puede asegurar que “no hay lugar más inseguro que Internet”, apuntó que la propia empresa involucrada en el reciente escándalo, Cambridge Analytica, ha reconocido que ha hecho trabajos en otros países, incluyendo en México.
Frente a esto concluyó que “no sabemos cómo ha funcionado porque no hay transparencia de cómo operan pero, al tratarse de un proceso electoral en el que se disputa el futuro de la vida de millones de personas, la sociedad necesita respuestas ante estos problemas”.